XII FESTIVAL FLAMENCO PALAU DE LA MÚSICA – Enrique Morente y la Orquesta Chekara de Tetuán.

XII FESTIVAL FLAMENCO PALAU DE LA MÚSICA
Enrique Morente y

la Orquesta Chekara de Tetuán

Jueves, 17 de enero, 2008. Palau de la Música, Valencia

Texto: Rubén Gutiérrez

Cante: Enrique Morente. Guitarra: Pepe Habichuela. Percusión: Bandolero. Coros y Palmas: José Enrique Morente, Ángel y Pedro Gabarre. Canto y Violín: Jallal Chekara. Kanún: Asis Samsaoui. Ud: Youssef El Hussain. Violin: Fathim Benyakoub. Darbuka: Mushine Karraichi. Ney: Mustafa Hakam

REGRESO AL FUTURO
 
Cuando se asiste por primera vez a un espacio escénico se sienten unos nervios extraños, cual niño con zapatos nuevos y expectante de  como se va a desarrollar el recital. El Palau de la Música de Valencia, considerado como unos de los mejores auditorios de nuestra geografía, no nos defraudó, todo lo contrario, nos permitió contemplar un gran espectáculo que por mor de las condiciones que reúne el recinto, es difícil que se puedan repetir en un festival flamenco al uso.

El festival valenciano, con una docena de ediciones a sus espaldas, ha reunido estos días a un gran número de figuras, como la compañía de Eva Yerbabuena, o el grupo de Miguel Poveda, presentando sus propuestas actuales, y un concierto muy emotivo del que denominamos Rey Midas del Flamenco. En esta ocasión concurrían muchas efemérides, por un lado se celebraba el cincuentenario de la fundación de la Orquesta Chekara de Tetuán, y el décimo aniversario del fallecimiento de su mentor Abdessadaek Chekara, unos de los mejores músicos de la historia de Marruecos. Nacido en Tetuán, se acercó al ambiente flamenco que corrió por la Calle Luneta y el Teatro Español, admirando y aprendiendo esas melodías, ritmos y armonías, que sus antepasados también degustaron en el Al-Andalus antes de su expulsión hacia tierras magrebíes, y que se tradujo en ese proyecto denominado “Macama Honda”.


Enrique Morente (foto: Rafael Manjavacas)

Uno de los recitales más clásicos de los que le hemos podido escuchar en los últimos tiempos… un repertorio lleno de compás

Igualmente se producía un reencuentro entre dos grandes artistas que llevaban años sin compartir un escenario. La colaboración de Pepe Habichuela con Enrique Morente dio lugar hace treinta y dos años a uno de los mejores discos de la historia del Arte Jondo, nos referimos al “Homenaje a Don Antonio Chacón” (Hispavox) que supuso una mirada hacia esa gran figura que por aquellos años estaba un tanto olvidada debido a las corrientes manieristas. Para rizar el rizo, Morente ya estuvo de gira con la Orquesta Chekara hace una veintena de años. Por todo ello solo queríamos que empezara el espectáculo, pues la prueba de sonido ya nos corroboró nuestras sospechas de lo que iba a acontecer.

Morente miró al pasado, pero ese pasado en su momento fue un futuro. El más vanguardista de los artistas de su generación supo ganarse enemigos por su forma de entender este arte que ahora lo ha catapultado a la cima de los grandes interpretes y que corroboró de la mano de Pepe Habichuela y su magistral guitarra, haciendo uno de los recitales más clásicos de los que le hemos podido escuchar en los últimos tiempos, con un repertorio lleno de compás, interpretando alegrías, el polo, soleares de Triana, tientos y fandangos. Con el resto del grupo, solamente ejecutó las bulerías y martinetes como nos tiene acostumbrados, todos alrededor de un micrófono marcando compás, donde Kiki y Ángel también tuvieron su participación en los cantes.

Tras el descanso, aparecería Jallal y su orquesta tetuaní para interpretar con suma belleza una serie de extractos de varias nubas. Composiciones musicales que tuvieron su origen en Andalucía en la Edad Media, y de las que desgraciadamente, tras el exilio africano, solo se conservan trece de las veinticuatro existentes. En esas nubas se encuentran parte de las raíces del flamenco, aunque solo sea por el hecho de interpretarse alguna de ellas en el modo de Mi, o lo que conocemos por cadencia andaluza. Lo que no esperaba el respetable, que llenó la magnifica Sala Iturbe del Palau y que en todo momento jaleó a ambas formaciones, fue el encuentro final. No podemos hablar de fusión propiamente dicha, sino que los músicos tetuaníes se pusieron en su piel andaluza e interpretaron flamenco. Puede que asistieramos a uno de los mejores hermanamientos de artistas de ambas orillas del estrecho, y es que la jabera y la seguiriya que interpretaron nos remontaron a tiempos en los que dichas riberas eran solo una, y el Alcázar Rojo que se contempla desde la casa de Enrique en El Abayzín era la meca de la cultura medieval europea.


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