La copa Pavón cumple cien años y la recibe Mayte Martín
El flamenco está necesitado de reconocimientos y oportunidades y así se rescata la copa Pavón a los 100 años de que la recibiera Manuel Vallejo el 24 de agosto de 1925 tal como reseña el Heraldo de Madrid que tituló la crónica para la ocasión: “Una gran fiesta del cante jondo”. Y en la que el redactor destaca entre los concursantes a una generación a los que llama “los modernistas del cante jondo” entre lo que incluye a Macareno, Niño de Tetuán, Angelillo, Niño de Madrid y Niño de Marchena. En el concurso también participaron Manuel Escacena, El Cojo de Málaga y el que fue el ganador de la noche: Manuel Vallejo.
Vimos la copa Pavón original junto a la crónica del evento en la exposición «Flamenco Chipen», cedida por Carlos Martín Ballester, el papel amarilleaba y la copa había perdido brillo, pero ya me diréis cómo están ustedes/vosotros a punto de cumplir un siglo. En todo caso, es un pedazo de la historia del flamenco. Cuentan que aquello ocurrió justo antes del advenimiento de la “ópera flamenca” y que Vallejo hubiera merecido la segunda copa Pavón (la de 1926) y que en desagravio los cabales del momento le entregaron la segunda llave del cante.
El teatro Pavón ha decidido rescatar la copa y ofrecérsela a Mayte Martín, ya saben un cantaora catalana de mérito que triunfa en Madrid en esta época en la que todo el mundo se mira el ombligo… parece abono para el debate. La gala comenzó con la narración del rescate del teatro Pavón ante las garras de los buitres y los especuladores. Ahí tengo que reseñar uno de los grandes acontecimientos a los que uno ha asistido en el teatro Pavón: Festival de jazz de Madrid 1985. José Antonio Galicia presenta su “Recuerdo de Carmen Amaya” con la guitarra de Cañizares, el baile de La Tolea, coros y palmas de Cancanilla, el coro gregoriano de la catedral de León, el grupo andino Ars Nova, el baile de Gilles Coupet, la trompeta de Manfred Schoof, el contrabajo de Luis Escribano, el piano de Andrés Ibañez, el saxo de Pedro Ontiveros y el cante de Enrique Morente. La grabación del concierto fue ofrecida por Onda Madrid en uno de los primeros actos de hermanamiento entre el flamenco y el jazz ya que se “fusionaron” los programas “Madrid Flamenco” de Juan Verdú y José Manuel Gamboa y “Jazz, lo crudo y lo cocido” de servidor de ustedes/vosotros.
El FLAMENCO CLÁSICO SEGÚN MAYTE MARTIN
Habló antes del concierto el indiscutible Joaquín SanJuan (Escuela Amor de dios) que recordó que el flamenco nació en los guettos andaluces con gente excluida de la norma y vino a decir que el flamenco triunfó en Madrid porque sus artistas andaluces fueron abandonados a su suerte por las clases dominantes. ¡Ea!
Apareció Mayte y empezó a cantar desde el fondo de una mina, siguió con abandolados, por soleá y en la seguiriya el público aplaudió la intervención del tocaor José Galvez en un gesto prestado por el jazz. Siguió con un repertorio ya conocido y escuchado del que no nos cansamos porque Mayte lo interpreta con extrema delicadeza y jondura. Así que se apareció el “Gurugú” de la Niña de los Peínes, la “pacencia” de la Repompa y los susurros de Caracol, nada nuevo pero todo muy fresco.
Aplaudimos con ganas desde el apuntador hasta el fantasma del paraíso y llegó el momento solemne. Apareció Arcángel para explicar el amor por el flamenco clásico al que antes llamábamos jondo y entregó una copa reluciente que Mayte recibió visiblemente emocionada y lo que dijo fue: “El arte nunca será negocio”.
Así que, ya saben, estamos por amor al arte.
Fotografías & vídeos @Manjavacas.flamenco
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