LA HERENCIA DE LOS CHORBOS

Comienza el ciclo “MiraDas FlamenKas” en Vallecas Villa con Aurora y Samara Losada y la revelación del guitarrista Ricardo Vázquez. Aurora Losada, Samara Losada, voz. Ricardo Vázquez, guitarra. Félix Estevez, piano. Felipe Maya, batería y cajón. Jesús Montoya flauta y saxo. Coros Sergio Bascu y Araceli Losada. Artista invitado Amador Losada. Centro Cultural Pilar Miró.

Hay conciertos que no hay maneras de explicarlos sin la ayuda de una perspectiva sociológica para entender de dónde vienen y adonde van. No pisaba la villa de Vallecas desde un concierto punk de los años de la cresta y el imperdible. Así que dotado del navegador de google me pierdo por las calles de un barrio sin que logre desactivar el mecanismo que me toma por un utilitario. Cansado de dar vueltas, opto por preguntar a los viandantes y casi nadie reconoce el centro cultural Pilar Miró que resulta estar a las espaldas de la biblioteca bautizada con el nombre de un digno poeta e intelectual de izquierdas. Especulo con la posibilidad de que un rumbero de nombre a un edificio de esos; y no tengo claro que semejante honor (digamos “centro cultural Los Chichos”) sirva para encontrar el concierto de Aurora Losada, gran representante y heredera del “sonido Caño Roto” bautizado así en los setenta por el histórico disco grabado por el grupo Los Chorbos en el que participaba Amador Losada y un guitarrista habitual de Enrique Morente llamado Manzanita. 

Sale al estrado Paloma Concejero directora del ciclo “Miradas Flamenkas” y nos cuenta que el concierto anunciado (El de Aurora Losada, dirigido por Juan Carlos Quirós) no se va a desarrollar como estaba planeado por el fallecimiento de un miembro de la familia Quirós y que Aurora cantará dos canciones y que posteriormente lo hará su hermana Samara. Lo siguiente que escuchamos son dos baladas de las que se pueden escuchar en las celebraciones del “culto”. Se canta mucho y bien en las misas de la iglesia Evangélica de Filadelfia pero se suele hacer en garajes y locales de acústica terrible, así que tenemos la oportunidad de escuchar las “alabanzas” con sonido de lujo.  La reconocible voz de Aurora se apoya en unos arreglos de r&b blandito, onda Whitney Houston, con un ligero acompañamiento de palmas más apropiado para la elegía que para mover el bullarengue que es lo que sugieren los dos discos editados en Nuevos Medios el salsero “Besos de Caramelo” (1990) producido por Ketama y “Demasiado corazón” (1992) un álbum de vocación soul con una asombrosa aproximación a James Brown.

Samara Losada apareció con la intención de no romper la atmósfera de recogimiento de su hermana y la cosa comenzó a calentarse con la aparición de Amador Losada que finalizó con un sofisticado arreglo de esos que hacen cambiar de color a Quincy Jones. Y entonces dejaron solos a los de la banda que ejecutó una composición “abracadabrante” sobre un riff de saxo alto de Jesús Montoya con el cajón de Felipe Maya para que luciera con garbo el guitarrista Ricardo Vázquez. Y aquí es donde nos ponemos contemporáneos para avisar que los rumberos de antaño que facturaban estribillos en Caño Roto son hoy eminentes guitarristas y tocaores gracias, entre otros, a la academia de El Entri y que por el lado del trap destacan personajes como Original Elías, genuino representante del dance hall gitano.

Total, que se desató la maquinaría de los jaleos y acudieron los oles (con mascarilla y distancia social que matiza la suyo). Ahí es donde se hizo notar que la parroquia está acostumbrada a estos enigmas musicales. Y por fin llegó una rumba ¡y unas bulerías! en las que aparecieron estribillos de los Chorbos y Las Grecas, para finalizar con una interpretación bastante literal de “Besos de Caramelo”. 

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