Texto: Pablo San Nicasio Ramos
Fotos: Rafael Manjavacas /www.cano.tv
“En la música vamos hacia atrás”
Dos discos instrumentales nada convencionales en año y medio le avalan. Eso hablando sólo de lo que tenemos más reciente, porque “Canito”, o Cano, ya llevaba algún tiempo en esto. “Veinticinco años tocando”. Guitarrista comprometido en hacer que el instrumento “diga algo y exprese”, su sonanta puede presumir de fertilidad y vanguardia a partes iguales. Sin importarle nada más que tocar, allá donde le llamen. Este catalán de origen extremeño y afincado en Sevilla tiene además muchos gatos en la barriga. Esos que llenan a uno de rabia para seguir peleando y demostrar que las programaciones de “sota, caballo y rey” tienen la penitencia en su pecado. “Flamenco Crossover” es lo nuevo de Cano, y además de serlo, lo parece.
De ti tenían noticias los flamencos, pero del Ensemble Hispánico Numen no tantas… “Pues es un conjunto que ya tiene lo suyo. Llevamos seis años, aunque yo no soy miembro del “Ensemble” como tal… somos un grupo poco convencional, pero aún así llevamos recorridos más de veinte países. Lo mismo por eso se nos conoce más fuera que dentro. Empezamos en un festival en Castellón, en 2004, y ya se nos hacía imprescindible sacar este disco. Aquí hay material antiguo y reciente, todos los temas son míos, excepto el tema de piano, de mi primo Pablo y el tema de las “Desviaciones…” de Giovanni Picchi”
¿Cuándo empezasteis? “Fue hace cuando Rafael Fernández, el violista del grupo, me comentó lo que hacía con otros músicos. Ellos antes eran un montón, nueve, pero no se les conocía. Allí estaba gente como Dorantes, Manolo Rosa de “Alameda”, etc… lo que pasa es que cada uno tenía sus proyectos y se fueron yendo cada vez más, cada uno emprendía sus giras, hasta que se quedaron tres. Eran los “Caponata Argamacho Trío” que finalmente se formalizó en el “Hispánico…
Rafa, como te decía, es una persona que está constantemente moviéndose, él es el arreglista del grupo, todos componen, pero él arregla. Pues eso, estábamos los dos juntos de gira, por Estados Unidos, haciendo flamenco con compañías de baile y él ya tenía el grupo en mente, el Caponata… me propusieron trabajar con ellos y hasta ahora…tienen un repertorio clásico increíble…
Son tres personas muy diferentes, Rafa es el único de formación clásica. El bajista eléctrico es multiinstrumentista y viene del folk y del punk. Y luego Nacho, que toca el saxo soprano, el Ewi y los vientos en general, viene de la música antigua. Pero todos, han trabajado con flamencos y conocen este mundo de sobra.”
Hablemos de “Flamenco Crossover” “Es un proyecto que viene de lejos, y que además no se cierra aquí, tenemos material para hacer otro disco, pero poquito a poco. Es una onda que no tiene nada que ver con lo que se suele oír. Y es flamenco, que conste. Yo no sé hacer otra cosa. Y parto del flamenco tradicional, sin ser esto evidentemente composiciones tradicionales.
Es un disco hecho en cuatro días, en mi casa, sin cascos…todo en un buen rollo especial, de amigos. Y así ha quedado, empastado, ensamblado con naturalidad. Hemos visto que se puede hacer música de cámara flamenca”
¿Quién es Michael Brecker? “Es un jazzero bestial, una estrella de las grandes. Él tocaba el Ewi, fue el precursor de ese instrumento. Y le dedicamos este tema. Está hecho con la filosofía de un tema de Wagner que escuché hace tiempo. En él repetía una idea en diferentes sitios y aluciné como lo hacía. Y yo lo hice también. Simplemente. Rafa luego sacó la vertiente rockera y arregló el asunto”.
“Canción de Amor”, el nombre, me recuerda a algún guitarrista… “Es que pensé en el maestro Paco, precisamente. Él en su tema, hizo algo que le salió, así…tan natural…y yo cada vez que hacía algo que se parecía a eso, o que me recordase a las sensaciones que tuve al escucharlo, lo titulaba “Canción de Amor”. Y aquí ha salido. Acabo por tangos para darle algo de alegría y frescura.”
El tema dedicado a Hermeto Pascoal no tiene mucho de brasileño ¿Por qué pensasteis en él? “Ya, lo que ocurre es que nos recuerda a él porque en algunos momentos se produce una amalgama de notas, como un barullo, con la filosofía musical que él imprime a lo que hace. Y si algún tema tenía que estar dedicado a él, era este. Es un músico increíble. Todos los conservatorios del Universo tenían que tener en sus paredes los “Mandamientos” de la música de Hermeto Pascoal”.
¿Lo conocéis? “Personalmente no, pero ha mandado música para que la toque el Hispánico y entre ellos sí tienen contacto”.
