Entrevista a David Leiva, investigador de guitarra flamenca

David Leiva

David Leiva

Texto: Silvia Cruz Lapeña
Fotos: Raúl Torrent

Hablamos con David Leiva, investigador y docente de guitarra flamenca, con más de 60 libros publicados, se enfrenta a la ingente tarea de transcribir toda la obra de Paco de Lucía.

“Mozart fue Mozart y no tuvo sucesores. Y lo mismo pasará con Paco”

Tras el rastro minucioso del maestro

David Leiva nació en Almería pero con un año se mudó a Cataluña con su familia. Se le ve un tipo tranquilo, que se expresa y se maneja sin prisa, pero que se mueve con el acicate de los que están esperando algo importante. En su caso es una hija, y como no es primerizo, hace ya un tiempo que aparcó los conciertos con su formación de jazz y se centró en su trabajo de investigador y docente de guitarra flamenca. El último fruto de esa tarea de encierro es “Antología de falsetas de Paco de Lucía”, del que acaba de sacar un volumen dedicado a las bulerías y que es sólo el primero de los 24 libros que formarán la colección. David tiene claro que se enfrenta a una tarea enorme: la de recopilar, estudiar al detalle y transcribir todas las falsetas que el maestro grabó durante su carrera en solitario y con algunos cantaores. 

David nos cita en el Conservatorio del Liceu, donde es un gusto hablar de música y nada raro que se hable de flamenco gracias a la labor de docentes como Manuel Granados, a quien Leiva considera el maestro del que más ha aprendido. “Aquí hice la carrera de flamenco, pedagogía musical y guitarra clásica”, explica. Y aquí también lleva once años dando clases de acompañamiento al cante, entre otras materias. David tiene ya 60 libros publicados, ajusta y firma los instrumentos que salen de las manos de Juan Montes, lutier con el que va a sacar una colección de guitarras de concierto a precios asequibles para Navidad. “Muchos alumnos me comentaban que no podían comprar una guitarra buena y se nos ocurrió hacer una serie a buen precio y de calidad”, explica a Deflamenco.

La compleja tarea de transcribir

Hablar con él de su trabajo sobre Paco de Lucía es apasionante. Alguien que se detiene a conocer al milímetro cada nota y cada movimiento del maestro con conocimiento de causa daría para hablar durante horas. La tarea de transcribir es parecida a la de traducir, sobre todo porque nada es objetivo. Tampoco una partitura. “Busco la falseta, la selecciono, meto el audio en un programa, corto la falseta y escucho ese audio mil veces para poder sacarlo con la guitarra y pasarlo a partitura. Y de ahí, pongo la digitación.” Dicho así, parece fácil pero escriturar a Paco de Lucía, aunque sea una delicia, no es tarea sencilla. Menos si hay que llevar sus vertiginosos movimientos a un papel. 

 

Este trabajo, que es didáctico pero también de comprensión y recopilación de la obra del mejor con la guitarra, se le ocurrió en 2013 y ocultaba el deseo de conocer a Paco de Lucía. “No lo conocía y por eso estaba feliz de que hubiera aprobado que llevara a cabo este proyecto. Firmamos el contrato a finales de 2013 y en febrero murió, con lo que mis deseo de poder preguntarle cosas se desvanecieron.” Ahora sigue su trabajo sin opción a preguntar, con la intención de recorrer en 24 volúmenes repartidos por épocas y palos, toda la obra de un maestro del que habla maravillas. “Si tuviera que quedarme con algo, me quedaría con la limpieza de su sonido. Pero es que además era rápido, tenía fuerza y era complejo en la composición.” Leiva, que sigue al detalle y orden cronológico la obra de De Lucía, asegura que siempre fue evolucionando, que hasta en la primera época, cuando estaba muy influenciado por Niño Ricardo y algunas cosas de Sabicas, se le pueden ver maneras de compositor.

El libro está pensado para cualquiera que toque la guitarra, novel o experimentado, y Leiva, como profesor que es, no puede evitar dar algún consejo:  “Recomiendo escuchar el disco que contiene el libro, usar un metrónomo y tocar encima de Paco de Lucía.” Aquí hay unas risas porque lo dice así, como si fuera cualquier cosa, pero sabe que no es fácil. “Es bastante difícil seguir a Paco de Lucía. Pero hay programas que permiten bajar la velocidad del audio. Yo lo uso para transcribir y recomiendo a los alumnos que los usen para ensayar.” 

Un maestro sin sucesores

Entramos en el tema de las nuevas tecnologías porque David también es profesor a distancia por obra y gracia del Skype. “Tengo alumnos en China, Taiwán, Italia o Estados Unidos. Desgraciadamente, ninguno en España, y aunque no puedes moverle el dedo de sitio al alumno, tengo que reconocer que se parece mucho a una clase presencial.” Leiva asegura que las nuevas tecnologías no han hecho más que ayudar a la enseñanza y la práctica de la guitarra. “Desde programas de grabación, de audio, a webs y páginas donde se enseña a tocar la guitarra o el mismo Skype posibilitan llegar a muchos sitios y también hacen más fácil algunos trabajos.” Leiva tira de las nuevas herramientas para dar sus clases y por eso inventó un método docente con el que sus alumnos pueden acompañar a Fosforito, Camarón o Mairena. Eso sí, asegura que ninguna tecnología sustituye las muchas horas de ensayo que precisa un instrumento y que por suerte la guitarra admite pocas trampas. Él, que también ha acompañado a cantaores como Juan Pinilla o Nano de Jerez, asegura que con cantaor es más fácil maquillar algún error, pero que la guitarra de concierto admite pocos fraudes. 

 

El comentario nos da pie a hablar de los guitarristas de hoy, entre los que Leiva augura poca evolución. “Es que Paco de Lucía lo inventó todo en 50 años. ¿Qué vamos a ver ahora? Salen muchos guitarristas muy buenos, se hacen cosas bonitas, pero creo que la guitarra está estancada”, explica Leiva que saca de ese grupo a Diego del Morao, Vicente Amigo, Gerardo Núñez y pocos más. Al preguntarle qué “culpa” tiene de la situación Paco de Lucía, Leiva dice que mucha. “Era el maestro, todos nos mirábamos en él, es normal que todos lo copiemos. Pero ese afán de copiarlo ha llevado, sin remedio, a una uniformidad del sonido. ” 

Se detiene poco en estas valoraciones, se muestra prudente ante el trabajo de los músicos y prefiere volver al maestro. Siguiendo como sigue la pista de cada nota que parió el De Lucía, vuelve a destacar la musicalidad del algecireño. “En Siroco, por ejemplo, se ve de qué manera  interpreta. Hay fortes, pianos, minuendos… ¡cosas que vemos en partituras clásicas!”, explica un Leiva entusiasmado y remata con una seguridad pasmosa que no, que Paco de Lucía no tiene herederos. “Mozart fue Mozart y no tuvo sucesores. Y lo mismo pasará con Paco” 


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