Alejandro Reyes Domene (Almería 1944-2025) ha sido el gestor cultural más importante de La Transición y ha sido uno de los promotores más valiosos que ha tenido el flamenco. Su labor al frente del club de música y jazz del colegio Mayor San Juan Evangelista (el Johnny) creó una escuela por la que pasaron Caballero Bonald y docenas de periodistas musicales. Fue el primero en organizar festivales de jazz y flamenco en grandes recintos como el palacio de los deportes de Madrid y probablemente el primero en considerar que lo mejor era mantener una buena programación en pequeños recintos. Dirigió la empresa Cultyart desde la que montó el festival flamenco de Caja Madrid que se extinguió con las crisis de las cajas de ahorros -es el mercado ¡amigo!- y la penosa gestión de Bankia.
Alejandro fundó el club de música del Colegio Mayor San Juan Evangelista porque estaba harto de tener que pasarse una noche en vela para poder conseguir entradas para la orquesta nacional. Eterno estudiante llegó a Madrid en 1966 y nunca acabó la carrera de ingeniería industrial. Fue el introductor del flamenco en la universidad madrileña y cuenta que el primer concierto flamenco en el Johnny lo organizó Andrés Raya en marzo de 1970 con Perico el del Lunar y Juan Varea. Asunto desmentido por que existe un cartel de diciembre de 1969 en el que se anuncia a Enrique Morente acompañado por Humberto Paillo es decir el guitarrista holandés conocido como “el payo Humberto”. Morente sintió durante toda su vida una vinculación especial con el Johnny, el último mensaje en la redes de Alejandro antes de fallecer fue un recuerdo para Enrique.
Reyes era consciente de su labor histórica que se refleja en la meditada forma de presentar los conciertos: “Primera Reunión de Arte Flamenco en la Universidad” noviembre de 1972 en el que están presentes: Fosforito, El Lebrijano, José Meneses, Camarón de la Isla, Pepe de Lucía, Merche Esmeralda en el baile. La guitarra de Concierto de Manolo Sanlúcar y el toque de Paco Cepero y Juan Habichuela. Al año siguiente se celebra la segunda edición y ahí encontramos una singularidad en el cartel que completa los protagonistas con un “quizá venga el Lebrijano”.
ORGANIZACION AUTOGESTIONADA SIN ANIMO DE LUCRO
El autor de este reportaje llegó a Madrid en 1976 y comencé a residir en el Johnny en 1977. Desde el primer día te animaban a participar en las diferentes comisiones, yo me apunté a todas. A cine, teatro y música. Por la mañana ibas a tu facultad con el cartel de la película o el concierto de la semana. Te apuntabas a vender o cortar entradas. Te enseñaban a proyectar películas, o te encargabas de los cuatro focos de colores. Organizar un concierto era más laborioso, tenías que proponerlo en la comisión y distribuir las tareas. Hablar con los músicos, asegurarte de que traían el equipo de sonido adecuado. Ir a la imprenta con el cartel confeccionado, meterlos en los casilleros para que los llevaran a las facultades, pegar los carteles y hacer la promoción.
UN BLUES EN EL BIS
-¿Eres del Johnny?
Eso era suficiente para entrar en muchos programas de Onda 2 o de Radio Popular. Recuerdo a Jesús Ordovás los sábados y la misma cordialidad en Paco Pérez Brian o Juan Claudio Cifuentes.
Lo primero que me preguntó Cifu fue ¿Habéis echado a Reyes? como si hubiera habido un golpe de estado. Para muchos el club de música era él. Para los que vivíamos intensamente los conciertos, el alma del Johnny era Juan José González alias “Pepe El Jazzman”, ingeniero industrial y gran amigo de Alejandro Reyes que asaltaba, literalmente, el escenario por lo general en-un-blues-en-el-bis. Pepe entraba en un éxtasis arrebatado que convertía el corral de comedias del Johnny en una explosión y un delirio. El ying y el yang. Si Alejandro Reyes era la prudencia y la timidez, Pepe era la pasión desbordada. Hablaba de jazz, de flamenco y de música contemporánea con la misma elocuencia y por ahí, por esa puerta entré al flamenco cuando escuché en su voz las historias de Pericón de Cádiz que yo conocía por el libro de José Luis Ortiz Nuevo en ediciones Demófilo que yo había descubierto en el verano de 1975.
