FESTIVAL DE FLAMENCO DE NIMES. Homenaje a José Galván. Israel Galvan…

Resumen: FESTIVAL DE FLAMENCO DE NIMES. Homenaje a José Galván. Israel Galvan…

FESTIVAL DE FLAMENCO DE NIMES

Homenaje a José Galván
Viernes, 23 de enero, 2009. 2100h. Teatro de Nimes (Francia)

Todas las reseñas del Festival de Nimes 2009

Baile: José Galván, Eugenia de los Reyes, Israel Galván, Pastora Galván.
Cante: David Lagos, José Valencia, Javier Rivera.
Guitarra: Alfredo Lagos, Rafael Rodríguez, Pedro Sierra.

Texto: Estela Zatania
Fotos: Copyright Jean-Louis DUZERT

Son cosas que pasan en el Festival de Nimes.  La histórica primicia de reunir a la familia de Israel Galván en un mismo espectáculo y escenario para rendir homenaje al patriarca José Galván, encandiló al aforo completo del Teatro de Nimes la noche de viernes.

Hace años que la persona e imagen de Israel Galván son conocidas internacionalmente.  Por este motivo, fue irresistible la oportunidad de conocer la fuente, las raíces del audaz creador que tanto fascina a sus admiradores, incluso más allá del mundillo flamenco.  En este mismo teatro hace un año, José Galván, padre de Israel, tocó los botones de la afición francesa y la casa vino abajo con su breve intervención en un homenaje a Pepe Linares. 

Mucho antes del invento del formato grande, cuando no había subvenciones ni giras por Japón, cuando apenas existían “obras” siquiera, sino que bailabas al cante y a la guitarra, esperando que alguien te pagara por ello, Galván padre desarrolló una digna carrera en los tablaos, salas de fiestas y alguna turné por las Américas.  Hizo pareja artística y sentimental con la bailaora Eugenia de los Reyes, y desde hace más de tres décadas regentan una de las más prestigiosas academias de baile del país.  La historia de la formación de Israel recuerda la de otros sevillanos actuales con familiares bailaores, como Andrés Marín a través de su padre del mismo nombre, o Pepe Torres a través de sus tíos Pepe Ríos y Andorrano.  Los tiempos flamencos han cambiado, y el baile se entrega de otra manera a la vez que un hilo conductor mantiene el rumbo firme. 

Y tan firme.  Además del extraordinario Israel, está su extraordinaria hermana Pastora, que a pesar de la mega personalidad del hermano, ha sabido reivindicar un lugar propio.  La obra “La francesa” que montó Israel expresamente para ella, un sorprendente ‘tour de force’, marcó su consagración, y desde entonces Pastora brilla con luz propia en diversas obras y colaboraciones, más recientemente como artista invitada con Diego Carrasco en la Bienal de Holanda.

Una especie de presentación por tangos – primero, Israel, luego, Pastora, luego, el padre de ambos y finalmente los tres juntos – además de ser absolutamente histórica y conmovedora, derrocha tanto arte que quieres tener otro par de ojos para asimilarlo todo.  Ves el concepto galvánico en tres estados de formación, sin que parezca un viaje de lo antiguo a lo contemporáneo.  Más bien son tres facetas de una misma idea que se complementan y se refuerzan.

Pero es la noche de José Galván, y con un brillante atrás, David Lagos, José Valencia y Javier Rivera al cante, y Alfredo Lagos, Rafael Rodríguez y Pedro Sierra a la guitarra, nos entrega su baile por soleá.  Fuerza, tanto física como espiritual, pellizcos brillantes, aplomo y madurez; “maestría” es la palabra que viene a la mente.  Ahora, Pastora en bata de cola color pistacho y mantoncillo fucsia para entregar su baile por alegrías cantiñas.  Ves destellos del hermano, siempre pasados por el cedazo creativo de Pastora, que no existe a la sombra de nadie.

Llega Israel para desplegar el catálogo de sus famosos dibujos corporales, con alguna cosita nueva.  Trabaja los perfiles construyendo formas jeroglíficas, toques de humor; con la inocencia de un niño parece estar diciendo “¡mira lo que sé hacer!”

Ahora le toca el turno a la madre, Eugenia de los Reyes, oscura flamencona.  José Galván sorprende a los presentes cantándole “Limosna de amores”, y muy aceptablemente gracias.  Hermosa estampa.  Los veteranos que han sabido transmitir sus conocimientos a tantas personas, el marido cantando a su intensa y temperamental esposa.

Más pinceladas de menor empaque conducen a las tonás de David Lagos que prologan el largo baile por siguiriyas de José Galván.  La presencia del bailaor llena todo el teatro, y el público está pendiente de cada pellizquito.  Galván saluda emocionado y agradecido antes de anunciar el fin de fiesta que incorpora a diversos miembros de la familia, la esposa, hermano y prima de Israel, cada uno su pataíta, y para acabar de derretirnos del todo, el nietecito, hijo de Israel, realiza diabluras por bulerías con el abue, Israel canta, y luego baila con su mujer, José canta a su otro hijo, se abre el grifo de las emociones fuertes y no queda la menor duda de que podemos hablar de una “dinastía Galván”.

El mensaje es inconfundible; el arte no es cosa de sangre, sino que existe donde se ama y se cultiva.  Son cosas que pasan en el Festival de Nimes.

Todas las reseñas del Festival de Nimes 2009


Salir de la versión móvil