XIII Festival Flamenco Caja Madrid 2005 – Salmonete, Rancapino, El Guito

Entrega del Galardón Flamenco «Calle
de Alcalá».

1ª Parte:

“El sentir más jondo”
SALMONETE DE JEREZ – ALBERTO SAN MIGUEL
RANCAPINO – FERNANDO MORENO

2ª Parte:
Entrega del Galardón Flamenco «Calle de Alcalá»
2005 al bailaor y coreógrafo MARIO MAYA y entrega del Galardón
Flamenco de Honor del Festival, a la Maestra y leyenda viva del
baile PILAR LÓPEZ
Presenta: José María Velázquez-Gaztelu

“Mis recuerdos”
A PILAR LÓPEZ, institución de la danza de España
Al baile: Compañía de flamenco “EL GÜITO”

Texto: Sonia Martínez Pariente

Dos fueron los protagonistas en esta ocasión en
la entrega del galardón «Calle de Alcalá»
de la decimotercera edición del festival Caja de Madrid:
Pilar López maestra de maestros del baile, como Antonio Gades
o el Guito. Y Mario Maya otro de sus aventajados alumnos.

De la mano de Mario y del Guito, sus “niños”
como ella los llama, recogió Pilar este galardón flamenco
de honor. “Quiero que participen ellos dos que están
a mi lado. Y anda por aquí revoloteando y está entre
nosotros alguien que se nos ha ido y que llevo en mi corazón,
Antonio Gades” expresó Pilar a la hora de agradecer
emocionada el premio. Posteriormente el bailaor y coreógrafo
Mario Maya recibió su distinción haciendo una reflexión
sobre como debe ser el baile flamenco.

La jornada comenzó con el cante de Salmonete de Jerez. Por
alegrías y seguiriyas este jerezano mostró una voz
potente y que entrega al máximo en algunos tercios. El suyo
es un cante tradicional como dejó patente en fandangos, soleá
y bulerías.

Rancapino saca partido a su voz rota. A veces, para que dijera
los cantes, la guitarra de Fernando Moreno callaba para percibir
la jondura del cantaor. Cierto es que a veces se echa en falta un
repertorio más variado en sus actuaciones.

Cerró
la velada el Guito con fragmentos del espectáculo dedicado
a Pilar López. Volvió a bailar sus clásicos
como la farruca y la soleá, en los que como de costumbre
demuestra que su baile es un referente de la danza flamenca, impregnado
de sabiduría. La compañía también estuvo
a la altura, los chicos en el martinete y las alegrías, y
las chicas en los tarantos y los tangos. El fin de fiesta por bulerías
puso el punto y final ovacionado por el auditorio.

Fotos: Rafael Manjavacas

Rancapino