Sara Baras emociona en La Unión con un homenaje a Paco de Lucía

La bailaora gaditana presenta Vuela, un espectáculo estructurado en 15 piezas en recuerdo al maestro de la guitarra, con una ‘Catedral del Cante’ entregada desde el primer compás

El Festival Internacional del Cante de las Minas vivió una de sus noches más esperadas con la actuación de Sara Baras, quien volvió a La Unión para presentar Vuela, su homenaje al guitarrista Paco de Lucía. Con todas las localidades agotadas desde hacía semanas, la artista gaditana ofreció un espectáculo dividido en cuatro actos y compuesto por 15 piezas coreográficas que recorrieron diferentes facetas emocionales y estéticas del artista homenajeado.

La obra comenzó con Madera, una introducción simbólica en la que una silla vacía y un haz de luz simularon la presencia ausente de Paco de Lucía. A través de efectos escénicos y un cuidado diseño de iluminación, el escenario evocó las cuerdas de una guitarra y la memoria del maestro. La bailaora apareció en escena para rendir tributo desde el respeto y la sobriedad, con el acompañamiento del director musical Keko Baldomero.

El segundo bloque del espectáculo, dedicado al mar y a la tierra que el guitarrista tanto amó, incluyó tientos, alegrías y un solo de baile de Baras con vestido blanco, evocando el oleaje. La transición al luto se produjo con una pieza en tonos oscuros y un dramatismo acentuado por el sonido de campanas, el cante de May Fernández y la presencia de Daniel Saltares en escena.

Uno de los momentos más significativos fue una saeta escenificada como una ofrenda, que Baras interpretó en un diálogo entre silencio, percusión corporal y emoción contenida. La intención, según la propia artista, fue celebrar la vida del maestro desde el agradecimiento, alejándose de la tristeza para subrayar el legado que deja en la música y en la danza flamenca.

El último acto, Volar, subrayó el sentido del espectáculo: “con su música volamos todos”, afirmó Baras. Acompañada por músicos como Andrés Martínez (guitarra), Rafael Moreno (percusión) y Alexis Lefevre (violín), la coreografía final sirvió de cierre emocional a una propuesta escénica que conjugó memoria, simbolismo y modernidad.

Una artista vinculada a La Unión

Sara Baras recordó sus inicios en el festival, al que acudió por primera vez en 1997. Desde entonces, su presencia ha sido constante y reconocida con el ‘Castillete de Oro’ en 2012 y con una placa en la Avenida del Flamenco. En esta nueva visita, afirmó sentirse nerviosa y emocionada por volver a un escenario que “le ha visto crecer”, según sus propias palabras.

El público respondió con ovaciones durante todo el espectáculo y se puso en pie en los compases finales, tras el grito de la bailaora: “Te quiero, La Unión”, sellando así una conexión artística y afectiva que se ha fortalecido con los años.

Fotografías & vídeo: @Manjavacas.flamenco

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