DEMÓFILO, LOS LIBROS QUE TRASLADAN LA CULTURA ORAL AL PAPEL
Una tarde mi padre, Melchor Gómez, me pidió que le ayudara a hacer los albaranes de una editorial nueva que distribuía Zyx, era una labor más de militante antifranquista, llevar aquellos libros baratos era una manifestación en sí misma, abundaban las historias del Movimiento Obrero aunque cuando de verdad se hacían visibles era durante la feria del libro de Burgos. El que más se vendía era el volumen de la obras completas de Miguel Hernández. El caso es que al abrir la caja de la editorial Demófilo aparecieron una serie de libros flamencos. Recuerdo el de Pepe el de la Matrona y especialmente uno de tapas azules que esa noche durmió en casa: “Las mil y una historias de Pericón de Cádiz”. Décadas más tarde, le pregunté a mi padre si se acordaba de aquellos libros. “Los devolví todos” me dijo. No se vendió ni uno. Malos tiempos para los libros flamencos en Burgos.
La historia de la editorial Demófilo tiene que ver con el Johnny. La iniciativa comenzó con unas cañas entre Enrique Morente, José Luis Ortiz Nuevo y Andrés Raya que narra este último en su blog. Iban a comenzar sus carreras profesionales lejos de Madrid y cavilaban una manera de mantenerse en contacto: “Ortiz Nuevo se deja caer un fin de semana por Madrid y le pido que nos reunamos con Enrique Morente. Así lo hicimos en la habitual Cervecería Alemana de la Plaza de Santa Ana”.
Raya reconstruye el momento a partir de una idea luminosa de Ortiz Nuevo:
-Yo tengo una idea. ¿Por qué no fundamos una editorial y publicamos libros sobre flamenco?
-Coño, José Luis, ¡qué buena ocurrencia!
Dice Morente:
-Lo apoyo. Creo que habrá que contar con el amigo Blas Vega.
Y añade Ortiz
-Por supuesto. La llamaríamos EDICIONES DEMÓFILO como homenaje a don Antonio Machado y Álvarez y empezaríamos por publicar su «Colección de Cantes Flamencos» de 1881. Andrés, tú eres el que tiene que aglutinarnos y tirar del carro.
Tan seguro lo dijo Ortiz y tan seguro fue el asentimiento por parte de Enrique que no pude dudar ni un momento.
-Joder, mañana mismo me pongo con el tema. Tendré que hablar con Cobeta que seguro que nos echa una mano.
Cobeta, don Jesús, era nuestro antiguo director en el Colegio Mayor San Juan Evangelista. Yo lo seguía teniendo como un buen padre para toda suerte de cuestiones culturales.
Había otros notables aficionados al flamenco residiendo en el Johnny caso de Antonio Villarejo Perujo que sustituyó a Ortiz Nuevo en la tarea de escribir sobre flamenco en el diario Informaciones. Por cosas del destino mi primer trabajo periodístico serio fue en la siguiente etapa de ese diario a partir de 1982.
ALEJANDRO REYES Y EL JOHNNY, UN PROYECTO COLECTIVO
Un colegio mayor es una sucesión constante de idas y venidas. Los colegiales acababan sus carreras o sus oposiciones y vuelven a sus lugares de origen. Unos pocos que pasaron por el club de música intentarán trasplantar el fenómeno del Johnny con escasos resultados. Ahí es cuando Alejandro Reyes se convierte en garantía de continuidad del club de música.
Siempre defendió que el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista era un proyecto colectivo. Y es verdad, era un trabajo colectivo de autogestión, desde la venta de entradas a la difusión de los conciertos. En la temporada 1979-1980 comencé a organizar conciertos desde el club de música y me convertí en una piedra en el zapato para Alejandro. Imberbe e inexperto cometí todos los errores del principiante. Cuando iba a ser expulsado del club de música fue Alejandro Reyes el que me defendió frente a su propia camarilla que me restregaban todos los errores cometidos. Supongo que vio reflejada en mi insensatez algo de su pasión por la música. Me quedé desconcertado Alejandro Reyes que tenía todo el poder y la sabiduría acumulada del club defendía mi visión que consistía en ir a buscar a los músicos interesantes en lugar de quedarse sentado esperando propuestas. Yo aprendí una lección y creo que Alejandro también.
Después de un periodo de crisis, decidí dedicarme al periodismo musical. Alejandro por su parte profesionalizó algunas de las tareas esenciales del club de música como por ejemplo el sonido del que se encargó Angel del Cerro y la empresa Berenice. Aparecieron las grandes figuras internacionales gracias a un acuerdo con Julio Martí que comenzó a llevar a las grandes figuras del jazz internacional. También creó puestos especiales como el encargado de prensa, vital en aquellos momentos en el que el jazz era la música que había que reivindicar y que Alejandro se empeñaba en colocar en todo lo alto de los carteles que proclamaban: EL JAZZ ES LIBERTAD junto al nombre de la figura que iba a actuar.
La crítica y el público estaban a favor. La repercusión era superior a los primeros pasos de la nueva ola que Ustedes/Vosotros conocen como “movida madrileña”. En 1982 Alejandro aceptó el encargo de organizar para el ministerio de cultura (de UCD) el festival de jazz de Madrid, en ese momento yo había empezado a colaborar con el diario Informaciones.
