Especial IX Festival Internacional de Jerez 2005. Javier Latorre 'Triana, en nombre de la rosa'

 

IX
FESTIVAL DE JEREZ 2005.

Javier Latorre
Compañía de Danza

““Triana, en
el nombre de la rosa””
Lunes, 7 de Marzo,
2005. 21:00pm. Teatro Villamarta, Jerez

Toda la información del Festival
de Jerez, reseñas

Baile: Ana Morales, Fuensanta ‘La Moneta’,
Belen Mora, Encarna López, Nani Paños, Daniel
Navarro, Pedro Córdoba, Álvaro Paños.
Cante: David Palomar, Antonio Campos, Sabrina Romero, Miguel
Rosendo. Guitarra: Ricardo Rivera, Keko Balomero. Piano: Sergio
Monroy. Bajo-contrabajo: Alejandro Benítez. Percusión:
Sabrina Romero, Paquito González. Coreografía:
Javier Latorre. Arreglos musicales y dirección musical:
Ricardo Rivera. Audiovisuales: Álvaro Bejines, La Mirada
Oblicua.

Texto: Estela Zatania

En el Palacio Villavicencio dos jóvenes artistas compartieron
recital, el último del ciclo “Los conciertos
de palacio” del Festival de Jerez. El guitarrista Juan
Diego, al que también vimos en en el Villamarta con
el grupo de José Mercé, tocó una serie
de piezas de su grabación “Luminaria” con
un sonido dulce, tacto ligero y el sutil acompañamiento
de una tinaja. La joven trianera Rosario la Tremendita abrió
el apartado del cante con cantes de fragua que ya dio idea
de la madurez y preparación de la señorita que
ganó el premio Manolo Caracol en la última edición
del Concurso Nacional de Córdoba. Empleó su
voz fina y ligeramente rozada para dibujar melismas sutiles
por granaína, pero tampoco le faltó valor para
la soleá por bulería, alegrías y bulerías
con aires marcheneros.

En el Teatro Villamarta el conocido coreógrafo Javier
Latorre presentó “Triana, en el nombre de la
rosa”. Para aquellos que no han vivido la época
o no conocen la historia detrás de la obra, especialmente
los no españoles que representaban una clara mayoría
del público, resultó complicado relacionar los
momentos audiovisuales, las velas, el ambiente tétrico
y las rosas que adornaban un vestuario realizado en tonos
de rosa y gris. El simbolismo no es suficiente para contar
la historia del joven músico Jesús de la Rosa,
fundador de “Triana”, el grupo más representativo
de “flamenco rock” si no el primero, y que perdió
su joven vida en un accidente de carretera hace más
de veinte años después de haber alcanzado la
fama.

Una obra muy trabajada por buenos
profesionales, pero que no se cuaja – ocurre a veces

Entonces parece más acertado comentar el espectáculo
sin tener en cuenta el emotivo trasfondo. La bulería
“Abre la puerta niña”, de finales de los
setenta nos ubica al instante a los de cierta edad, pero Latorre
ha tenido el sentido común de actualizar la música
que acompaña. Las melodías cantadas, de cualquier
género musical, resisten bastante el paso del tiempo,
pero el acompañamiento instrumental es más propenso
a perder vigencia, y los arreglos originales del grupo Triana,
especialmente el papel central del sonido de órgano
que estaba tan de moda hace veinticinco años gracias
a la tecnología del sintetizador que convertía
cualquier instrumento en cualquier otro, era la gran novedad
y se abusaba de ella. Sólo en los intermedios entre
baile y baile podemos escuchar muestras originales de Triana.

Las coreografías en grupo son repetitivas y poco variadas
– tienes la sensación de ser espejo de academia
de baile. No obstante dos jóvenes estrellas se destacan:
Daniel Navarro con su inspirado compás y posturas,
y Fuensanta la Moneta, que ya tenía que estar en el
Villamarta con grupo propio si el mundo girara en el sentido
contrario de lo que hace. El buen ojo de Latorre ha sabido
dejar a ambos bailaores sendos solos de baile, y la siguiriya
de Fuensanta no sólo refleja la fuerza y temperamento
adquiridos en las cuevas de Sacromonte donde fue curtida,
sino que provoca los oles más sentidos de la noche.

En los términos más generales “Triana,
en el nombre de la rosa” es una obra muy trabajada por
buenos profesionales, pero que no se cuaja – eso ocurre
a veces – y el efecto global es plano plano.

A la medianoche en la Sala la Compañía, la
californiana María Bermúdez tuvo la oportunidad
de demostrar lo bien que un extranjero o extranjera puede
aprender el flamenco en Jerez donde la bailaora lleva años
residiendo. Con la espléndida colaboración del
artista invitado José Vargas “El Mono”,
el rey de los festeros, además de un sólido
atrás compuesto por cantaores Manuel Malena, Miguel
Rosendo y Ana de los Reyes, tocaores Pascual de Lorca y Jesús
Álvarez, la percusión de Jesule Grande y las
palmas de Luis de la Tota, María fue más que
competente por siguiriyas, tangos marianas y bulerías.

Pero las noches del Festival de Jerez nunca acaban hasta
que tomes la penúltima en la peña de turno,
en esta ocasión la del Tío José de Paula
que ofreció el cante y toque de Eva y Domingo Rubichi.

 



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