XVI Festival Flamenco Caja Madrid 2008. El Cabrero, Mayte Martin, Calixto Sánchez…

XVI FESTIVAL FLAMENCO CAJAMADRID 2008
“DUENDE Y COMPÁS”
Cante EL CABRERO, guitarra Rafael Rodríguez
Cante MAYTE MARTÍN, guitarra Juan Ramón Caro
Cante CALIXTO SÁNCHEZ, guitarra Manolo Franco

Teatro Albéniz. Madrid. Miercoles 30 de enero

 

Texto: Manuel Moraga
Fotos: Rafael Manjavacas

CATA DE CANTES

Noche para disfrutar de una de las principales características del arte: la personalidad. Nada tienen en común los estilos del Cabrero, Mayte Martín y  Calixto Sánchez, pero todos son parte de eso que llamamos flamenco. Ayer pudimos recrearnos con una degustación de cante.

José Domínguez El Cabrero vino “con enormes ganas de cantar para ustedes”, pero se quedó en eso, en las ganas, mal que nos pese. Cierto es que El Cabrero no es amigo del “duende”, pero sí de la verdad… La suya, sí, pero al fin y al cabo, la de cada uno es la verdad que vale. Le vimos flojo, sufriendo demasiado, pero en su línea de honestidad consigo mismo. Fue como un cava sin burbujas: nos queda la esencia, pero sin fuerza. Alguien a mis espaldas dijo “se ha quedado en los sesenta”, y un servidor se pregunta ¿alguien se imagina al Cabrero cantándole al tren de Cercanías -como hizo Mercé- o  la “Play Station”, o como quiera que se llame el trasto ese?… Bueno, podría ser, pero ya sabemos en qué plan lo haría. Lo que intento decir es que cada uno es como es y si El Cabrero no fuera como es, no sería El Cabrero. Eso sí, la guitarra añeja de Rafael Rodríguez nos gustó de verdad.

 

Querida Mayte Martín:
Recuerdo que la primera vez que charlamos -en Albacete y recién publicado tu primer disco- me hablabas del respeto que te daba Madrid: “ese público tan frío que analiza todo lo que haces”. Recuerdo que algún tiempo después te vi cantar en el Colegio de Médicos de Madrid presentando tu segundo disco flamenco: nos emocionaste a todos y el calor del público te emocionó. Querida Mayte, ayer viniste a saldar una deuda pendiente: la que se gestó cuando hace unos años, en este mismo escenario, un catarro te impidió dar lo que tenías y, aun así, el público te mostró su cariño. Querida Mayte, sólo con escuchar ayer tu primer cante por petenera se nos erizó el vello.  Lo demás fue a mejor. Juan Ramón Caro y tú nos emocionasteis otra vez con todo: con las malagueñas con el garrotín, con la guajira, con las siguiriyas… Gracias Mayte. Fue muy bonito. PD: Juan Ramón,  tu guitarra suena cada vez más a la dulzura de la voz de Mayte: ¡ole, viva tú!

Fin del género epistolar.

Queda Calixto, que es como invertir en bonos del Estado: es un valor seguro y no suele fallar. A Calixto Sánchez le gusta recrearse en sus aires serios y ceremoniosos. La mano izquierda apretada, en un puro puño, la mano derecha abierta para expandir su arte y la chaqueta abierta para cantar a percho descubierto. Mayte Martín dejó muy alto el listón y el de Mairena del Alcor  tuvo que emplearse a fondo para que la noche no decayera. Malagueñas, siguiriyas, tientos, cantiñas, bulerías y hasta las obras completas de Machado, como dijo un amigo. Todo para entregarnos ese flamenco de interior, serio, cabal, ceremonial, casi litúrgico. Y Manolo Franco, sembrao.

En definitiva, tres maneras distintas de entender y de transmitir un mismo hecho. Noche para paladear diferentes gustos, para respirar diferentes aromas, para apreciar colores dispares. Noche de cata de cante.

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