MAIZENITA, JOSÉ CANELA, Festival de Jerez

Maizenita & José Canela

Maizenita & José Canela

Texto: Estela Zatania

Miércoles, 24 de febrero, 2016
Palacio Villavicencio, 1900h

Especial XX Festival de Jerez – Toda la información

MAIZENITA, JOSÉ CANELA
Palacio Villavicencio, 1900h

Ha habido numerosos cantaores de flamenco no andaluces a lo largo de la historia.  Aparte de extremeños, murcianos o madrileños, el gran Juan Varea de Castellón, los hermanos Rafael Farina y Calderas, ambos de Salamanca, los catalanes Mayte Martín, Duquende y máxima figura actual, Miguel Poveda entre muchos otros.  Entonces, no debería sorprenderle a nadie la presencia de un cantaor vasco en el Festival de Jerez.  Lander Egaña, “Maizenita”, vino a Jerez hace cinco años con un claro objetivo: el de ampliar sus conocimientos del cante flamenco, y abrirse camino como cantaor.  Después de mucho sacrificio, sinfín de bolos por todo el territorio, un disco grabado y una actuación el año pasado en el Viernes Flamenco, llegó anoche al Palacio Villavicencio para dejar constancia de su arte.  Con valentía, interpretó un repertorio puramente jerezano.  Soleá por bulería, siguiriya rematada con el popular estilo de “Santiago y Santana”, fandangos y bulerías con el soniquete jerezano de los palmeros José Rubichi y José Peña.  El subestimado José Ignacio Franco, puso el acompañamiento de guitarra.

 

 

José Segovia Cortés, “José Canela”, hijo del maestro desaparecido el pasado verano, Canela de San Roque, se ocupó de la segunda parte de este recital compartido, con la guitarra creativa de Manuel Jero, también hijo de un grande: el Periquín.  Natural de San Roque, Premio de Mairena, de Lo Ferro o de La Unión, entre otros, su cante, heredado del padre, es mairenero en el mejor sentido, por lo tanto, debe mucho a Jerez.  La repentina ausencia del patriarca de los Canela, ha obligado al hijo a asumir responsabilidades que toma muy en serio.  Anoche cantó con madurez y aplomo un repertorio que incluía alegrías cantiñas acancionadas, soleá y siguiriya con un decir y tesitura similares a los del padre, fandangos y cómo no, por bulerías, con algún detalle camaronero: casi ningún cantaor nacido después de 1960 se resiste a la influencia del de la Isla.  Muchos recordamos la espectacular actuación del Canela padre en el 2007, en este mismo lugar, con el jaleo entusiasmado y constante del hijo que hoy en día recoge el testigo con firmeza.


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