21º Festival por Tarantos 'a Almeria' – Falo & Cano, Cancanilla, Ramón el Portugués, Leo de Aurora

Resumen: 21º Festival por Tarantos 'a Almeria' – Falo & Cano, Cancanilla, Ramón el Portugués, Leo de Aurora

21º FESTIVAL FLAMENCO por TARANTOS
«A Almería»

«Gran noche de Arte Gitano»
Guitarra Flamenca en concierto
LEO DE AURORA
Cante
RAMÓN EL PORTUGUÉS, CANCANILLA DE MÁLAGA,
RAFAEL JIMÉNEZ el FALO, EL TITI

Viernes, 23 de abril de 2010


Texto: Pablo San Nicasio
Fotos: Rafael Manjavacas,
excepto Leo de Aurora por Paco Manzano

CLASES MAGISTRALES A 15 PAVOS”

Antes, en la época de las “vacas gordas”, o engordadas, el festival “Por Tarantos” duraba varios días. El San Juan Evangelista se convertía durante un fin de semana largo en el epicentro mundial del flamenco y por él circulaba lo más rutilante del panorama artístico. Sobre todo aquello que “sonaba”. Con la situación actual la cosa se ha reducido, y bastante, pero se conserva el propósito de hacer un cartel variado y, para la XXI edición de este 2010, además, valiente.

Sobre todo porque se pusieron en escena nombres que están fuera, por regla general, de ese círculo más o menos vicioso y/o viciado que suponen los “grandes” ciclos flamencos nacionales.

Nombres de gitanos que fueron, son y serán personalidades propias en esto, un arte que tanto les debe y al que no paran de aportar y transfundir vitalidad.

Para arrancar Leo de Aurora, el pequeño de los Maya que anoche abrió cartel con cuatro toques (la noche fue estricta, a cuatro números cada uno). Guitarrista de Caño Roto, curtido ya en mil batallas y con los genes bien marcados, Leo ofreció un original recital que desveló su lado bluesero, que unió a su veta flamenquísima con grandes recursos técnicos y armónicos. Destacando en el acompañamiento de unos estupendos tarantos de cierre, con María Carmona como cantaora invitada.


Leo de Aurora / Jerónimo

Antes, su hermano Jerónimo y Piraña habían secundado a este guitarrista de estética ecléctica. Más sobrio en las formas que Jerónimo pero con las mismas ansias de búsqueda.

Debutaba “El Titi” en el Johnny. Cantaor local curtido en las peñas de su rincón almeriense, este simpático y afable gitano destacó por tientos al inicio de su turno. Cuatro cantes muy ligeros de tiempo (tientos, soleá, taranta y fandangos) que supieron a poco. No obstante tiene un estupendo rajo y metal cantaor que, como él mismo dijo, “volverá pronto por Madrid”.


El Titi

Cerró “Cancanilla de Málaga”, al que todos creían de Marbella en lo artístico y lo humano, pero que últimamente al parecer reubica su nombre por varios motivos. Y, según dice, todos de peso. Sea como fuere el “Canca”, que anda de estreno discográfico, llegó al San Juan Evangelista con esa simpatía y don de público que tienen los de su corte.
Con Juan Carlos, su guitarrista más añejo en plan antiguo, Cancanilla se explayó en sus cuatro turnos bajando algo en los tarantos pero subiendo como la espuma cuando por bulerías cantó y pateó las tablas con suprema gracia. Y anoche no fue una de las grandes para él. Aún así siempre se le quiere mucho por aquí.


Cancanilla de Málaga

Quien no la tuvo fue Ramón “El Portugués”. Muy mermado física y musicalmente, este mítico extremeño anduvo demasiado “atacado” por el escenario. Con la afinación descuidada y apenas ligazón en los tercios, todo quedó nublado ante las enormes dificultades para mantener su propio hilo cantaor. Se hizo forzado y a veces histriónico casi todo lo que salió de su recital. Algo se pudo atisbar al arrancar por tangos, pero fueron espejismos en una noche de la que no apuntaremos mucho más por su parte.


Ramón el Portugués

Sin embargo para el final toca reseñar el acontecimiento de la semana. Y de algunas más. La soberana y novedosa apuesta de dos rompedores del flamenco: Falo y Cano. Se juntaron el hambre con las ganas de comer anoche en el Johnny.

Artistas que pueden presumir de no parecerse a nadie, este par de gitanos arrancaron por montañesa mientras todos buscábamos en los manuales para identificar aquello…tarantos, soleá de Alcalá que el mismo Falo se encargó de poner en su sitio y atribuir con exquisito detalle a sus dos creadores, y final por bulerías en bable, homenaje a “La Chata”, antepasado cantaor de Rafael. Veinticinco minutos para dejar de una pieza al respetable.

Importantísimo papel acompañante de Canito, con su habitual “cutaway” bajañí, y sensacional apertura de miras la del cantaor asturiano. Todo un maestro del cante que muchos públicos se están perdiendo por culpa del sota, caballo y rey de la cartelería. Recientemente contratado en el conservatorio “Arturo Soria” de Madrid, es Rafael Jiménez una de esas referencias obligadas para entender sin prejuicios lo que se esconde tras este arte.

Ayer, ejerciendo de maestro, puso muy caro, carísimo, eso de explicar el flamenco. Aunque a nosotros nos costase sólo quince euros.


Falo & Cano –


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