Un año más, el milagro de Alburquerque

Festival Flamenco de Alburquerque

Festival Flamenco de Alburquerque

32º Festival Flamenco de Alburquerque, Nuevo México, USA. 15-22 de junio, 2019

Estela Zatania

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Como las flores que brotan, se renuevan y prosperan anualmente en el inhóspito desierto de Nuevo México, así la organización del Festival Flamenco Alburquerque ha vuelto a componer un admirable programa con máximas figuras del flamenco, actividades paralelas, cursos y un desbordante entusiasmo contagioso.

No hay calamidades que valgan, ni el tornado en Dallas que este año retrasó la llegada puntual de varios artistas principales, ni el terrible incendio que devoró la sede de la organización hace unos años pudieron frenar este intensivo proyecto apoyado por la Universidad de New Mexico y otras entidades públicas y privadas bajo la visión y conceptos de Eva Encinias, directora fundacional.

Con este año, son treinta y dos ediciones del evento que es la joya de la corona de un largo camino, desde la visión primera de la madre de Eva Encinias, con perfecta continuidad en los hijos de ésta, los incansables Marisol y Joaquín, además de una nueva generación que sigue apoyando y aportando sus esfuerzos por el bien del arte jondo y el enriquecimiento cultural de la comunidad de Nuevo México que siente el flamenco como cosa suya.

Como en otros años, ha habido un programa espectacular de actuaciones con destacados intérpretes que presentaron sendos proyectos en dos escenarios principales: el Teatro Rodey de la Universidad de New Mexico, y el Albuquerque Journal Theatre del National Hispanic Cultural Center.

El Festival se inauguró el sábado 15 de junio con el laureado flautista saxofonista cordobés, Sergio de Lope, apoyado por el cante de Matías López “El Mati”, la guitarra de David Caro, el bajo de Juanfe Pérez y la percusión de Javier Rabadán para un programa contemporáneo jazzístico que fue muy bien recibido por el público.

Al día siguiente, “Emovere”, con el baile conceptual y limpio de Lucía Álvarez “La Piñona”.  El soberbio atrás de voces, David Carpio, Pepe de Pura y Eva Ruiz “La Lebri”, además de la excepcional guitarra de Francisco Vinuesa nos dieron una noche memorable.

El lunes 17, la explosiva, valiente, poderosa y original Belén López no dejó indiferente a nadie con su obra “Flamenca”.  El elenco se completó con los cantaores Morenito de Íllora, Juan Manzano “El Coco” y Pedro Jiménez “Perrete” con los tocaores Carlos y Juan Jiménez, y Rafael Jiménez “Chispas” a la percusión.

La noche del martes, la bailaora madrileña Concha Jareño puso madurez y conocimientos al servicio de su “Recital Flamenco”.  Elegante y cerebral, con cierto aire retro, la bailaora fue respaldada por el buen cante de David el Galli y Manuel Gago con la original guitarra de Juan Antonio Suárez “Cano” y la percusión de Kike Terrón.

Olga Pericet llenó la noche del miércoles con su cuerpo diminuto, talento grande y obra de título largo: “La Espina que quiso ser flor, o la flor que soñó con ser bailaora”.  En una noche que los mismos intérpretes describieron después como especialmente compenetrada, vimos a la original Pericet en diversas facetas, desde la más clásica hasta la más estrafalaria, siempre con el buen gusto por delante.  El bailaor invitado, Jesús Fernández sorprendió con su maestría y originalidad.  Al cante, Jesús Corbacho y Miguel Lavi con Antonia Jiménez y José Almarcha a la guitarra.

El jueves, el bailaor Manuel Liñán removió el ambiente con “¡Viva!”, una obra valiente que explora la borrosa frontera entre los sexos, y viernes y sábado fue ofrecido un dilatado fin de fiesta con la participación de todas las figuras del Festival, y la American Flamenco Repertory Company “Yjastros”.

Fotografías: FarRuk

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