Siudy Garrido: “El flamenco es un arte universal de todos y para todos”

Siudy Garrido en Plaza de España

Siudy Garrido en Plaza de España

La bailaora, coreógrafa y directora venezolana Siudy Garrido llega a Madrid para presentar, por primera vez en España, su espectáculo Bailaora. Mis pies son mi voz, una obra que resume veinticinco años de creación desde América. Criada en un hogar en el que el flamenco era casi una religión, Siudy se ha convertido en una de las figuras más influyentes del flamenco fuera de España. “Soy una segunda generación de artista no española que ha dedicado su vida al flamenco”, afirma con el orgullo sereno de quien ha vivido con este arte desde niña.

Su espectáculo podrá verse en Music Station (Príncipe Pío) el 17 de noviembre, un hito que ella misma define como un sueño largamente esperado. “Es la primera vez que comparto una de mis propuestas artísticas con el público español, y hacerlo en los 25 años de mi compañía es algo muy emocionante”, explica.

Entrevista completa en vídeo – realizada en La Terraza de Las Tablas de Madrid

 
 

Un legado familiar convertido en destino

El origen de todo está en su madre, pionera del flamenco en Venezuela. “Mi madre tuvo una escuela por más de cincuenta años y una compañía que giraba por todo el país”, recuerda. De ella heredó no solo el amor por el baile, sino también la pasión por llevar el flamenco al teatro, a los grandes escenarios, a los lugares donde pudiera ser considerado un arte mayor. Ese impulso marcó su infancia y su carrera: “Crecí en un ambiente de profundo respeto por el flamenco y por el teatro, dos mundos que en mi vida siempre fueron inseparables”.

A los veinte años ya estaba creando espectáculos y dirigiendo equipos. Su salto más significativo llegó en 2008 con Entre Mundos, una producción que fusionaba flamenco y géneros urbanos, algo inusual entonces. La obra llegó a Off-Broadway y fue nominada a los premios Drama Desk. “Esa pieza marcó un antes y un después en mi carrera”, reconoce.

Construir hogar lejos del hogar

La mudanza definitiva a Miami en 2015, forzada por la situación política de Venezuela, supuso volver a empezar. Allí encontró una nueva casa artística en el Adrienne Arsht Center. “Después de perder mi hogar en Venezuela, que un teatro me reciba como mi casa es una bendición”, confiesa. Desde entonces es artista asociada del teatro, donde presenta sus producciones con una base sólida y una comunidad que la sigue fielmente.

“El flamenco vive un momento extraordinario”

Su mirada hacia España está siempre activa. Sigue a los artistas contemporáneos, admira a las nuevas tendencias y reconoce la fuerza del momento actual: “Lo que está pasando en el flamenco en los últimos diez años es extraordinario”, asegura. Cita con devoción a Manuel Liñán, Alfonso Losa y Patricia Guerrero: “Son atletas, artistas inmensos, gente que está llevando el flamenco a lugares maravillosos”.

Aun así, señala el contraste entre la gran evolución del flamenco en España y la realidad en Estados Unidos. “En América, el público aún ve el flamenco como algo exótico, hermoso, pero distante”. Para Siudy, la clave para que la afición crezca está clara: “La afición nace cuando alguien decide aprender flamenco, llevarlo a su casa, vivirlo desde dentro. Ahí es cuando comienza el verdadero entendimiento”.

Bailaora. Mis pies son mi voz no siempre se llamó así. La pandemia dio lugar a un documental sobre el proceso creativo de la obra. El director, su esposo, descubrió algo esencial: “Él vio que mis pies eran mi instrumento, mi manera de hablar”. El documental fue nominado a los Latin Grammy, y entonces el título del espectáculo se volvió inevitable: “Sentimos que ese tenía que ser el nombre real de la obra”.

Un diálogo entre tradición y modernidad

La música del espectáculo, compuesta por Juan Parrilla, es una de sus señas más reconocibles. “Quería una sonoridad diferente, que respetara los palos tradicionales pero que incluyera las influencias musicales con las que crecí en América”, explica. El resultado es una partitura viva, contemporánea y fiel a la raíz: seguiriyas, alegrías y tarantos conviven con destellos urbanos, guajiras en tonalidad menor y guiños inesperados como Take Five por bulerías.

Siudy insiste en que no se trata de fusionar por moda: “No hago fusiones para calar en ningún público; simplemente es la forma natural en la que a mí me nace crear”.

Una compañía iberoamericana sobre el escenario

Sobre las tablas la acompañan 13 artistas: siete músicos y cinco bailaoras de Venezuela, México, Ecuador, Estados Unidos y España. “Me emociona mostrar una compañía iberoamericana, porque el flamenco ya pertenece al mundo”, reivindica.

Un estreno dentro del estreno

Además del espectáculo, Siudy presentará en el Festival de Huelva de Cine Iberoamericano el documental La Casa del Alma, dedicado al maestro José Luis de la Paz, su compositor durante doce años. “Para mí es uno de los mejores guitarristas de los últimos veinte años, y este documental es un homenaje merecidísimo”, afirma.

Un arte que es de todos

Al final de la conversación, Siudy resume su visión de forma clara y luminosa:
El flamenco es un arte universal de todos y para todos, y cuando se trabaja con amor y respeto, los frutos son maravillosos”.

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