Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
Resumen: XV Festival de Jerez 2011. Javier Barón 'Vaivenes' Miguel Ortega
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XV FESTIVAL DE JEREZ |
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Día de Andalucía, y cuarta jornada del Festival de Jerez. Viene llegando gente a la ciudad, el tiempo nos acompaña este año y a mediodía las terrazas están llenas de aficionados de fuera: se respira el festival. A las siete de la tarde, tuvo lugar la primera cita con el cante acústico dentro del ciclo “Los conciertos del palacio”. El que fuera ganador de la última Lámpara Minera, máximo galardón del concurso de La Unión, había cantado muchas veces en el festival en el atrás de diversas compañías de baile, pero este fue su estreno en solitario. La reducida sala no se llenó, una lamentable constante cuando el que canta no es jerezano, pero sí que se notaba la presencia de un público selecto de los seguidores y amigos del cantaor palaciego.
Al decir “acústico” se entiende la ausencia de amplificación, pero poca falta le hace a este hombre con su cañón de voz cultivado tras años de cantar para baile. Con su compañero habitual, el espléndido y subestimado guitarrista Manuel Herrera de San José de la Rinconada, llenó la salita de alegrías y cantiñas, empleando un agresivo decir poco gaditano a la vez que muy flamenco. A continuación, recreó el cante minero que tan bien le sirvió en La Unión. Por soleá nos brindó una mini antología de estilos, y Herrera es excepcionalmente brillante. De alguna manera la soleá parece encontrarse en Sevilla como la siguiriya lo hace en Jerez. Por bulerías, con las palmas de Diego Montoya y el Tate, Ortega se movía entre cantes del Turronero y cuplé clásico de mucho sabor. Cerró su actuación con fandangos dedicados a, e inspirados en el desaparecido Paco Toronjo, uno de sus ídolos. JAVIER BARÓN “VAIVENES” Baile: Javier Barón, Carmelilla Montoya, Ana Morales, David Pérez, Antonio Molina “El Choro”. Cante: José Valencia, Pepe de Pura, David Palomar. Guitarra: Rafael Rodríguez, Javier Patino. Tres cubano: Raúl Rodríguez. Violín: Alexis Lefevre. Percusión: José Carrasco. Coreografía: Javier Barón. El bailaor Javier Barón se mueve en una zona particular. Rodeado de bulla, cante, guitarra y palmas, es la calma y la placidez psíquica dentro del espacio protegido del compás. Así comienza “Vaivenes”, una ristra de bailes, cantes y escenas diversas, con el pretexto de recrear el ambiente de la comarca flamenca sevillana de Alcalá y Morón de la Frontera, con cierto ánimo nostálgico como viene insinuado por breves interludios audiovisuales.
Vi el estreno de la obra hace cinco meses en la Bienal de Sevilla – siempre es interesante observar la evolución de un espectáculo. En este caso, se trata de un montaje acertado que ha cambiado poco, y conserva el alto nivel y la frescura de algunas propuestas discretamente novedosas sin que sean rompedoras. El comenzar por el fin de fiesta, la soleá, carné de identidad de Barón y su pueblo que salpica y aromatiza todo, el cante de la bailaora Carmelilla Montoya, un hermoso solo de violín, el baile y recitados de David Palomar, los panaderos bailados por Ana Morales y David Pérez, la saeta de José Valencia, Raúl Rodríguez acariciando su tres cubano y dando un sabor antillano a la guajira, el toque de guitarra de Diego del Gastor recreado por Rafael Rodríguez, la farruca a violín y tres cubano que tan medio europea suena o la comparsa de toda la compañía vestida de panaderos. El espectáculo es un catálogo de recuerdos de Javier Barón, las cosas que conforman su mundo y que más le gustan. Y es precisamente esa honestidad en el planteamiento que hace que “Vaivenes” funcione tan bien. Por eso, y por la calidad y capacidad de los componentes del grupo. A las doce de la noche, seguía la fiesta en la Peña Tío José de Paula con el baile casero de su famoso cuadro de mujeres. El que se lo proponga, encuentra sin esfuerzo el hilo del arte jondo en el Festival de Jerez.
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