El Yunque posee ese eco ancestral y privilegiado que te llega a lo más profundo de tu ser y así, con sensibilidad y conocimiento, te conduce por los caminos del arte para que disfrutes y compartas «el momento», el suyo y el tuyo, a la vez. Estamos ante un «flamenco» que hace bandera de la ortodoxia más rancia en el desarrollo de su arte, buscando la creatividad personal pero siempre desde los cánones históricos establecidos por los grandes maestros y creadores de ésta música. Es una actitud comprometida y valiente, teniendo en cuenta los vientos que coreen hoy día y lo acomodaticio que resultaría para él subirse en el carro de la comercialidad y lo facilongo. De ahí que, sin ser esta la ocasión para controversias, podamos asegurar que El Yunque es un hombre y un artista consecuente y honesto consigo mismo, con la herencia artística recibida y con un futuro donde las raíces no se pierdan y mantengan con fuerza el tronco del árbol flamenco para que aguante las nuevas ramas que tengan que brotar.
Sabiduría y duende (Bulerías)
Este dolor (Siguiriyas
He llegado a pensar (Alegrías de Cádiz)
Se tenía que acabar (Soleá de Triana)
Que como yo no hay quien te quiera (Fandangos)
Mi padre me la enseñó (Taranta de Linares)
Yo le rezo al Gran Poder (Tientos, Tangos)
Pensando en ti (Malagueña
Fatigas de muerte paso (Martinete, Toná)
Cuando yo salgo a la mar (Fandangos de Huelva y Alosno).
Créditos:
Guitarras: Jerónimo Maya, Enrique de Melchor, Juan Habichuela, Serranito.
Dirigido y realizado por Enrique de Melchor
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