Muere Fosforito, maestro del cante flamenco y referente de una época

Fosforito

El maestro pontanés, una de las figuras esenciales del flamenco del siglo XX, fallece a los 93 años en Málaga tras una vida dedicada al arte jondo.

El mundo del flamenco se viste de luto. Antonio Fernández Díaz, “Fosforito”, ha fallecido este jueves 13 de noviembre en Málaga, a los 93 años de edad. Con su muerte desaparece una de las voces más respetadas y profundas del cante, un artista que supo enlazar la tradición con la modernidad sin perder nunca el pulso de la pureza.

Especial Fosforito – con motivo de la entrega de la Llave de Oro del Cante (2005)

Nacido en Puente Genil (Córdoba) en 1932, Fosforito fue un cantaor precoz, de voz poderosa y temple sereno, que desde joven mostró un conocimiento enciclopédico del flamenco. Su vida artística cambió en 1956, cuando, con apenas 23 años, obtuvo los cinco premios del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, un logro único en la historia del certamen. Aquel triunfo marcó el inicio de una carrera que lo consagró como una figura clave en la evolución del cante jondo.


Maestro de maestros

Autodidacta y riguroso, Fosforito dominó todos los estilos del flamenco, desde las seguiriyas y soleares hasta los tientos, bulerías o tarantos, siempre desde una concepción purista y honesta del cante. Su repertorio, extenso y variado, abarca más de quinientas grabaciones, entre ellas registros fundamentales junto a guitarristas como Paco de Lucía o Juan Habichuela.

Su cante, caracterizado por la claridad de la voz y el equilibrio entre emoción y conocimiento, le valió el respeto de artistas y estudiosos. Fue, además, autor de sus propias letras y compositor para otros, entre ellos Camarón de la Isla, que utilizó algunos de sus versos en los primeros años de su carrera.

Durante las décadas de los cincuenta y sesenta compartió escenarios con figuras legendarias como Pepe Pinto, Juan Valderrama o Manuela Vargas, con quien recorrió América en la gira de la Exposición Universal de 1964. En su voz se reconocía el eco de los antiguos maestros, pero también una inteligencia musical que lo convirtió en un verdadero intelectual del flamenco.


Premios y reconocimientos

A lo largo de su vida, Fosforito recibió los máximos honores que puede alcanzar un artista flamenco. En 2005 le fue concedida la V Llave de Oro del Cante, distinción reservada a los grandes nombres de la historia del flamenco. También fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, la Medalla de Andalucía, el Premio Ondas por su trayectoria y el Premio Pastora Pavón “Niña de los Peines”.

Su vínculo con Córdoba fue siempre profundo: Hijo Adoptivo de la ciudad, miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, y alma inspiradora del Centro de Flamenco Fosforito, instalado en la Posada del Potro, un espacio que mantiene vivo su legado y su magisterio.

En 2022 depositó parte de su herencia artística en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, dejando una réplica de su Llave de Oro, un disco grabado junto a Paco de Lucía y un libro para acercar el flamenco a los más jóvenes, muestra de su compromiso con la transmisión del arte jondo.


Un legado inmortal

Fosforito fue, ante todo, un hombre del cante: discreto, culto y profundamente devoto de su arte. En sus últimos años residió en Málaga, donde disfrutaba de una vida tranquila junto a su familia.

Con su muerte desaparece el último eslabón directo de una generación irrepetible, la de los grandes maestros del siglo XX, pero su voz —grabada en los surcos de la memoria flamenca— seguirá viva en cada seguiriya, en cada quejío donde la emoción se hace verdad.


Fosforito fue el cante con conocimiento, el arte con palabra. Su nombre pertenece ya a la historia.

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