Colita: “Le caí bien a Carmen Amaya, le regalé unas fotos y ella me las pagó”

Colita Flamenco - Un viaje sin fin

Colita Flamenco - Un viaje sin fin

La exposición “El viaje sin fin” se puede ver en en el teatro Español de Madrid hasta el 24 de abril.

Hay imágenes que se quedan prendidas en la memoria del flamenco. Eso es lo que ocurre con la expo de Isabel Steva Hernández más conocida como Colita que tiene colgadas una selección de su fotografías en el teatro Español hasta el 24 de abril de 2022. Es una exposición que se puede ver en diez minutos, pero el impacto de lo que se refleja te dura toda la vida.

Uno se dedica a perseguir sus obsesiones y llevaba años buscando la oportunidad de charlar con ella sobre lo que hay detrás de esas imágenes. En especial las del regreso a España de Carmen Amaya para el rodaje de “Los Tarantos”, película que no llegó a ver la bailaora que murió pocos días antes de que fuera asesinado J.F. Kennedy en Dallas. Dicen que aquello le robó la portada de la bailaora que estaba prevista ser editada en la revista Time.

Contaba Lola Flores que Carmen Amaya miraba con desprecio el lazo de la orden de Isabel la Católica que le llevaron a su lecho de muerte. Hay una foto de la agencia Efe recogiendo el momento con los políticos que llevaron la medalla el día 1 de noviembre de 1963. En el pie de foto se recoge que Carmen Amaya falleció el día 19 de ese mismo mes.

En 1989 entré en aquella habitación de ermitaño con aspecto de haber sido excavada en la roca. Casi me tengo que arrastrar para entrar. El Taller de Músicos de Barcelona había organizado un concierto homenaje en la que estaban Enrique Morente, el pianista de free-jazz Cecil Taylor, Mayte Martín y Sabicas, entre otros. No recuerdo a Colita pero estaba ahí y algunas de las fotos que hizo aquella noche están colgadas en la expo del Teatro Español.

Colita está retirada de la profesión de fotógrafo pero no de la vida. La bienal de Sevilla ha reconstruido una de sus fotos, tomada en el bar de Pepe Pinto en 1969 para proyectar la imagen de la Bienal 2022. El bar y los protagonistas son distintos. Ahora Antonio Mairena está presente en un cuadro en la pared. Al lado del cartel “Se prohibe el cante” está una de las fotos emblemáticas del flamenco, esa en la que Carmen Amaya sonríe a la cámara de Colita en un gesto único e inédito. Los retratos de Carmen Amaya siempre los hemos visto transformados por su baile visceral. En la nueva imagen de la Bienal los varones de antaño han sido sustituidos por cuatro bailaoras: Manuela Carrasco, Eva Yerbabuena, Patricia Guerrero y María Moreno.

Me acerco a Colita para darle las gracias por sus fotografías.
-Tengo más, me dice con aire divertido.
-Lo sé.

Colita se mueve muy lentamente entre los invitados a su exposición con ayuda de un bastón y posa con sus amigos con una mascarilla en la cabeza. ¡Quítate la mascarilla de ahí! Le dice un colega con la cámara en la mano. ¡No quiero! responde..

El Teatro Español está en el corazón de la zona zero del flamenco madrileño. En frente del hotel de los toreros y del tablao Villarrosa (cerrado) a su lado Los Gabrieles (cerrado) un poco más allá el Cardamomo que aguanta junto a la que fue La Boca del Lobo. La cervecería alemana que conduce por un lado al Café Central y por el otro a Casa Patas (cerrado) y el Candela siempre añorando a Miguel (cerrado). Por una de las esquinas ibas al Suristán (cerrado). Lugares que patearon toreros y canallas, buscavidas, bailadores, inmigrantes y escritores. “En esta plaza jugábamos” contaba Aurora Carbonell, viuda de Morente. En esa plaza se conocieron Carmen Linares y Enrique Morente que fueron presentados por Paco Almazán.

