Festival de Jerez. María del Mar Moreno 'Quiero tu cante' / Mujerez: Juana la del Pipa, Macanita, Dolores Agujetas

Resumen: Festival de Jerez. María del Mar Moreno 'Quiero tu cante' / Mujerez: Juana la del Pipa, Macanita, Dolores Agujetas

XIV Festival de Jerez 2010
Compañía María del Mar Moreno “Quiero tu cante”
Juana la del Pipa, Dolores Agujetas, La Macanita “Mujerez”
Sábado, 6 de marzo, 2010. Jerez de la Frontera

 

 

NOCHE ‘MUJEREZANA’ 

COMPAÑÍA MARÍA DEL MAR MORENO “QUIERO TU CANTE”
Teatro Villamarta
Sábado 6 de marzo. 21:00 h

Baile, guión y coreografía: María del Mar Moreno; Cante: Antonio Malena, Manuel de Malena, David Lagos y las colaboraciones especiales de Tomasa Guerrero “La Macanita” y Juana la del Pipa; Guitarras: Santiago Moreno, José Luis Montón y Malena Hijo; Palmas: El Bo y Luis de la Tota.

Texto: Manuel Moraga
Fotografías: Ana Palma

María del Mar Moreno tenía un nuevo compromiso con Jerez. Ya sabemos que en la tierra de uno cuesta ser profeta, pero esta bailaora milita al cien por cien con Jerez y con la idiosincrasia de su tierra en el flamenco, que no deja de ser una parte más de la identidad jerezana en su conjunto. Un compromiso que sin duda repercute positivamente en Jerez, ya que de ahí extrae la bailaora todo el capital artístico que expone después por todo el mundo. Y es justo que ese esfuerzo se valore cada vez más.

Todas las opciones son válidas si se defienden con argumentos sólidos y con honradez. María del Mar Moreno no ha elegido la huída hacia delante explorando nuevos lenguajes ni planteando rupturas traumáticas, sino profundizando y buscando una y otra vez en las creencias artísticas  que acaparan su fe, que no son otras que el concepto jerezano del flamenco. O al menos, uno de los conceptos jerezanos del flamenco, porque no faltará quien diga que “jerezes” hay muchos. Pero al margen de los matices, que nadie se equivoque: la opción de María del Mar Moreno no es fácil, ya que plantea una delicada fórmula en la que el factor “riesgo soportable” es alto y necesita ser defendida con valor. En esta ocasión, su apuesta consiste en incidir en el peso del cante: cinco cantaores, cinco formas diferentes de sentir y expresar el arte apuntando directamente al corazón de María del Mar Moreno. Ese es, en mi opinión el verdadero argumento del espectáculo.

Al margen de ese planteamiento, la obra nos muestra una línea argumental que, todo hay que decirlo, me parece prescindible. Hubiéramos disfrutado igual sin ella, o incluso más, porque en la escena –como solemos apuntar de vez en cuando- todo lo que no suma, resta. Y ya que estamos en el capítulo del “debe”, hay que señalar también que el resultado hubiera quedado más lucido en menos tiempo. 

Dicho eso, abrimos capítulo “haber” y tenemos la obligación de destacar varios aspectos generales de “Quiero tu cante”. El primero, el sitio que se le da precisamente al cante, bastante diferente a la sumisión –a veces excesiva- que la voz tiene respecto al baile en los espectáculos milimétricos de lucimiento dancístico. María del Mar Moreno propone una relación directa y casi horizontal entre cante y baile, y recupera el gusto por bailar al cante, y no al revés. Y, en tercer lugar, la elección de los artistas, que aportan muchos quilates a la escena, a la vez que genera contrastes interesantes, como la sensibilidad musical de José Luis Montón frente a la guitarra más “áspera” –por decirlo de alguna forma que de ninguna manera es peyorativa- de Santiago Moreno; o el cante más melódico de David Lagos frente a la rota garganta de Juana la del Pipa, etc.

