Entrevista a Leonor Leal y Tino van der Sman

Texto: Manuel Moraga
fotos: Rafael Manjavacas

“No buscamos el estruendo ni los aplausos, sino la sencillez y la sensibilidad”

Texto: Manuel Moraga
fotos: Rafael Manjavacas

No buscamos el estruendo ni los aplausos, sino la sencillez y la sensibilidad”

Trabajan de noche y dejan el día para el asueto, aunque no del todo, porque ella aprovecha para tomar algunas clases de inglés. No es una pareja típica, al menos en el sentido artístico. Ella es jerezana, pero de ascendencia leonesa. En sus facciones está el Norte, pero su arte no puede ser más sureño.  Él es el holandés más errante de todos. Su aspecto le delata, pero todos los días pone su corazón en el respaldo de una guitarra flamenca. Hace casi un año escribían en Berlín unas “Cartas a nadie”, pero -lo que es el destino- una de esas misivas cayó en manos de Blanca del Rey. Los remitentes eran Leonor Leal y Tino Van Der Sman.


Leonor Leal baila con Miguel Tellez. Tino a la guitarra.

¿Qué hacen en Madrid, en pleno mes de mayo, una bailaora jerezana y un guitarrista holandés?

TINO (en adelante T):
Pregúntaselo a ella, porque a mí no me han llamado.

LEONOR (en adelante L):
Es curioso cómo la gente se va juntando y se van creando caminos y situaciones. Yo no soy una jerezana normal -aunque no creo que haya muchos jerezanos normales porque estamos todos con su toquecillo- ni él tampoco es un holandés típico, porque dime a ver qué tiene de normal un holandés afincado en Sevilla que toca la guitarra flamenca… Creo que al final encuentras a alguien con el que puedes comunicarte bien y nosotros nos hemos encontrado mutuamente: creamos juntos, nos parecemos en muchas cosas y nos entendemos rápidamente… Estuvimos actuando en el pasado Festival de Jerez presentando “Leoleolé” con una música creada por Tino. Blanca del Rey estuvo allí y a raíz de esa actuación me llamó para venir al Corral de la Morería. Y entonces yo pensé en traerme a mi holandés, que siempre es un apoyo para mí. Él me conoce perfectamente.

¿Qué son las manos para una bailaora?

L: Significa todo… Es con lo que te agarras, con lo que das, con lo que expresas lo que tienes… Las manos son el símbolo de pedir, de recibir, de abrazar… Y en el baile es lo mismo. Con ellas plasmas lo que tienes, lo que puedes ofrecer…

T: Un vehículo más de la expresión.

L: Las manos son la expresividad total en el baile, y más aún en el flamenco. En otras danzas, la mano forma parte de tu brazo, pero en el flamenco la mano en tiene su propia importancia.

T: Incluso sólo con ver las manos de alguien ya sabes cómo baila.

L: Es más, con ver sólo una foto de unas manos ya sabes cómo baila esa persona. Yo me fijo mucho en las fotografías de las manos por eso, porque sólo con verlas sabes si esa persona baila bien.

Y pata un guitarrista que vive de las manos ¿Qué es la cabeza?
T: La cabeza la utilizo sobre todo para componer. Intento no utilizarla a la hora de tocar, a la hora de subirme al escenario, porque en esos momentos prefiero guiarme por las manos, la intuición y el corazón. Pero para estar en casa y componer necesito la cabeza. Necesito tener conocimiento para componer intelectualmente.

¿Qué te atrae de la guitarra de Tino?
L: desde que lo conozco me atrae su melodía, su manera de componer, todo lo que cuenta en cada tema, que se le puede sacar mucho partido y que encaja muy bien con mi forma de bailar porque buscamos mucho la sensibilidad, el sentimiento de una manera melódica en muchos momentos. También tiene  fuerza, pero es de otra forma, y por eso creo que nos parecemos. No somos ruidosos, sino que la fuerza va por debajo de la melodía y creo que por eso hemos conectado muy bien. No buscamos el estruendo ni los aplausos, sino la sencillez y la sensibilidad.

¿Y qué le dice a Tino el baile de Leonor?
Como guitarrista, se mira al baile con egoísmo porque nos gustan los bailaores que nos dejan tocar, y eso no es fácil de encontrar. Nos gustan los bailaores que te buscan como músico y que hacen que te sientas parte del espectáculo, de la creación que se está llevando a cabo. Eso para mí es esencial para poder trabajar a gusto. Además, cuando Leonor monta mi música veo que realmente está bailando mi música. Veo mis falsetas, mi melodía… Capta muy bien la esencia de mis mensajes y eso me gusta. Además, profundiza y no cae en las trampas facilonas del flamenco, que las hay y muchas. Y también me gusta mucho porque es muy femenina.