Ahí, en la esquina del Villarrosa, le pusieron una placa a Dolores Vargas “la Terremoto” que tenía “oficina abierta junto a una farola de la plaza de Santa Ana” (palabra de el Príncipe Gitano, creo). Hemos pasado media vida por esas calles y otra media pensando en los que las patearon antes que nosotros. Ya saben, Agustín Lara, Ava Gardner, Manolete, Hemingway… y casi todos los flamencos que admiramos.

Me siento con Colita en el corazón de la expo para hablar unos minutos y me falla la grabadora. Trago saliva. A saber cómo ando de memoria.

Gufi: Se nota que hubo complicidad con Carmen Amaya.
Colita- Le caí bien. Yo tenía 22 años, era una niña. Le regalé unas fotos y ella me las pagó.

Gufi ¿Había ironía en la foto de Antonio Mairena retratado en la calle Pureza?
Colita- Noooo. Había mucho cariño. Además Mairena era un cantaor puro.

Gufi –Pero en las fotos de Gabo (Con el libro “Cien años de soledad” en la cabeza) si que había ironía.
Colita -Y mucho cachondeo. Fue una sesión de fotos muy divertida. Gabo es muy divertido.

Isabel (Colita) hace una pausa, un segundo de silencio. Se corrige: “Gabo era muy divertido”. A nuestro lado la foto a tamaño casi soviético de Antonio Mairena está flanqueada por el rostro de una bailaora en el Corral de la Morería, una instantánea de Antonio Gades bailando con Cristina Hoyos y la mirada de Paco de Lucía contemplado de soslayo esas escenas, a pecho descubierto, sin camisa ni camiseta. La composición -altar, o lo que sea- resulta irónica, al menos eso parece.

Gufi- Muchas de esas fotos son legendarias, forman parte de la historia del flamenco.
Colita – Pues nos las hice con esa intención. Yo soy periodista.

Gufi- Las primeras fotos de la expo son escenas de gitanos en Montjuich en 1962 ¿Conoció al fotógrafo Jacques Leonard que retrató a los gitanos desde los años cincuenta?
Colita -No personalmente. En aquel momento no conocía su trabajo que es fantástico (puede que Colita utilice otro adjetivo así que el lector puede elegir entre “estupendo” y “fabuloso”). Coincidimos en una exposición conjunta en Granada pero no nos vimos.

Gufi –Y sin embargo los trabajos de Leonard y los suyos son complementarios.
Colita- Si pones a cinco fotógrafos a hacer una foto de los mismos elementos, tendrás cinco visiones de la realidad. Ni la verdad, ni la realidad absoluta.

Gufi –Eso me pasa cuando escribo, o cuando hago un programa de radio. Pongo mi punto de vista.
Colita. Exacto. Estas fotos están hechas para gustar, desde la parte amable, desde el cariño. Entro en su casa y retrato a Tía Anica La Piriñaca tendiendo la ropa y creo que esa foto cuenta más cosas que la de un artista en un escenario delante de un micrófono.

Gufi –Peret me contaba que coordinaba a los extras gitanos de la película los Tarantos y que le tocaba la guitarra a Gades entre toma y toma de la secuencia nocturna del baile en las ramblas.
Colita -Claro es que Peret aparece en “Los Tarantos”.

Gufi –Me encantan las fotos de Gades en Las Ramblas con Vicente Escudero (en la misma sesión aparece José Menese). Y me gusta mucho la camisa que lleva Enrique Morente en Begur en 1989 en el festival celebrado junto a la casa de Carmen Amaya.
Colita -Aquel festival estuvo muy bien…

Mi tiempo se ha acabado, aparece Maruja Torres y las amigas se quedan echando unas risas de añejas complicidades. Ves la plaza de Santa Ana desde el balcón del teatro Español y la vida sigue y sigue la pandemia.

Video ‘El viaje sin fin’

 
 
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