José Mercé – José Mercé – Cuarenta años de cante

José Mercé -  José Mercé - Cuarenta años de cante

José Mercé - José Mercé - Cuarenta años de cante

José Mercé, leyenda viva del flamenco y uno de los más grandes exponentes del género, presenta su disco recopilatorio “40 Años de Cante” 

Por primera vez en toda su carrera, reúne sus mejores obras en un solo álbum: una antología que recoge el trabajo discográfico de toda una vida dedicada al flamenco, donde ha colaborado con grandes exponentes del género como Vicente Amigo, Tomatito, Diego El Morao, Moraíto, Juan, Luis y Pepe Habichuela, entre otros. 

“40 Años de Cante” es un disco triple que contiene 49 piezas más un tema inédito, “Ay que sí, que sí”, con la participación de Pepe Habichuela y producido por Javier Limón.

 

CD: 1

01. Ay que sí, que sí con Pepe Habichuela (Villancico Gipsy) (Seguiriya)
01. Del amanecer… (Tango)
02. Primavera
03. Tangos de ida y vuelta (Tango)
04. Te roza y te quema
05. Nochecita de abril
06. Bulería del pañuelo – con Tomatito
07. Pendiente (Bulería)
08. Tú me roneas
09. Mi única llave (Fandango)
10. Vivo cielo (Alegría)
11. Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández – con Erik Truffaz
12. “La Filarmoney” del Barrio de Santiago (Fiesta por Bulería)
13. Te recuerdo Amanda (Canción por Bulería)
14. Luna de la Victoria (Alegría)
15. Cantando a mi Curro (Seguiriya)
16. El breve espacio en que no está

 

CD: 2

01. Aire (Bulería)
02. Te pintaré
03. Lío (Bulería)
04. La llave del amor (Tango)
05. Confí de fuá (canción por bulerías)
06. De rima en rama (Tango)
07. Clandestino
08. Al alba
09. Espejo del rio
10. Amanecer
11. Mammy blue
12. Hojas del limonero
13. Fresas
14. El rey
15. La vida sale (Rumba)
16. Qué bonito es vivir 

 

CD: 3

01. Mira si yo a ti te quiero (Tango)
02. No lo pienses mas (Tango)
03. Pa´ saber de tu querer (Tango)
04. Bandera de Andalucía (Tango)
05. Verde junco (Tango)
06. Pobrecita mía (Bulería)
07. Cuando llueve en estos pagos (Bulería)
08. Bulerías del Prendi
09. Carmen
10. A mi niño Curro (Fandango)
11. Con dos Mujeres me entiendo (Fandangos de Huelva)
12. Yo me salí a un camino (Fandangos del Gloria)
13. Sale de ti (Alegría)
14. Por un lao está la sal (Alegría)
15. Déjame dormir tranquilo (Soleá)
16. Ni temo al viento
17. Quisiera ser el vello de tu piel

 


 

No sé si estas cuarenta y nueve piezas son un examen de conciencia riguroso, un balance de esa amplia trayectoria de cuarenta años o una mirada más o menos inquisitiva con el fin de iniciar una nueva etapa. ¿Es borrón y cuenta nueva, un alto en el camino o el replanteamiento de un itinerario de poliédricos resultados? Quizá se trate de un recuento que le haga reflexionar a José Mercé en lo hecho hasta ahora y en lo que, a partir de este momento, se disponga a llevar a cabo. Desde luego, nadie va a quedar indiferente ante esta selección y la diversidad en los conceptos empleados según los periodos, o en las actitudes que, como es fácil observar, van produciendo fisonomías versátiles en los distintos criterios interpretativos.

La verdad es que este descendiente de una insigne familia jerezana de músicos gitanos, con nombres que ya forman parte de la historia del mejor flamenco, nos presenta un apasionado inventario que tiene por denominador común la valentía, la sinceridad sin paliativos y sin ocultar aspectos que pudieran no ser del gusto de la mayoría. En este sentido, Mercé no practica la fácil táctica de contentar a todos por igual y se siente más cómodo en la cuerda floja del riesgo que en la poltrona del disimulo. De manera que, siguiendo con fidelidad los principios que siempre le han guiado, se muestra desnudo en su propio paraíso terrenal que es también su exclusivo patrimonio artístico. Porque, al fin y al cabo, lo que nos enseña es el largo proceso existencial de cuarenta años o, lo que es lo mismo, la consecuencia de lo vivido hasta hoy en forma de músicas que indican con exactitud las etapas de un cantaor en busca de su particular lenguaje.

Con claves que el transcurso del tiempo va mudando de textura o de configuración, modificando elementos inspiradores, referencias rítmicas o recursos instrumentales, en una evolución que va desde lo más clásico a lo más sofisticado o elaborado, José Mercé ha ido construyendo una obra heterogénea en la que, aun descubriendo carencias estructurales en algunos pasajes, tanto en la letra como en el diseño melódico, él las suple con una dramaturgia vocal de impacto y de opulenta policromía, es decir, la posible insignificancia de un  texto lo es menos gracias al incuestionable vigor expresivo de un discurso sonoro bellísimo y deslumbrante, de un sugestivo e intenso metal.

Si observamos atentamente estos cuarenta años, podemos llegar a la conclusión de que se trata de una crónica viva, cantada y contada por un artista inclasificable, único y difícil de encajar en una corriente determinada. Un artista de nuestra época, por supuesto, pero igualmente atemporal, sobre todo si nos atenemos a su repertorio más conectado con aquellos sonidos entre los que vino al mundo y asumió de forma natural. Para Mercé la independencia es algo sagrado, aunque no renuncia, ni mucho menos, a sus orígenes, a ese halo que esculpe su identidad y define sus raíces. Al ser Jerez de la Frontera uno de los territorios fundacionales del flamenco, tiene el orgullo de estar integrado en una de esas casas que contribuyeron y contribuyen a su desarrollo y a la creación de cantes que han quedado enmarcados en la cronología de este arte. Como ha dejado escrito José Manuel Caballero Bonald, “José Mercé nació en el seno de una conocida familia gitana de Jerez, lo que equivale a decir que procede de una de las más ilustres cunas del flamenco”. Palabras que José Mercé corrobora cuando habla de que “ellos son el modelo por el que me guío cuando hago mi cante, que es el de mi gente, el de mi barrio. Me vanaglorio de haber tenido la suerte de pertenecer a una estirpe que ha llevado el flamenco  a lo más alto”.

Inteligente, cautivador y con decisiva capacidad de seducción gracias a sus poderosos recursos para conectar con el auditorio, el mago del escenario se gana al público con la facilidad de una amplia sonrisa, pero habrá que convenir sin fingimientos que José Mercé, nimbado por la clarividencia y de rápidos reflejos para responder a los avatares de la vida, presenta en sus conciertos una provechosa dualidad que ha definido sus actuaciones en los coliseos del mundo. Como él mismo dice, “hago dos partes: la primera con un flamenco clásico, que eso no se puede dejar de hacer nunca, ya que es nuestra referencia cultural y tengo necesidad de transmitirla. Y la segunda, con varios músicos, donde interpretamos ciertos pasajes de mis últimos discos”.

Aquí tenemos, entre la tradición y la vanguardia, una obra fulgurante en cuarenta y nueve piezas, más un villancico en el aire de seguiriya con la guitarra de Pepe Habichuela. Cuarenta años de un artista irrepetible, comprometido con su tiempo y de múltiples registros, como es José Mercé, el cantaor universal que ha destruido barreras y al que todavía le queda mucho por decir.

José María Velázquez-Gaztelu

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