Los Tomasa, un linaje eterno

Genes - Trilogía de la Tomasa

Genes - Trilogía de la Tomasa

Espectáculo: Genes-trilogía. Cante: José de la Tomasa, Gabriel el de la Tomasa y Manuel el de la Tomasa. Guitarra: Paco Cortés y David del Arahal. Palmas: El Pirulo y Marcos Carpio. Lugar: Teatro Central. Fecha: Martes 12 de febrero. Ciclo: Flamenco Viene del Sur. Aforo: Casi lleno.

Sara Arguijo

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Al final del recital, en la increíble ronda de tonás que desató la ovación entre el público, la luz cenital que caía sobre José de la Tomasa dibujaba en el suelo del escenario formas irregulares que, a ratos, cuando el cantaor abría los brazos, parecían grandes aves planeadoras. Resumiéndose en este juego de sombras el carácter libre, abierto y elemental del cante que abandera.

Así, como guía, mentor y maestro de un flamenco atemporal, sincero y eterno, el abuelo, que también ha sido nieto, hijo y sobrino de nombres que han escrito la historia de este arte, transmitía desde su voz limpia y serena la verdad de su linaje. Y, al mismo tiempo, pasaba el testigo de su pasión a los herederos de su arte, configurando los tres una estampa única y cada vez menos común de casa cantaora.

Es decir, dejando a un lado la cuestión técnica -la excesiva duración de la propuesta (dos horas frente a los 60 minutos anunciados en el programa), un parón inexplicable en la secuencia y algún cierre del telón injustificado- este ‘Genes-trilogía’ fue un recital cercano y emotivo donde el protagonista absoluto fue el cante y lo que a través de él se relata.

De esta forma, la profundidad y el peso del eco de José, que dio una lección magistral por seguiriyas -“el himno nacional de los Tomasa”, dijo-, fue dejando paso al empaque y la soltura de su hijo Gabriel,  que deleitó por malagueñas y a la personalidad y el carisma de su nieto Manuel, que se vislumbró como el artista que es peleándose con cada palo con rebeldía y carácter. De ahí, los continuos vítores al apellido: “ole los Tomasa”.

En definitiva, todos defendieron eso. El cante por el cante. Lento, masticado, sentido y sufrido. Con prudencia, elegancia y buen gusto. Con respeto y sabiduría. Conscientes de quiénes son y de dónde vienen.

Fotografías: Vereas negras

 

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