Gómez Gufi: “Aquí está faltando un potaje”

Maui de Utrera - Perlita de Huelva

Empecé el año visitando el Guggenheim de Bilbao, un museo que viví con mucho flamenco en las orejas, pasé por los Paules de Murguía donde estuve internado entre 1972 y 1974. Entonces no sabía que el lugar había sido un campo de concentración durante la guerra civil. El frío se me cuela en los huesos y en los recuerdos de amigos y sabañones.

Comencé 2020 mezclando el placer de trabajar con el trabajo mismo, en febrero quedamos con Lin Cortés en el Casa Patas, estaba lanzando “Gitanerías” y tocaba en Cuba y en Nueva York. En Manhattan habíamos quedado para comernos un potaje con Maui. Las cosas se torcieron, en la humanidad entera, como si no supiéramos que la tierra es redonda.

Acababa de conectar con Ethan Sultry que presentaba disco en Madrid junto a Chano Domínguez. Se suspendió el homenaje a Antonio El Rubio que se iba a convertir en una de las grandes concentraciones flamencas de la temporada.

Se aplazaron los festivales flamencos de Nueva York, Chicago, Miami… Me quedé sin conocer a los amigos de la radio de Filadelfia. Imposible viajar, ni a Cuba, ni a ningún lado. Desde aquí la cosa fue peor… no llegaban los turistas que alimentan a nuestros flamencos y los tablaos fueron cerrando por falta de clientes. Luego nos encerramos nosotros. Docenas de proyectos aparcados.

Teníamos cosas más importantes en las que pensar. Las mayores peleas las libraban los abuelos, los cuidadores y los sanitarios y salíamos cada tarde al balcón para recordarnos a nosotros mismos que somos seres humanos. Que si nos paramos todos a la vez… lo mismo se recupera el aire que respiramos, la naturaleza y eso.

Nada tenía sentido excepto el deseo mismo de encontrar el camino para contar algo útil y así salieron sesiones musicales en Radio Gladys Palmera que son como programas de radio con guión pero sin locutor. Me explico, el guión va en un texto de introducción y la música va a parte. No es una playlist (una lista de canciones) puesto que responde a un concepto con una línea argumental.

La idea es ofrecer la mejor música posible sin definiciones, ni presentaciones, ni etiquetas donde el flamenco mantiene el pulso con la mejor música del mundo. Así que, por un lado es una manera de introducir el flamenco en todo tipo de ambientes y, por el otro, que los flamencos se acostumbren a escuchar otras músicas.

Unos me dicen que así tengo cabreados a los dos sectores: a los flamencos (y a los antiflamencos). Afortunadamente esa es una opinión tan “viejuna” como minoritaria, mi generación creció escuchando todo tipo de músicas y los jóvenes ahora apenas tienen más prejuicios que los heredados.

LA MUERTE DEL PERIODISTA

Se fueron Parrita, la Susi y el Principe Gitano entre otros. Falleció Alfredo Grimaldos con el que coincidí más de 20 años en el diario El Mundo. Yo escribía sobre todo tipo de músicas y el escribía de flamenco. Una noche en el Suristán me dijo de “El Torta”: “este tío es un genio”, fue una de esas cosas que te ayudan a ponerle el foco a un artista. También me puso en la pista de la versión de Fernanda y Bernarda sobre el “Johnny Guitar” de Nicholas Ray y aunque veíamos el flamenco desde posiciones distintas siempre estuvimos de acuerdo con Anibal Troilo al que citaba con su mismo acento.

LOS CONCIERTOS DURANTE LA PANDEMIA

Después de ver toneladas de documentales volví a un concierto en el mes de agosto en Cuenca con el trío de Benavent, Pardo y Digeraldo. Fue la antesala del “Flamenco on fire” de Pamplona en su edición más triste y compleja, pero todos empujamos para hacerlo posible de una forma segura. Allí se presentó el proyecto de Javier Colina, Antonio Serrano, Josemi Carmona y Borja Barrueta que volvió a encandilar en festival de jazz de Madrid donde se presentó el proyecto “Concert bal” de Tino Digeraldo que cerró con una inmarcesible versión por bulerías del “¿Qué tiene Van Van?” conectando el flamenco, el jazz y la música cubana.

