3º FESTIVAL SUMA FLAMENCA 2008. Miguel Poveda, Teatro Albéniz

3 FESTIVAL SUMA FLAMENCA
de la Comunidad de Madrid

Teatro Albéniz – 23/05/2008

 


Texto: Pablo San Nicasio

Fotos: Paco Manzano

AGRADECIDOS A USTED, SEÑOR POVEDA

Se pasó la noche dando las gracias Miguel Poveda, y todavía uno no acaba de creérselo. Después de una hora y media dándolo todo, recordando temas de su “Zaguán”, de su “Tierra de Calma”, cantando a palo seco, sin micro, poniendo facultades, afición, ni el más mínimo gesto de alivio… y aún así nos seguía dando las gracias. 

A otros artistas, con mucho menos flamenco en el cuerpo por cierto, va la gente a rendirle pleitesía y no acceden ni a cantar un bis. Ayer va Miguel, don Miguel Poveda, y nos regala para empezar un pregón, “El Uvero”. Aperitivo que destiló gran reserva. Y a palo seco.

No le debió sentar mal a los estómagos porque a todos se nos hizo corto un recital que, por duración y recursos sobre el escenario, casi nadie puede soportar sin hacerse pesado, repetitivo y previsible. En este caso, fue anunciar el final y hasta los acomodadores del Albéniz le pedían que se quedase algo más.

“¡Estás intratable!”, “Eres el Federer del flamenco” (él se parece más a Nadal, pero en este caso Poveda domina todas las superficies), “¡Viva tu madre!”, le gritaban…

A él y a su genial y escogido grupo de palmeros, percusión (Paquito González) y guitarra torera de “Chicuelo”. Este guitarrista hace perfectamente compatibles el virtuosismo con el mismo arte de acompañar.

Alegrías de Cádiz, malagueña, soleá, extraordinario cante levantino, su coplería “La Radio de mi Madre”, tientos-tangos, siguiriya, bulerías. Y el bis, dedicado a su Diego Carrasco. Miguel Poveda nos pinchaba en la fibra con “Alfileres de Colores” y dejaba una estocada en lo alto para terminar una faena que, como la de Morante esa misma tarde en las Ventas, estaba teniendo el misterio de lo único.

Aún así seguía el catalán agradeciendo y dedicando su arte al desaparecido y genial Pencho Cros, a la organización de la Suma Flamenca, al público que rebosaba el Albéniz y que “le acojonaba algo”, a León, a Quiroga… lo bueno de este cantaor es que los años y los galones no han cambiado al joven que arrasó a mediados de agosto del 93 en el festival de La Unión cuando, con toda la timidez del Mundo, no se atrevía ni a presentarse al concurso.

A pesar de que las banderas de sus tangos fueron republicanas, Madrid, la Corte, como él mismo la definió antes de su soleá, la noche del viernes tuvo un rey.

Especial SUMA FLAMENCA 2008. Programación, espacios, reseñas, fotografías, videos…


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