El cantaor Ramón Suárez Salazar, conocido artísticamente como Ramón “El Portugués”, ha fallecido el 16 de junio de 2025, dejando un hueco irreparable en el flamenco. Nacido en Mérida en 1948, fue uno de los grandes representantes del arte jondo extremeño y una voz con duende, temple y una autenticidad que marcó generaciones.
Pertenecía a una familia de artistas profundamente vinculada al flamenco: sobrino del mítico Porrina de Badajoz, hermano del cantaor Guadiana y patriarca de una saga en la que destacan nombres como Juan José “Paquete” Suárez, guitarrista y miembro de La Barbería del Sur.
Desde muy joven comenzó a cantar en tablaos madrileños como Las Cuevas de Nemesio y Torres Bermejas, y ya entonces compartió escenario con figuras como Camarón de la Isla, Paco Cepero o Pansequito. A los 19 años viajó a Japón como parte de un elenco flamenco, y más adelante fue cantaor del Ballet Nacional de España y del grupo del bailaor El Güito, recorriendo escenarios internacionales.
A lo largo de su carrera fue presencia habitual en tablaos como Los Canasteros, Café de Chinitas o el Corral de la Morería. En los años 80 participó en la emblemática Cumbre Flamenca de Madrid y en festivales por Europa, representando los cantes de Extremadura, especialmente jaleos y tangos, palos que interpretó con una mezcla perfecta de garra, compás y dulzura.
Entre sus grabaciones más destacadas se encuentran:
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Gitanos de la Plaza (1992), álbum de Nuevos Medios con la colaboración de Tomatito, Pepe Habichuela, El Bola y Paquete.
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Canta Ramón el Portugués (2006), una producción más íntima centrada en su repertorio tradicional.
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Jaleo (2014), junto a su hermano Guadiana, con temas inspirados en los cantes de Badajoz.
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Su participación en la recopilación Archivo de Flamenco Vol.17, donde rinde homenaje a los aires flamencos extremeños.
Su carácter generoso y humilde lo hizo querido por artistas de todas las generaciones. En 2015, al cumplir medio siglo de trayectoria, amigos y compañeros como Enrique Morente, Diego el Cigala, Pitingo o Pepe Habichuela le ofrecieron un emotivo homenaje en Madrid. Otro tributo importante tuvo lugar en 2005 en el tablao Cardamomo y más recientemente el ciclo Flamenco Real le hizo un reconocimiento.
Ramón “El Portugués” fue un cantaor que nunca buscó la fama, pero cuya autenticidad lo convirtió en referente. Mantuvo vivo el cante extremeño desde el respeto y la emoción, y supo enseñar con el ejemplo que el arte más profundo no necesita artificios.
El flamenco despide a uno de sus grandes, pero su voz —ronca, dulce, desgarrada y serena— seguirá resonando en los jaleos de su tierra, en los discos, en los tablaos y en la memoria de quienes supieron escuchar. Porque Ramón cantaba desde la entraña, y ahí es donde seguirá habitando.
Homenaje en el Teatro Real –
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