Ustedes/vosotros os preguntaréis qué tiene que ver todo esto con el flamenco. Vale, les contaré mi punto de vista: Aquí es donde arranca el jazz flamenco donde músicos como José Antonio Galicia, Jorge Pardo, Rubém Dantas comienzan a trabajar con Paco de Lucía y Camarón. Este es el ambiente donde eso no parece raro, el ambiente que propicia “La leyenda del tiempo”, el ambiente que hace que Mario Pacheco abandone las oficinas de Edigsa en Barcelona para fundar Nuevos Medios. Alejandro llena el palacio de los deportes de Goya con BB King en el primer día y Oscar Peterson en el último y coloca a un grupo español para arrancar la velada. Apuesta por las leyendas del jazz de todos los tiempos Phil Woods, Sonny Rollins y… Jorge Pardo. A eso se le llama política cultural. Doce mil personas acuden a ver al grupo de baterías M´Boom con Max Roach y a los Art Ensamble de Chicago, el grupo que abre esa noche es Orgón que cuenta con un invitado especial: PEPE EL JAZZMAN…free jazz para el niño y la niña ¡oiga! Y, al año siguiente, repite Pepe el jazzman con José Antonio Galicia que está con Pelayo Fernández Arrizabalaga y Gerardo Núñez.
En aquel ambiente, Alejandro comenzó a trabajar con el ayuntamiento de Madrid y ahí comienza la tradición del concierto de Camarón por San Isidro en el Palacio de los deportes. En 1985 me llamó como encargado de prensa para organizar la primera muestra de música Folk y canción de Autor para jóvenes intérpretes para el Instituto de la Juventud, entonces en el ministerio de Cultura. ¿Folk y cantautores en 1985? Exacto en el momento de la consagración de la Movida cuando los grupos entran en los 40 principales y pierden el aroma independiente. Alejandro era así, buscaba la justicia poética en la cultura popular. Seguro que tenía un proyecto similar con los flamencos.
Por mi parte, hablé con Cucha Salazar (Nuevos Medios) para animarla a que presentara a los Ketama a la muestra folk, y se presentaron, pero el jurado no estimó las bondades de aquel flamenco renovado. Además si los jurados folkis apoyaban a los flamencos podían desplazar a los verdaderos folkis. Total que la tribu folk consideró que adoptar a los nuevos flamencos no sería demasiado conveniente. Para colmo, casi todos los miembros del jurado vimos uno de los primeros conciertos de Ketama cuando fueron los teloneros de grupo The Durruti Column y ahí dejaron claro que tenían mucho camino por recorrer, además ya tenían su primer disco editado por Nuevos Medios. Alejandro se vengó a su manera eligiendo a Enrique Morente como estrella invitada en la final de Toledo.
El trabajo en Instituto de la Juventud fue intenso en los tres años en los que trabajé con Alejandro allí se revelaron artistas como Javier Batanero, Chano Domínguez, Albet Pla, Ximo Tebar, Miquel Gil, Javier Bergia, Paco Ortega e Isabel Montero, Celtas Cortos…
En 1985 Alejandro me llamó para hacer un programa de jazz en la recién creada Onda Madrid, programa del que me encargué en solitario. El momento cumbre del programa fue cuando fundimos el programa de Juan Verdú y José Manuel Gamboa “Madrid flamenco” con el mío “Jazz lo crudo y lo cocido” para poner la grabación del espectáculo de José Antonio Galicia “Gali” “Recuerdo de Cármen Amaya” con una rutilante participación de Morente.
Alejandro creó la empresa Cultyart en la que destacaron Cuchi González y Lola de Pablo.
JUSTICIA FLAMENCA POR LA CALLE DE ALCALÁ
En 1993 Alejandro pone en marcha el festival Flamenco Caja Madrid con sede en el teatro Albeniz que se convierte en un referente en cuanto al patrocinio de las entidades bancarias al flamenco. En el 2011 Alejandro Reyes suspiraba en Radio Nacional por celebrar la XX edición del festival que sí que se celebró bajo el paraguas de Bankia.
Creo que Alejandro Reyes tenía la aspiración de alcanzar la justicia flamenca en la programación y en los galardones por la calle de Alcalá que se entregaron por primera vez en 1993 a un artista en activo. El jurado de este premio se mantuvo hasta el final y proyecta una idea clara la voluntad de ofrecer valores indiscutibles en los galardonados. Creo que no hubo variaciones en las veinte ediciones del festival en el jurado formado por: José Manuel Caballero Bonald, Félix Grande Lara, Ángel Alvarez Caballero y José Mª Velázquez-Gaztélu y el propio Alejandro Reyes Domene Rodríguez, director artístico de Cultyart.
