De la Mina a la Cava de los Gitanos. Reseña & fotos & video

Remedios Amaya

Remedios Amaya

Texto: Estela Zatania
Fotos: Antonio Acedo

DE LA MINA A LA CAVA DE LOS GITANOS
Hotel Triana, 2300h – 26 sept 2014 – Bienal de Flamenco

Especial XVIII Bienal de Flamenco – Toda la información

 

Guitarra solista: Chicuelo. Percusión: Isaac Vigueras. Palmas: El Londro, Carlos Grilo.
Cante; Montse Cortés. Guitarra: Paco Heredia. Percusión: Paco Vega. Baile: Pepe Torres (artista invitado).
Guitarra y voz: Manuel Molina.
Cante: Remedios Amaya. Guitarra: Juan Requena. Percusión: Alejandro Amaya. Coros y palmas: Antonio Amaya, Joaquina Amaya, Carmen Amaya, Luis Amaya. Sitar: Gualberto (artista invitado).

UN VIAJE NOSTÁLGICO, CON SITAR INCLUIDO

Corriendo para Hotel Triana, esquivando los 25.000 corredores que participaban en el anual Maratón Nocturno, llegamos justo a tiempo para un delicioso surtido de talentos en el Hotel Triana, personas con marca propia cada una.  La espléndida guitarra solista de Chicuelo, al que hemos visto tantas veces acompañando a Miguel Poveda, abrió el programa con su mini recital, contemporáneo sin estridencias, buena técnica y mucha flamencura.

La cantaora catalana, Montse Cortés, con su decir dulce, vulnerable y camaronero, con el acompañamiento de guitarra de Paco Heredia, cantó una vidalita, se atrevió con la siguiriya del Cagancho en este, el barrio del histórico cantaor, y remató con Manuel Molina.  Pero donde mejor queda Montse, es en los palos festeros, y en esta ocasión interpretó bulerías de canción, y un nostálgico popurrí de Las Grecas por tangos.  Para finalizar, cantó al baile de Pepe Torre, el que tanto recuerda la elegancia de Rafael el Negro o de su propio tio Pepe Ríos.

Manuel Molina, no el mítico seguiriyero, sino el guitarrista-cantaor-poeta-declamador, dio su habitual toque original, sentado e improvisando para el deleite de su público trianero.

A Remedios Amaya le tocó cerrar la velada.  Con el sitar de Gualberto, cantó una nana de su primera grabación, transportándonos directamente a los años setenta.  Con su cante minero, dibujó ese hilo común que corre por Triana y Extremadura, y con un numeroso atrás familiar, terminó por tangos y bulerías.


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