Ibérica Suite “En la montaña rusa con La Argentinita y Lorca”

Ibèrica Suite - MIradas FlamenKas

Ibèrica Suite - MIradas FlamenKas

Iberica suite. Centro Cultural Pilar Miró. Ciclo MiraDas FlamenKas - Vallecas.

Intérpretes: Celia Domene, voz y baile.  Rubén Rebolleda, piano. Antonio Pastora, batería y Peter Oteo, bajo electrico/ Artistas invitados: Guadiana, cante, Lorenzo Azcona, saxos

En estos días se publica una biografía sobre Encarnación López “La Argentinita” (Buenos Aires, 1898-Nueva York 1945) y coinciden en Madrid dos espectáculos en dos festivales diferentes el “MiraDas FlamenKas” en Vallecas Villa donde el grupo Ibérica Suite presentó “Lorca y la Argentinita. Canciones populares españolas” mientras que el día anterior Mariola Membrives presentaba su “Lorca, spanish songs” que ha grabado con el guitarrista Marc Ribot. En esencia son las mismas canciones que grabaron Lorca y la Argentinita en 1931 y que nos valen para un festival flamenco y para un festival de jazz. Canciones populares que Federico García Lorca arregló para una de las grandes figuras del momento. Recuerden que La Argentinita encontró su estilo entre el cuplé, la copla y el flamenco y además era una “celebrity”, fue pareja del torero Ignacio Sánchez Mejías.
La Argentinita aparece junto a su hermana Pilar López y Carmen Amaya en unas de mis fotos favoritas del flamenco. Están vestidas de calle, a la última, delante de la casa americana de Carmen Amaya en una pose flamenca junto a un fonógrafo de discos de pizarra. Tres artistas que marcaron “épocas” de maneras distintas y que no necesitan mantillas ni lunares para sentirse flamencas.

Aquellas canciones populares grabadas con Lorca en el 31 sirvieron de punto de partida para el nacimiento de un estilo musical el “jazz-flamenco” ya que el saxofonista John Coltrane grabó “El vito” en 1961, a través de la versión de Pete Seger influenciado por las canciones que se llevaron las brigadas internacionales. El recientemente fallecido Pedro Iturralde volvió a utilizar esas melodías para sus discos “Flamenco-jazz” y hasta Camarón grabó “la Tarara” en “La leyenda del tiempo”.

Al tema. Celia Domene apareció en el escenario con mantón y castañuelas entonando la del “Café de Chinitas” secundada por un trío de jazz (piano, bajo y batería) que a la menor oportunidad aprovechaban las rendijas para escaparse a un territorio de jazz fusión de perfil eléctrico y código acústico. Me explico, pueden interpretar a la Weather Report, pero sin los teclados de Zawinull, el bajista de cinco cuerdas puede hacer una exhibición de slap-funk y compartir improvisaciones con los tacones de la la cantante sin que, ojo al dato, se resienta el espectáculo. De hecho creo que el rigor con el que pasan de una cosa a la otra es lo mejor de la propuesta. Pongamos por caso “Los cuatro muleros” una canción que nos la ponemos ahora y estamos roncando antes de llegar a lo del “cuñao”; pues en esa, Celia pasa de la mantilla y la castañuela, se cambia el vestido (pero no el siglo) mientras que los músicos se van a “los cerros de Úbeda”, vuelve con abanico y flecos para acabar la tonada. Y ya que están por allí, interpretan “Las Morillas de Jaén” que viene a ser nuestro mejor mestizaje pues es canción sefardita, arábiga y un poco gitana.

No se privan de nada, así que se ven videos (lo justo) y suena la voz original de La Argentinita que funde con “Viva Sevilla” otra canción que no se salva ni con el “autotune” del trap (pregunten a sus nietos). El caso es que los invitados tienen el papel estelar. Bien la introducción de clarinete bajo de Lorenzo Azcona y las tres intervenciones de Guadiana pedazo de cantaor serio que suena así de espectacular porque venimos montados en una montaña rusa la mar de entretenida que el público agradece con oles y otras expresiones de asombro.

En los bises el pianista introduce la siguiente melodía con el “Round Midnight” de Monk que acaba convertida en “La Tarara” o el “Anda Jaleo” (mi bolígrafo ha dicho basta saboteando mis notas). En todo caso son las canciones universales de este repertorio al que le añaden “Verde que te quiero verde” y ¡Tsk! Parece un patinazo, no hay nadie que supere la versión que hizo Manzanita con los arreglos de David Thomas.

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