XVI Bienal de Flamenco. Concierto de clausura . Paco de Lucía

Resumen: XVI Bienal de Flamenco. Concierto de clausura . Paco de Lucía

XVI BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA
“CONCIERTO DE CLAUSURA”
Paco de Lucía

Sábado, 9 de octubre 2010

 


Fotografías: Luis Castilla/ Bienal de Flamenco

Especial XVI Bienal de Flamenco 2010. Toda la información. Programación, reseñas, fotos…

“CONCIERTO DE CLAUSURA” Paco de Lucía
Teatro de la Maestranza  2030h
 
Texto: Estela Zatania

Guitarra: Paco de Lucía. Segunda guitarra: Antonio Sánchez. Armónica: Antonio Serrano. Percusión: Piraña. Bajo: Alaín Pérez. Cante: David Maldonado, Duquende. Baile: Farruco.

Qué lejos se siente ahora aquella mágica noche de la inauguración de la XVI Bienal de Flamenco de Sevilla en la plaza de toros de la Maestranza cuando Miguel Poveda encendió a cerca de siete mil personas, llenó la noche sevillana de cante y el río se detuvo momentáneamente para contemplar la histórica escena antes de seguir su curso hacia Sanlúcar.  Fue hace sólo tres semanas y media, y el aleteo de cientos de abanicos dio fe del calor bochornoso.  Esta noche hay una fuerte lluvia de invierno, y hace frío. 

La Bienal del 2010 ha concluido, y lo ha hecho tan espectacularmente como arrancó, con una maxi figura, seguramente el único artista de flamenco conocido en todo el planeta, que tú puedes aterrizar en el pueblo más perdido del país más pequeño, y si dices “flamenco” al primero que pasa, te contestará con el nombre de nuestro recurso natural, genio de profesión y sonantero número uno: Francisco Sánchez Gómez, “Paco de Lucía” para la afición y para la historia.

De tal magnitud es su persona y obra, que no ha sido necesario ningún tipo de montaje especial más allá de lo que lleva Paco y su gente en todas sus actuaciones.  Lo mismo que vimos en el Festival de Cante de Las Minas de La Unión hace dos meses, o en la plaza de toros de Jerez poco después.  En el gran Teatro de la Maestranza que hemos visto al completo muchas veces durante la Bienal, esta noche había una expectación especial.

Siempre es conmovedor el largo y sentido aplauso que recibe al maestro cuando aparece con su guitarra al comienzo de un recital.  El “ole” está en todos, a punto de salir en cualquier momento para acusar recibo del famoso fraseo enérgico, el compás casi íntimo que sorprende siempre…  O cuando de pronto un picado limpio y fuerte envía una carga eléctrica a los oyentes, y hay gritos de “¡Paco, te queremos!”, “¡Paco, eres el mejor!”  

Bulerías de mil maneras, no ha colocado la cejilla, pero encuentra una brillantez especial en octava posición donde toca con la misma facilidad que los demás andamos por casa; el diapasón le pertenece, fue él que nos lo descubrió hace tantos años.

Paco había manifestado sentir el peso de la responsabilidad de tocar en Sevilla, pero se le ve más relajado que en las dos actuaciones arriba citadas.  Parece feliz, sonríe, bromea con los músicos.  Y más bulerías… claramente es el palo que más le inspira, y no para de descubrir rincones escondidos en su compás.  Y tanta musicalidad.  Muchos jóvenes fenómenos se olvidan de la importancia de la musicalidad, y se dejan llevar por la técnica o los acordes extendidos.

Por fin es el momento del baile de Farru que salta de la silla y rompe con una muestra de lo que vendría después.  Impactante como siempre, pero no se cuaja tanto como otras veces, los escollos de la improvisación, esto no va de coreografías.

El descanso, y los tangos de la Reina Mora.  Cuando cantan Duquende y David Maldonado hay mucha nostalgia por Camarón, y queda patente el tremendo impacto que ha tenido el añorado cantaor que nos reveló aquellos sonidos canasteros orientaloides que siempre habían estado allí, y los puso en permanente circulación.

La música de jazz, el bajo y la percusión quieren devorar al flamenco pero con la fuerza de su música Paco no lo permite, y mantiene el sabor que él conoce tan bien.

Cuando se acerca el final, cientos de personas desobedecen la prohibición del teatro, y parpadean los telefonitos haciendo instantáneas.  La sorpresa final es el baile impactante del pequeño Carpeta, hermano de Farruco, y así acaba el recital, la noche y la Bienal de Flamenco de Sevilla en su trigésimo aniversario.


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