“Hay gente que toca mucho, pero quizá no tiene tanto el concepto de disco. No es lo mismo tocar mucho, o tocar muy bien y ser un fiera, que grabar un disco. Y ahora me he visto con música hecha para el disco y no he dudado”
“La Rueda” suena a filosofía de jazz “No es jazz aunque la idea era improvisar sobre una rueda. Nos salió hace muchos años para rellenar un recital. Puse varias cosas como pude y la fuimos mejorando. El caso es que al final de los conciertos nos iban diciendo que era lo que más le gustaba a la gente y la fuimos asentando. Total que ya se hizo de repertorio”.
En mi opinión el tema cumbre del disco pero es el más corto, las “Desviaciones…” “Sobre un tema del músico barroco Giovanni Picchi. Esto surgió a petición de John Griffiths, un maestro de la vihuela y los instrumentos antiguos. Él pidió un tema que versionase a Picchi y nos salió esto. Lo hicimos para un festival de música antigua que él organiza con sus alumnos en Australia. Fue muy curioso poner las dos piezas juntas, la original y nuestra versión. Es que además está en tiempo de bulería, con una línea de bajo…pero hecha con criterio, contrapunto, etc. Es un resultado curioso porque la guitarra se utiliza como percusión. Creo que no es nada frívolo, a pesar de lo que pueda parecer.”
Y de repente nos encontramos con Enrique “El Mellizo” “La malagueña que le dedicamos está basada en una historia que me contó el maestro Rafael Jiménez “Falo”. Él me dijo que el Mellizo era un enamorado del canto gregoriano, que escuchaba además a menudo en la catedral de Cádiz. Eso, y que tuvo una historia de desamor que le dejó tocado…quise juntar un poco ambas filosofías, ese cóctel explosivo para hacer esta pieza. Hay un punto de religioso, de solemne, de triste…”
Vuelve a aparecer tu primo Pablo “Musicazo, es un corazón andante. Recuerdo que en Barcelona, en el centro extremeño donde empezamos a estudiar música, todos dejamos de ir excepto él, que se hinchó a aprender piano y solfeo con la mujer que daba clase. La maestra Vilanova. Pablo ahora tiene su grupo, la “Camerata Flamenco Project”. Es un tío para estar siempre pendiente de lo que hace.”
Y lavas la cara a tu suite “Mi pequeño mundo”. “Sí, porque aunque aparece en “Son de Ayer”, es un tema que ahora tiene a todos los músicos que quería dándole vida. Es una pieza larga, por estampas independientes y me representa a la perfección”
Granaína con regalo… “Pero ojo, que no es una coña fácil que se mete ahí. Se trata de una conversación que circulaba por Internet y por los móviles. Es de un pueblo andaluz, lo que no sabría es decirte de cuál exactamente. Entonces, pensando en Hermeto Pascoal, a alguien se le ocurrió hacer la melodía de la propia conversación, y luego armonizarla. Lo que está de fondo es la idea de que todo, pero todo absolutamente todo lo que hacemos y decimos, es música y lleva música dentro. Y el propio Hermeto lo escuchó, le gustó y lo valoró.”
“Yo soy tremendamente rebelde cuando me hablan de cosas inamovibles. Y el flamenco es mucho de esto. Esto es así y punto…y yo no puedo con eso. En el flamenco estamos desaprovechados, muy dejados y, repito, no vemos las posibilidades escénicas de la guitarra, del cante…”
Citas a Stravinsky en el disco “Encontramos esa frase en la Red. Nos pega. La propuesta del Ensemble son cuatro caminos, tantos como músicos: clásica, flamenca, contemporánea, folk, rock…mira, ya te he dicho más…”
No veo mucho jazz “Es que siendo exactos no hay jazz porque no hay ninguna nota improvisada. Está todo escrito, todo tiene su partitura y nada se deja al libre albedrío”.
¿Compusiste ex profeso para el Ensemble? “No, yo me pongo a pensar y después de hecho canalizo los resultados según vea donde pueden ir mejor. O, como en el caso de la pieza “Mi pequeño mundo”, trato de revisarla para diferentes puntos de vista instrumentales. No, no voy con una idea preconcebida”
Y ahora volcado sólo en ti, ya nada de compañías. Y sembrado porque en año y medio dos discos… “Bueno, si sale algo lo hago. Pero sí, centrado en mi faceta de guitarra solista y camerística. Es que llevo veinticinco años “liao” de acá para allá y ya era hora de sacar lo mío a la luz. He tratado de cambiar el concepto y ser yo, libre.
Hay gente que toca mucho, pero quizá no tiene tanto el concepto de disco. No es lo mismo tocar mucho, o tocar muy bien y ser un fiera, que grabar un disco. Y ahora me he visto con música hecha para el disco y no he dudado.
Todos los años anteriores de música para teatro, danza, musicales…me hicieron cambiar mucho el chip, para meterme en un terreno que me gustaba. Soy un soñador y tenía que crear música que te llevase a situaciones, como si fuera “New Age”, siendo flamenco, claro”.