Todo el cante fue excelente, pero por destacar algunos momentos de interacción entre baile y cante, señalaría los tientos y tangos de Juana la del Pipa y Antonio Malena, la mezcla de cantiñas interpretadas por David Lagos, y por supuesto, la soleá final bailada por María del Mar Moreno. Y es de justicia reconocer también la profesionalidad de Juana la del Pipa y de Tomasa La Macanita, cantaora ésta que, a mi juicio, debería gozar de muchísima más proyección de la que tiene: pero no siempre los programadores son buenos aficionados, ni los medios de comunicación rompen tampoco las inercias de los grandes nombres, que además no son siempre los más grandes en el cante. Y destaco esa profesionalidad porque una hora después de entregarse cantando para María del Mar Moreno, las dos estuvieron en la Bodega de Los Apóstoles, esta vez para presentar su disco Mujerez, junto a Dolores Agujetas.

Así pues, creo que hemos de valorar no solo la asunción del riesgo de María del Mar Moreno al defender su constante mirada hacia su tierra, sino también la forma en que lo ha planteado dando especial protagonismo a todos estos artistas para dibujar lo que sería una buena aproximación al mundo flamenco de Jerez, tanto en el cante como en el baile.

Juana la del Pipa, Dolores Agujetas, La Macanita “Mujerez”

MUJEREZ.  Cante: Juana la del Pipa, Dolores Agujetas, Tomasa Guerrero “Macanita”. Guitarra: Manuel Moreno “Moraíto”, Diego Agujetas. Palmas, jaleo y baile: Luisa de Regiles, El Bo, Chícharo. Dirección: Alfredo Benítez, José Ma. Castaño, Gonzalo López.

Texto: Estela Zatania
Fotografías: Ana Palma

Hoy en día el calcetín flamenco está dado la vuelta; el flamenco novedoso ha llegado a ser la norma, y lo clásico se ha convertido en novedoso.  En este sentido entonces, el proyecto “Mujerez” es el empeño más novedoso del panorama actual.  Aunque la “industria del flamenco” (frase ofensiva donde las haya), no contempla la viabilidad del cante clásico (que nadie se alarme, no emplearé la odioda palabra “puro”), la fuerza innata del género hace que vuelva a la superficie una y otra vez.  Una voz y una guitarra, o incluso sin guitarra, la estructura del cante como ha llegado a nuestros tiempos, facilita un patrón artístico expresivo que en manos de personas que saben habitarlo, barre el campo limpiamente de todo derivado oportunista.

En la Bodega de los Apóstoles, a las doce de la noche, Juana la del Pipa, Dolores Agujetas y Macanita son las tres “mujerez” que se reúnen en un solo escenario para poner todas sus cartas en la mesa.  Empieza Juana con una emotiva dedicatoria para Fernando Terremoto a quien brinda “toda la fuerza de todo lo que vamos a hacer ahora”.  La guitarra actualmente más representativa y querida de Jerez, la de Moraíto, rompe con bulería por solea, y Juana, la única de las tres vestida de “gitana” con traje blanco y mantón rojo, suelta su fascinante voz.  A continuación, una creíble interpretación de tientos tangos, aunque en Jerez se otorga menos importancia al compás de cuatro por cuatro. 

Dolores Agujetas con su hijo Diego a la guitarra, canta por solea y siguiriya con toda la intensidad y rabia que caracterizan la casa de los Agujetas, y el padre de la cantaora, Manuel Agujetas, está presente para la ocasión, como cualquier padre orgulloso.  Vuelve Moraíto para acompañar a Macanita por soleá al paso de soleá por bulería, al seis por medio, donde el quejumbroso sonido de la guitarra inevitablemente recuerda las grandes voces femeninas de la historia. 

Después de las bulerías de Macanita, las tres protagonistas se reúnen de pie en el escenario para una ronda de tonás.  Quién lo fuera a decir hace un par de décadas: no una, sino tres mujeres turnándose por un palo considerado “de hombres”.  Y muy dignamente, gracias.   

El inevitable fin de fiesta por bulerías, con pataítas y buen humor, y ni los graves problemas con la amplificación pudieron disminuir el impacto de este “novedoso” espectáculo.

 

 


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