El trío formado por Benavent, Di Geraldo y Pardo sabe sumar y multiplicar.
Ya saben el tema de la Suma Flamenca: tradición y vanguardia. Pero la pregunta no es esa, el dilema consiste en saber si cuarenta y cinco años son suficientes para que lo novedoso y lo vanguardista se convierta en lo tradicional. Sabemos que el flamenco es lento para sumir según que cosas. Y ahora que algunos flamencos le perdonan a Camarón que hiciera “La Leyenda del tiempo” también podemos asumir que hiciera esa rumba de Kiko Veneno llamada “Volando voy”. Con Paco de Lucía la cosa fue un poco más rápida, porque Paco retó cara a cara a cualquiera que se pusiera en su camino de uñas y siempre lo hizo con “Entre dos aguas” y “King Kong” dos rumbas descomunales.
Ya saben Ustedes/Vosotros que Camarón y Paco (y los que iban detrás) se apoyaron en estos tres músicos para dar ese paso adelante que muchos aficionados vieron como un salto al vacío. Así que te pones por enésima vez delante del trío con la duda de si tienen algo nuevo que contar o sencillamente te conformas con gozar con su música, con ese lenguaje que ha impregnado medio siglo de “nuevo flamenco” y sí, lo confirmamos, ese flamenco sigue siendo “nuevo” y sí, a ratos es más accesible que el “clásico” que sigue siendo el motor que nos conmueve a nosotros y a ellos.
El concierto comenzó rondando “La leyenda” una composición (Flamenco leaks, 2019) que contiene elementos, melodías y fragmentos de Camarón y de Paco que deconstruyen como hacen nuestros grandes bailaores contemporáneos. No, ni hacen rumba ni hacen reguetón vestidas de color butano como el cuarteto que nos presentó Sara Calero el otro día.
El caso es que uno se instala en la excelencia de lo que está escuchando cuando el trío engancha el duende y alcanza el arrebato, ese puntito de éxtasis que te hace rugir y recordar por qué nos dedicamos a esto. Ellos y nosotros; ellos tocan y nosotras escuchamos. A Benavent se le escurrió la púa y Di Geraldo confesó que “cuanto más viejo, más nervioso”. Jorge Pardo fue más didáctico y agradeció al personal que siga yendo a escuchar música en vivo. Jorge lo sabe porque es el músico que interactúa con más músicos y más músicas en garitos de medio mundo. A Tino le va distinto, ha pasado de ser el compás de los discos a un milagro en directo sea con Fraskito o en la jam de El Molino del Manto. La puñeta es que su último disco “Concert bal” (2021) es difícil de mover y de girar. ¡Mecachis!
El caso es que hace unos meses el trío tituló su gira “Hasta aquí hemos llegado” lo mismo que los Chichos que llevan una década de despedida. No tengo noticias frescas, más allá de que en este concierto se notó que no tocan mucho juntos y es una pena porque la chispa surge en todos los formatos con Benavent haciendo que el bajo suene como un orquesta o Tino haciendo una sinfonía mientras afina las tablas de la India. Su música fluye por el lado individual, en dúo y sobre todo, juntos. Para la recta final Jorge Pardo tomó el saxo tenor y aquello sonó a los mejores tiempos de la Weather Report. La gente despidió al trío con energías renovadas y en el bis recordaron el “Soy gitano” de Camarón… hasta el próximo concierto.
Fotografías & vídeo: @Manjavacas.flamenco
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