Ninguno de los jóvenes que actuaron en el
Festival de Nimes la tarde de miércoles 25 de enero
fue ganador del primer premio de su especialidad en el concurso
de La Unión del 2005, pero la intención estaba
clara y admirable: presentar a jóvenes promesas del
cante, baile y guitarra más actual dentro del marco
del festival.
Guitarra…
En el 2005 en el concurso de La Unión el premio a
la guitarra el “Bordón” fue declarado desierto,
entonces sigue vigente el reinado del Rey llamado Antonio,
ganador de dicho premio en la edición del año
anterior. Habiendo ganado también el premio a la guitarra
de la peña Los Cernícalos de Jerez de la Frontera,
su tierra natal, el joven es de los más destacados
solistas de la guitarra flamenca de su generación,
fenómeno entre fenómenos. El jerezano ofreció
un recital de cuatro composiciones, empezando por taranta.
Posee una técnica deslumbrante y le perdonamos cierto
efectismo precisamente por su sorprendente dominio. Buen tacto
y fraseo, sensibilidad y un picado energético además
de detalles musicales originales mantienen el interés
de principio a fin. Si en algo peca es en cierta uniformidad
entre las piezas. Los acordes característicos de la
taranta sólo brillan brevemente, la colombiana pudo
ser guajira con un mínimo de imaginación, una
composición en compás ternario pudo ser romance
y en general la mayor parte de cada composición es
de libre formato. La bulería con la que cerró
su intervención sí que no ofrecía resistencia
alguna y chorreaba música.
Antonio Rey
…baile…
Iván Vargas Heredia, bailaor granadino de 20 años
se llevó el segundo premio al baile el año pasado
en el Festival de La Unión. El suyo es un baile de
fuerza cargado de tensión, muy a lo granadino, con
detalles claramente procedentes de Manolete (posturas aguantadas
en el aire) o Mario Maya (líneas geométricas
y el numerito de los pies realizado sentado en una silla).
Sus facciones raciales y cuerpo compacto y esbelto serían
la envidia de cualquier bailaor y su técnica es pulida.
No obstante sigue una escuela que en el año 2006 resulta
algo caduca. En resumidas cuentas su baile tiende a lo frenético,
o dicho de otra manera, se mueve demasiado. Un breve segmento
de chaqueteo a lo torero reveló que es capaz de un
exquisito minimalismo, pero el público francés
premiaba más el taconeo relámpago y las paradas
repentinas. Cerró la primera parte con su taranto rematado
con un largo baile por tangos como corresponde a su procedencia.
Ivan Vargas. Foto: Estela Zatania
…y cante…
Después del descanso, el cantaor extremeño
Miguel de Tena, ganador del segundo premio de la Unión
al cante en 2005 tomó asiento en el escenario con el
guitarrista Fernando Rodríguez. Miguel posee una voz
de tenor irlandés que es especialmente apta para un
tipo de cante pre Mairena que realiza con gran cariño,
especialmente los cantes de Manuel Vallejo. Nos hubiera gustado
escuchar algunos tangos o jaleos extremeños pero también
fue agradable recordar el fandango por soleá de Vallejo,
además de malagueñas no melliceras rematadas
con abandolao o las alegrías clásicas con una
del Pinini y la cantiña de las Mirris. Por bulerías
recordaba cuplés antiguos como el “Frutero”
de Vallejo o “Era trianera y se llamaba Carmen”.
Destacable el acompañamiento de Rodríguez que
todo lo que le falta de pinta de flamenco lo tiene de aire
en su toque. La costumbre que tiene Miguel de forzar la voz
más allá de sus límites naturales es
un fallo fácilmente corregible que fue perdonado una
y otra vez por los franceses que ofrecieron sus más
calurosos aplausos y no dejaron que se retirara el cantaor
sin un bis de fandangos naturales.
Miguel de Tena. Foto: Estela Zatania
Otro baile de Iván Vargas, esta vez por alegrías,
acompañado nuevamente por el guitarrista Luis Mariano
y los cantaores Pepe Jiménez y Rafaela Martínez
y un simpático fin de fiesta incluye el más
que respetable cante de Fernando Rodríguez y la pataíta
de Antonio Rey.
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