Leonor ha bailado con gente de estéticas muy diferentes: artistas que hacen cosas muy concretas y artistas que bailan más abstracto… ¿qué te gusta más, bailar sentimientos o conceptos?
Las dos cosas pueden ir unidas. Es más, creo que el sentimiento no tiene que ir aislado del concepto. El espectáculo o la persona que al final más te engancha es la que es capaz de tener un concepto como idea de espectáculo, como su visión, pero al mismo tiempo, una vez que se sube al escenario saca ese concepto de una manera natural y emocional. Por separado creo que no funcionaría: si hay sólo concepto o sólo sentimiento terminas por quedarte corto. Si un día no sientes nada te sale un churro de espectáculo, por muy pensado que esté. De la gente con la que he trabajado me quedo con una persona que creo que ha unificado mejor esas dos cosas: tiene una idea clara de lo que quiere en el flamenco y al mismo tiempo ves que en el escenario no está limitado por su propio concepto, que es libre. La persona con la que he trabajado más a gusto ha sido Andrés Marín, que conoce perfectamente el flamenco, ha profundizado y sigue profundizando constantemente en la música, en el baile, en todo. Él tiene una idea muy clara, te guste o no, pero la tiene clara. Y luego le ves en el escenario y es capaz de expresar. Andrés Marín es la persona que más me ha aportado y me sigue aportando. Bueno, y en otro estilo, Javier Barón también tiene su idea muy clara y, además, su punto de expresión. Luego hay otras compañías que tienen sus ideas pero al ser compañías grandes uno sólo puede expresarse siendo figura, porque cuando formas parte del cuerpo de baile es muy difícil y no se disfruta tanto.

¿Y a Tino le gusta más dibujar melodías con trazo fino o prefieres sugerir ideas que el espectador termine de completar?
T: Tengo una doble cara. Me gusta definir lo que toco, pero tampoco me gusta que sea obvio. Es como el habla: tiene que entenderse muy bien lo que dices. Pero ese aspecto lo cuido con la técnica: que la técnica sea nítida y que se escuchen bien todas las notas, pero eso no quiere decir que las melodías tengan que ser obvias. Por ejemplo, a la hora de acompañar al baile no me gusta hacer lo mismo que hacen los pies: me aburre. Intento coger la esencia y los puntos importantes del baile, y eso mismo intento hacer con la música, aunque tampoco lo tengo muy claro si luego es realmente así. En realidad es que hay de todo, porque me encanta hacer falsetas antiguas, melodías que a veces son muy sencillas, pero que resultan muy difíciles de componer. A mí me resultan más difíciles que las falsetas modernas que hago, y sin embargo en esas falsetas antiguas el truco está en que sea lo más obvio posible… La verdad es que no tengo una respuesta única a esa pregunta.

 Batería de preguntas que os voy a ir haciendo alternativamente ¿Qué os sugieren estos conceptos?
Para Leonor, la familia.
L: Calor.

Tino, Andalucía.
T: …¡Calor! ¡Sobre todo en verano!

Jerez.
L: Amigos, tranquilidad, una ciudad para disfrutar paseando por la calle larga. Jerez es un paseo.

La música.
T: Lo que me hace levantarme y acostarme cada día.

El mañana.
L: Lo incierto, lo inseguro, en lo que no me gusta pensar demasiado.

El pasado mañana.
T: Conforme se cumplen años se piensa más en él.

El día.
L: El presente, el momento, la compra para comer, el baile, desde que empieza hasta que termina ese es el día, porque es súbete a ver qué sale.

La noche.
T: Inspiración.

El trabajo.
L: La búsqueda de mí misma.

El ocio.
T: Cocina.


Leonor y grupo en el Festival de Jerez 2008. Foto: Ana Palma

Leonor, Corral de la Morería.
L: Un corral de lujo. Un lugar de aprendizaje donde te tratan como el plato estrella de la noche.

Leonor otra vez: tus sueños.
L: Aprender de otras disciplinas, comunicarme con otros artistas, crear cada vez cosas más profundas y más interesantes, llegar a ese momento donde uno se siente bien consigo mismo y expresando de manera relajada lo que uno tiene, sin inseguridad, pero tampoco con orgullo, o sea de la manera más tranquila poder decir aquí estoy, esto es lo que tengo y lo comparto con toda gente. Ese es mi sueño.

Tino, tu pesadilla.
T: Tocar de oficio.

Leonor, un hombre:
L: Mi holandés.

Tino, una mujer.
T: (señala con la mirada a Leonor. Los dos sonríen).

 
Tino van der Sman / Leonor Leal


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