Te metes en camisas de once varas desde que sales al escenario, cualquiera que vaya a ver un flamenco más se equivoca desde antes de ponerte a tocar. “Lo dices por la posición de tocar, supongo. Mira, yo he visto de todo en mi vida y creo que a nivel postural, escénico, musical, el flamenco está en la prehistoria. No sacamos partido ni al escenario ni a la propia guitarra. Y el rollo de tocar con bandolera era algo que tenía ganas de hacer porque además me permite estar más relajado, de otra manera. Y al final no fue tan peligroso, porque a pesar de los miedos que pudiera tener, creo que a la gente le gustó, como lo de tocar en silla alta. Es diferente, ni mejor ni peor que la postura tradicional.
A eso únele que yo soy tremendamente rebelde cuando me hablan de cosas inamovibles. Y el flamenco es mucho de esto. Esto es así y punto…y yo no puedo con eso. En el flamenco estamos desaprovechados, muy dejados y, repito, no vemos las posibilidades escénicas de la guitarra, del cante… había que hacer otra cosa con todo el respeto y todo el cariño”
¿Ves a los guitarreros de toda la vida en la onda de amplificar la guitarra? “No, aún no, hay sistemas buenos. También es algo que he llevado al límite. A mí me gusta tocar sin amplificarme nada, pero cuando te juntas con un piano o con mucha gente en el escenario… pues no se te oye. Y encima no quería tener un micro y no poder moverme. Aún queda por explorar en este terreno. Yo le pedí a Arcadio Marín que me hiciese algo para enchufar la guitarra, para ponerle bandoleras…y a buscarme las vueltas.
He escuchado que se están haciendo cosas interesantes, pero yo sigo con mi DPA y de momento no he encontrado nada mejor.
Pero es que no hace falta irse tan lejos, los flamencos dejan de lado cosas como las dinámicas, que son esenciales en música. No se valoran esas cosas y son básicas porque ¿A quién se le ocurre hacer un discurso plano, sin altos ni bajos? Pues así andamos…”
A pesar de todo, puede que aún te parezcas a Riqueni “Bueno, trato de ser yo siempre, pero es que él es mi guitarrista. Es el que más me gusta y al que más he escuchado. Estuve con él hace dos años, un poco antes de sacar “Son de Ayer” y la verdad es que aluciné con lo que hizo con mi soleá. Quise que apareciera en ese disco, en la soleá que compuse pensando en él, pero no ha podido ser. Creo que quiere volver a grabar. Sería genial. Él es de los pocos músicos, no digo guitarristas, digo músicos, que es capaz de transmitir emociones y expresar cada momento con su guitarra. Habla con su guitarra, crea climas. Dice cosas. Más allá de las notas.”
“En general, en la música se va para atrás. Es evidente. Pon un disco de Mozart, de Bach…y pon la radio ahora…pon lo que se escuchaba por la gente hace tres siglos y sintoniza lo que hay ahora para las masas…esto es una involución total”
Puedes presumir de haber hecho siempre lo que has querido “Sí y, hombre, no te digo que cuando saqué el anterior disco no tuviera algo de miedo o incertidumbre, que luego al final fíjate qué éxito. Pero sí que estaba temeroso por la acogida. Luego resultó que fue genial y mira, llegué mucho más lejos de lo que yo hubiera pensado. Daba por hecho de que las pocas libertades que se permiten en el flamenco, los prejuicios, prohibiciones estéticas… saliesen a relucir y me iban a poner verde. A eso no le tenía miedo pero bueno, lo tenía en cuenta. Quizá temía más el que no se me concediese tiempo mínimo de escucha, que ya de entrada no se atendiese a lo que había detrás de cada tema.
El flamenco no permite muchas licencias y donde hablas de suite, de una siguiriya no tradicional…pues te expones a muchas cosas, la primera que te digan que no es flamenco. Y es cierto que no es flamenco tradicional, pero sí es flamenco. Y suena a antiguo en muchos aspectos.
Tarde más o tarde menos siempre procuro hacer lo que quiero. Y solo pido que me escuchen, que esto se divulgue”.
¿Está todo inventado sí o no? “Ahora se recrea lo que está inventado. La música en general y el flamenco en concreto tienen mucho más tiempo atrás del que parece y a veces no lo valoramos, creemos que antes eran peores, y si uno piensa un poco con realismo se da cuenta de que nosotros recreamos, no tanto inventamos. En general, en la música se va para atrás. Es evidente. Pon un disco de Mozart, de Bach…y pon la radio ahora…pon lo que se escuchaba por la gente hace tres siglos y sintoniza lo que hay ahora para las masas…esto es una involución total.”
Me quieres decir algo sobre el futuro “Te quiero decir que el flamenco no sobrevivirá estando como están los festivales, las programaciones, cerradas a cal y canto. Hasta tres veces consecutivas se me ha negado entrar en la Bienal de Sevilla. Se nos valora a los jóvenes, a mí y al Ensemble, mucho más fuera que dentro, trabajamos muchísimo más fuera que dentro…no sé…hay cosas que llaman mucho la atención, pero mucho mucho. Ahora nos vamos a Mali, iremos por ocho o nueve países de América Latina en verano, el “Ensemble” tiene proyectos para hacer música para niños en África…así están las cosas.”
