‘Morente sueña la Alhambra’.
Director: José Sánchez-Montes. Con Morente, Pat Metheny,
Ute Lemper, Tomatito, khaled, Blanca Li, Estrella Morente, Israel Galván
y Juan Habichuela entre otros. Ático Siete-Virgin-Emi. DVD
JUAN VERGILLOS
Genialidad grande y pequeña. Esa que se anuncia a bombo y platillo,
que atropella. Que se entrega de boca abierta y luego, de repente, sin
saber cómo, nos huye. Y también de la pequeña, la
que está en las esquinas. Inconsciente y por ello, quizá,
más real. O real de otra manera. Que permanece. De las dos encontramos
en este filme. Siendo, como es, una experiencia fallida. Una experiencia
extraordinaria, irrepetible. De una personalidad extraordinaria, irrepetible.
Una obra enorme que en ocasiones se cae. Un documental convencional que
de repente nos clava en el sillón de nuestra casa. Una cosa rara,
que es lo mejor del mundo. Lo que queremos de verdad. Usted y yo.
Veamos algunos destellos:
El peso del tiempo: un hombre que recorre su casa, su barrio, su
ciudad, su país, su territorio. Morente reproduce en ‘Sueña
la Alhambra’ el camino que llevó a cabo en 1978 en un documental
para televisión, que también se nos ofrece en el film.
Allí un joven elegante, con pretensiones, seguro, bello. Aquí,
el peso del tiempo sobre las espaldas de un hombre que se ha enfrentado
a los molinos de viento, al cura y al barbero, a sí mismo; que
se ha batido con el otro, con su sombra. El peso del tiempo, un hombre
clavado a la tierra. Las ramas, la apostura, esa verdad, ha cedido ante
la verdad de las raíces. Dolor, rabia, placer, susto. Todo sublimado
en arte, en voz. En la manera de pisar las piedras albaicineras. Morente
baila al caminar. Morente hoy, belleza pura.
Una ciudad con sus tópicos: los vencejos cuyo grito recurrente
nos habla del tiempo. Las gotas de agua en las fuentes árabes,
igual.
La mirada del padre orgulloso.
Un guitarrista ensimismado, en soledad, ensimismado, Miguel Ochando.
Una bandera al viento.
La belleza griega de Estrella.
El agua.
Un negro fascinado por la presencia de Khaled en la Calderería.
Ensayo de polifonía flamenca por saetas, Victoria, Morales
flamenco.
El retrato de familia que cierra la cinta, en la torre de la Vela,
en el anochecer o el amanecer de Granada, paraíso cerrado.
Director: José Sánchez-Montes.
Con Morente, Pat Metheny, Ute Lemper, Tomatito, khaled, Blanca Li,
Estrella Morente, Israel Galván y Juan Habichuela entre otros.
Ático Siete-Virgin-Emi. DVD
Duración 1h30'
1.”Martinete” (Popular /Enrique Morente)
2.”Generalife” (Enrique Morente /Pat Metheny/María
Zambrano/ Popular)
3.”Seguirilla de los tiempos” (Popular. Adapt: Enrique
Morente)
4.”Cristalina fuente” (Enrique Morente/ San Juan de la
Cruz)
5.”Chiquilín de Bachín” (Horacio Fernández/
Astor Piazzola)
6.”Soleá de la ciencia” (Popular. Adapt: Enrique
Morente)
7.”La Alhambra lloraba” (Popular /Enrique Morente)
8.”Donde habite el olvido” (Luis Cernuda /Isisdro Muñoz)
9.”Taranto veneno” (Popular. Adapt: Enrique Morente y
Juan Habichuela)
10.”La última carta” (Enrique Morente/ Miguel de
Cervantes)
Claro que tiene destellos de obra maestra. ¿Cómo no iba
a ser así si hablamos de los Morente, Metheny, Galván, Lemper,
Khaled, etc.? Aunque me asalta la duda al pensar que lo que le falta es
lo que tiene, es precisamente su calidad de oquedad: el hueco de un cuerpo
en el lecho, la obra maestra que no es.
El disco ‘Morente sueña La Alhambra’ no es su banda
sonora, es otra cosa que no sabría explicarle. Por sólo
ello, o por la banda sonora propiamente dicha, se justificaría
con creces.
La película se cae también, en algún momento, como
he dicho. No entiendo cómo se ha malgastado el talento de Israel
Galván. Tal vez falta de medios o de planificación o ambas
cosas. Tampoco entiendo que se hayan seleccionado las imágenes
de las alegrías que canta Morente en el Palacio de Carlos V, un
documental de los años setenta. No es lo mejor de Morente. Pero
en fin, es el palacio de Carlos V. Me pregunto si a la película
le ha faltado un asesor flamenco. Me lo pregunto en voz alta. Khaled y
Lemper pasaron deprisa por ‘Morente sueña La Alhambra’,
dejando lógicamente una estela de genio. Deslumbrantes de color
y vida. Pero Metheny se quedó. Vino y se quedó. Un rato.
Y luego se fue. Ese ratito sirvió para ofrecernos ‘Donde
habite el olvido’. También su apoyo a los versos y la melodía
de ‘Generalife’: la belleza, sin más. Y, ahora sí,
Galván y Blanca Li.
Y la soleá. Grabada en directo en la Puerta del Vino. Tomatito
requete clásico. Y Morente doliente, sufriente. Directo, estoico.
Verdadero. Hacía mucho frío, me confesó el maestro.
Y ahí lo vemos, el aliento de la vida. En otros números
la música está grabada y el play-back más o menos
conseguido. En la soleá vemos el vaho de la madrugada, de la noche,
del invierno. De la soledad. Afortunados los que se rompieron esa noche
el alma oyendo a Morente. Cuatro gatos junto a la Puerta del Vino. Este
cante justifica una película, una vida. Al final, ya lo ven, es
la soleá. Más clásico no se puede. Al final cuatro
cosas: alegría, ira, miedo y tristeza. Cuatro cosas. Eso es todo
lo que el hombre ha inventado. No cometa el error de perdérsela.