Cabe añadir que, a día de hoy, no existe un lugar donde consultar el listado completo de los galardonados y que la presente lista ha sido elaborada con las informaciones de esta página web. Sin embargo, a pesar del cierre efectivo del colegio mayor San Juan Evangelista la página web del club de música se mantiene abierta con toda su historia. http://www.sanjuanevangelista.org/agenda/index.html
GALARDÓN FLAMENCO CALLE DE ALCALÁ
– 1994. Manuel Soto «Sordera de Jerez».
– 1995. Juan Carmona «Habichuela».
– 1996. Eduardo Serrano «El Güito».
– 1997. José Menese.
– 1998. Paco de Lucía.
– 1999. Blanca del Rey.
– 2000. Enrique Morente Cotelo.
– 2001. Manolo Sanlucar.
– 2002. Antonio Gades.
– 2003. Carmen Linares.
– 2004. Paco Cepero.
– 2005 Mario Maya. Honor Pilar López
– 2006 Chano Lobato
– 2007 Victor Monge “Serranito”
– 2008 Merche Esmeralda
– 2009 José Mercé
– 2010 Enrique de Melchor
– 2011 Manuela Carrasco
– 2012 Pansequito
DESDE EL JOHNNY CON AMOR
La puerta de entrada a los conciertos provocó un sinfín de anécdotas como el día en que un colegial paró en la puerta a Ana Belén cuando iba a cantar en una fiesta del PCE.
-Vengo a cantar, dijo ella
-No te creo, tú no te pareces en nada a la Ana Belén que yo conozco que es más alta.
La disputa la resolvió un miembro del partido que sabía la verdadera estatura de la cantante.
Julián Hernández el líder de Siniestro Total estuvo una temporada en el Johnny y recuerda haber cortado entradas en los conciertos de Burning, Emilio Cao y Gwendal. Su grupo actuó en el Johnny presentando “la historia del Blues”.
Yo había organizado el espectáculo del grupo brasileño de baile de capoeira Frutos Tropicais que contaba con la participación de Rubem Dantas y Jorge Pardo entre otros. El público brillaba por su ausencia cuando aparecieron los cinco miembros de Tequila. Hola nos ha invitado Rubem…
-Joder tíos, que sois los Tequila comprad un par de entradas.
Fueron miembros destacados del club de música por el lado flamenco Andrés Raya, Antonio Villarejo Perujo, Caballero Bonald. Añadimos al periodista Pedro García Cuartango.
En mi época cabe destacar a Juan Jesús García Merayo que fue mano derecha de Alejandro Reyes, en el Johnny y en el Instituto de la Juventud. A destacar Luis Canicio autor de uno de los carteles genéricos del club. Miguel Angel del Río, Juan Carlos Tuderini y Ramón Collado. Posteriomente tuvieron un papel importante Pablo Sanz, Eduardo Santana, Pablo Nacarino, Borja Judel… el escritor Daniel Ortiz que hizo una novela con el Johnny de fondo y que cita a: David Cuenca, Abel García, Ricardo Arjona, Carlos Corral, Vicente Martínez, Jorge Pérez, Antonio Álvaro Rincón, Braulio Tamayo, Francisco Gutierrez, Guillermo Soto, Julián Angel Hernaiz y Claudia Pérez. La lista es larga así que sumamos a Luis Fuentes y a la cineasta Andrea Barrionuevo directora de la película “Club de Reyes”.
La https://fundacionsanjuanevangelista.org/ lucha por reabrir el Johnny y tienen elaborado un proyecto de renovación arquitectónica. El patronato está formado por ex-colegiales José Joaquín Caerols, Juan Cuesta Rico, Antonio Fernández Poyato, Eduardo R. Santana, Publio Beltrán, José María Carrizosa, Irene Tamayo, Adela Cano Iglesias, Jorge Pérez, Luis Javier García Marcos, Germán Tenorio Gontán, David Rivas Vilan, Alberto Cruz y Ricardo Curtis.
De parte de todos los que han sido nombrados (y los que no). Gracias por tanto.






























fotos PACO MANZANO. La fotografía doble procede del libro «Ni tribus ni Movidas» en la foto de la izquierda, el público de las gradas superiores del palacio de los deportes de Goya se descuelga hacia las butacas más caras. Se aprecian las mantas con las que se forró el recinto para mejorar la acústica. En la otra foto Juan José González (Pepe el jazzman) con Pelayo Fdez Arrizabalaga con Gerardo Núñez al fondo.
Descubre más desde Revista DeFlamenco.com
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.













Debe estar conectado para enviar un comentario.