LA SEGUNDA OLA y LA SUMA FLAMENCA

Mientras en el flamenco la cosas van a ritmo lento. El virus se propaga a velocidad con la que camina Rosalía. La exposición de Paco Manzano sobre Morente se abría en la Escuela Amor de Dios mientras el fotógrafo era hospitalizado. Poco más tarde se inauguraba en Málaga otra exposición suya “Jorge Pardo. Huellas. 1980/2020” en el festival Moments. Afortunadamente Paco se ha recuperado para entregarle el trofeo a Jorge Pardo y hacer fotos a los fotógrafos en las reivindicaciones de los tablaos a taconazos ante el ministerio de cultura.

La mejor de la suma flamenca es cuando hace honor al nombre y en una edición dedicada a Enrique Morente nos hemos quedado con los sobacos llenos de los abrazos que no hemos dado. Corriendo para la casa no-vaya-a-ser-que… y besando con los ojos llenos de lágrimas cada vez que pensamos lo que están pasando los abuelos.

CANTAUTORES Y FLAMENCOS EN LAS REDES

Seguiremos citando a Morente en lo de “estamos vivos de milagro”. Parece que van a tener tajo cantautores y raperos para contar los efectos de la pandemia. De momento “Hambre” de Kiko Veneno me parece la canción del año y puestos a destacar mutaciones me encanta la “Celebración” de Fraskito con la música popular valenciana. Desde el trap, C Tangana nos ha sorprendido con un bachata donde se luce de corista El Niño de Elche. Los talentosos Moncho Chavea y Original Elias se han arrojado a los brazos de Mediaset, mientras su “compa” Omar Montes se convierte en el tipo más escuchado en este país.

La producción discográfica ha caído durante este año. Los discos son una tarjeta de presentación de los directos y casi todo se ha parado. Lo peor no es la debacle económica, lo peor es la cara que se nos ha quedado. Pude dar una conferencia en Brunete “Los rumbos de la rumba, el flamenco y el jazz” en homenaje al periodista y amigo Enrique Romero. Detrás de cada acto, festival o concierto hay muchos trabajadores de la cultura empeñados en hacernos sentir seres humanos, otra vez. ¡Gracias!

GUITARRAS Y TOCAORES

Antonio Rey ganó el recuperado grammy latino. Ahora el debate está en si ese galardón sirve para algo, además de quejarnos de que lo quiten para ningunearlo después. Sigo pensando que los únicos que pueden organizar unos premios en el flamenco son los extranjeros. Los guitarristas son los invisibles del flamenco. Afortunadamente hemos podido ver a Rafael Riqueni en la suma, a Serranito en Pamplona, a Rycardo Moreno presentando “Miesencia”. Nos falta por ver a Dani de Morón y su también asombroso “Creerparaver”.

TACONES LEJANOS

Apenas he visto baile. Belén Maya y Fernando López en su conferencia bailada, Farruquito en Pamplona, Javier Latorre en la suma y para acabar bien el año he podido ver a Manuel Liñán en “Viva”. Siete tíos vestidos de bailaoras haciendo el mejor montaje coreográfico que he visto en mi vida, sin una miaja de pluma. Con momentos arrebatados. Vuelves a ver el baile de Carmen Amaya en el Somorrostro, sí el mismo de la película con ese ritmo infernal. Pruebas a vestir (mentalmente) a Manuel Liñan de hombre y se le reconocen algunos gestos pero aquí baila por encima de los géneros. Libre. Todos lo hacen y tienes la sensación de que el baile flamenco no va a ser lo mismo a partir de ahora. Deslumbrante.

Tengo la sensación de que me falta un potaje, menos mal que Maui ha vuelto a organizar el del domingo en el teatro Flamenco Madrid.

 
 
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