Madrid está lleno de flamenco, eso parece. Por la mañana Juan Carmona presenta el disco “laberinto de Luz” y la 10 edición del festival Las Nuits Flamencas que se celebra del 2 al 6 de julio Aubagne, una localidad cercana a Marsella. A Juan Carmona le conocemos como El Francés para distinguirlo de otras dinastías flamencas, es un creador mayúsculo que lleva toda la vida tendiendo puentes entre las músicas del mundo. Yo lo conocí en el Festival Etnosur cuando Pedro Melguizo le encargó el espectáculo final de festival al percusionista Trilok Gurtu que contó con Juan, y Juan se trajo al contrabajista Renaud García Fons un músico que hay que conocer si quieres saber lo que ocurre en las fronteras del flamenco. Los discos de Juan Carmona tienen mucha chicha, yo aún estoy gozando el anterior dedicado a “Zyriab” que contiene piezas espectaculares como una versión hiperflamenca del “Ya rayah” que convirtió en clásico el inolvidable Rachid Taha. El festival de Aubagne es gratuito y este año celebra su primera década de vida.
Por la tarde en el café Berlín, Laura Marchal presentaba su disco “La semilla del encanto” que contiene una de las grandes canciones de lo que va de este siglo: “Aceitunitas negras”, uno de esos temas que buscamos los dj´s para arrebatar a todo tipo de públicos, con y sin pedigrí flamenco. Con el trajín -y la calor- fue imposible pasar por el congreso dedicado al Corral de la Morería que comenzó el día anterior con la conversación conducida por Teo Sánchez con Blanca Del Rey y sus hijos Juan Manuel y Armando del Rey que desvelaron algunos detalles de la intimidad de un tablao por el que ha pasado media historia del flamenco y buena parte de las estrellas de Hollywood. A destacar el don de gentes de su creador Manuel Del Rey que sin saber una lengua más que la suya era capaz de entenderse con cualquier ser que apareciera por el Corral desde una galaxia conocida. A la caída de la tarde Farru presentaba su espectáculo en el patio del cuartel del Conde Duque.
EL BAILE FLAMENCO DE ANTES DEL CONTEMPORÁNEO
Ya saben que Antonio Fernández El Farru pertenece a la saga de los Farrucos y que estuvo de gira mundial con Paco de Lucía con el que, entre otras cosas, aprendió el uso del metrónomo, la excelencia y el rigor. El espectáculo KINTSUGI es “el alma en movimiento, la historia de la pérdida hecha renacer para comenzar un nuevo camino sin olvidar las heridas y su aprendizaje”. Una historia de sanación a través del flamenco que se ilustra con palabras proyectadas en la pared y una puesta en escena eficaz. El Farru integra aquí lo que todo el mundo ha venido a buscar en la familia: el arrebato mayúsculo y el desplante genuino. Todo eso lo muestra El Farru que nos ofrece más cosas. A destacar su relación de amor/odio con la guitarra a la que se acerca y se aleja en un sin fin de emociones contrariadas. Cuando por fin la toma en sus manos la guitarra se convierte en aliada y cómplice.
Bien acompañado en la percusión, guitarra y cante. También se apoya en documentos sonoros, distinguimos las voces de Paco de Lucía y Manuel Molina. Es decir es un espectáculo con un motivo argumental basado en la vida del bailaor que exorciza sus penas a través del baile y ahí es donde se produce el clamor de un público entregado a este flamenco que comparado con el riquísimo panorama contemporáneo se nos presenta como un clásico que reivindica las virtudes añejas. Si no hubo una mirada refrescante fue por el calor reinante que nos dejó una noche tropical.
Fotografías @Manjavacas.flamenco – vídeos… pronto
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