José Valencia: un dios vulnerable

José Valencia - con Jerarquía - Festival de Jerez

José Valencia - con Jerarquía - Festival de Jerez

JOSÉ VALENCIA
“CON JERARQUÍA. DEDICADO A RAFAEL FERNÁNDEZ SUÁREZ, NENE DE JEREZ” MUSEOS DE LA ATALAYAFestival de Jerez

Cante: José Valencia; Guitarra: Juan Requena; Palmas y coros: Juan Diego Valencia, Manuel Valencia y Dani Bonilla.; Artista invitada: Gema Moneo.

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Terminó como empezó: al filo del escenario, de pie y robustísimo, proyectando su voz como un cañón y sin parar quieto, como el rockstar que es. El cantaor José Valencia Vargas (Barcelona, 1975) aterrizó en los Museos de la Atalaya poco antes de que cayera el chaparrón en Jerez.

El lebrijano arrancó explosivo con unos fandangos abandolaos desplegando el abrumador arsenal de recursos al que ya tiene más que acostumbrado al público. Después, se templó por soleá. Y, en los aires de Levante, algo se rompió. Un par de quiebros en los agudos nos obligó a pensar por un momento que estábamos ante un dios que también es vulnerable. Accedimos entonces a un José más prudente, algo retraído y midiendo las fuerzas.

Pero si lo importante no son las fatigas en sí -que levante la mano quien esté libre de ellas- sino cómo las gestionamos, José resolvió con sabiduría, profesionalidad y madurez: lo vimos afrontar lo incontrolable abrazando su propia fragilidad.

Arropado por Dani Bonilla, Manuel y Juan Diego Valencia a las palmas y los coros, y por un excelente Juan Requena como fiel escudero y aliado sin fin, aquí llegó otra lección de maestría, la de encontrar la forma de ser punto de amarre sin robar protagonismo. Un protagonismo que sólo compartió con la arrebatadora Gema Moneo como artista invitada, que puso la nota de color bailándole las cantiñas. Es un gustazo verlos juntos sobre las tablas, mirarse y entenderse.

Es posible que el cantaor olvidara (o sencillamente no lo tuviera previsto) dirigir unas palabritas al respetable, algo que sólo hizo casi al final, para presentar a sus músicos y despedirse. Quizá lo más llamativo fue que no lo hiciera tampoco para mencionar a Rafael Fernández Suárez, Nene de Jerez, autor de las letras que cantó el lebrijano durante el recital y a quien a la postre estaba dedicado el mismo. Claro que para palabras ya estaban sobre la mesa las del investigador jerezano, creador de un interesante patrimonio letrístico flamenco.

Remató Valencia por romance con la artillería habitual, y le ganó con creces el pulso a la tarde. Como siempre, José dio lo que tenía y no se guardó nada, versátil y absolutamente soberano.

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