XV Festival de Jerez 2011. Olga Pericet 'Rosa, metal y ceniza' Regina, El ToloAdela Campallo 'Horizonte'

Resumen: XV Festival de Jerez 2011. Olga Pericet 'Rosa, metal y ceniza' Regina, El ToloAdela Campallo 'Horizonte'

XV FESTIVAL DE JEREZ
Olga Pericet “Rosa, metal y ceniza”
Regina, El Tolo
Adela Campallo “Horizonte”
Lunes, 7 de marzo, 2011.

 

La jornada de lunes en el Festival de Jerez empezó con la habitual presentación de los espectáculos del día siguiente.  La veterana Manuela Carrasco destacó que no le dan “subvenciones todos los años para hacer grandes espectáculos”, y se comprometió a ofrecer su mejor baile.  A las cinco de la tarde, en el Centro Andaluz de Flamenco, tuvo lugar otro encuentro con artistas veteranos, en este caso los legendarios Gitanillos de Cádiz.

Dentro de la serie de recitales acústicos que cada año se celebran en el íntimo salón del Palacio Villavicencio, una señorita de nombre artístico “Regina”, nacida en Alemania y afincada en Huelva desde pequeña se ocupó de la primera mitad del programa.  Con la inconfundible impronta de la academia sevillana de cante que a tantas jóvenes ha orientado, cantó por tientos tangos, incluyendo un surtido geográficamente diverso de éstos, granaína, un cante más ajustado a sus dotes líricas y siguiriyas, terminando por los fandangos de su tierra.  El magnífico guitarrista Paco Cortés disimuló algunas limitaciones de la joven cantaora.

En la segunda parte, el jerezano Antonio Peña Carpio “El Tolo”.  No es un joven promesa, sino un joven veterano que lleva años cumpliendo su promesa y compromiso con el cante vivencial de su barrio de San Miguel.  El Tolo, que acaba de grabar su primer CD, y con la sabrosa guitarra de José Ignacio Franco, empezó valientemente por tonás al compás de martillo sobre yunque.  Inconfundible eco de las familias del barrio por soleá y siguiriya, con el punto de descontrol tan apreciado y cultivado en San Miguel.

OLGA PERICET “ROSA, METAL Y CENIZA”
Teatro Villamarta, 2100h.

Baile: Olga Pericet. Colaboración especial al baile: Jesús Fernández, Jesús Caramés. Cante: Miguel Ortega, Lavi, José A. Carmona. Guitarra: Antonia Jiménez, Javier Patino. Coreografía: Olga Pericet y colaboración especial de Marco Flores. Dirección escénica: David Montero. Dirección artística: Olga Pericet.

Olga Pericet, diminuta y eficaz paquete de arte bailado y buen gusto.  La Premio Revelación del Festival de Jerez del año pasado no fue ningún descubrimiento para muchos que llevamos años siguiendo la admirable trayectoria de esta cordobesa.  Aquel premio ha conducido a su debut con compañía propia en la edición del festival de este año con la obra que ella titula “Rosa, metal y ceniza”.

Con aquel título poético hubo que temer lo peor, pero de hecho, la inteligencia y capacidad de Olga han logrado una creíble mezcla de detalles oníricos con baile tradicional pero fresco, dos buenas guitarras y tres voces ejemplares; igual que en la cocina, los ingredientes de calidad suelen dar buenos resultados.  Entre otros elementos, recitados en off, el baile contemporáneo de Jesús Caramés, Córdoba de Albéniz, espacios arquitectónicamente interesantes, una cortina de cuerdas que a ratos parece tener vida propia o nos deja entrever un mundo paralelo, tienen el contrapeso de las clásicas cantiñas de Olga con mantón, un baile que despeinó al público por completo cuando la obra no iba ni por la mitad.

Excelente trabajo del equipo cantaor.  Miguel Ortega, poderoso y versátil, José A. Carmona, camaronero con personalidad propia y el plazuelero Miguel Lavi que bien podría llevarse el premio de este año al mejor cantaor de atrás. 

Olga vestida de corto, interpreta unas siguiriyas que terminan con la sorprendente y fugaz aparición de Caramés que la lleva velozmente en volandas fuera del escenario.  Es el tipo de detalle inesperado que aporta frescura sin alterar el orden de las cosas.

El cantaor Carmona toca una mandola con los dos guitarristas, y Lavi canta para el enérgico baile de Jesús Fernández que ya nos sorprendió hace pocos días con su espectáculo en la Sala Compañía.  Un paso a dos contemporáneo de Olga y Caramés, ofrece la novedad (para una servidora) de la elevación (en el sentido del ballet clásico) de una bailaora que va vestida de bata de cola, otro ejemplo de la perfecta convivencia de la danza clásica y el baile flamenco.

Olga sigue por soleá, con su bata negra que parece hecha de escamas brillantes, y le da un aire entre vampiresa y madrastra de Cenicienta.  Jamás Olga Pericet se ha arriesgado tanto, ni exhibido tanta personalidad.

Normalmente no comento la dirección escénica, pero en esta ocasión, el trabajo firmado por David Montero fue excepcionalmente elegante, original, sencillo y eficaz.

ADELA CAMPALLO “HORIZONTE”
Sala la Compañía, 2400h

Baile: Adela Campallo. Cante: Londro, Jeromo Segura, José Valencia. Guitarra: Juan Campallo, David Vargas. Percusión: José Carrasco. Coreografía y dirección: Adela Campallo.

La elegantemente temperamental bailaora Adela Campallo llevó su obra de formato pequeño, “Horizonte”, a la Sala Compañía. 

El primer baile a la famosa “Galeras” de Juan Peña el Lebrijano, posiblemente representa la primera vez que alguno, que no fuera el propio Lebrijano, la interpretara, mucho menos bailarla.  Compases de tres, carné de identidad de Lebrija, con el cante del Londro y José Valencia.  Adela también se busca con el cante minero libre, antes de que Valencia lance sus cantiñas sin guitarra ni palmas.  Adela vuelve, y te empieza a pesar tanto negro y marrón que resta luminosidad a tan luminoso palo.   

Este año estamos viendo el renacimiento del mantón en el baile femenino, y la Campallo pone su parte también.  Pero ojalá hubiera un control para bajar el extremadamente excesivo nivel de sonido del cajón que tapa guitarras y voces.

Jeromo Segura interpreta los fandangos que tan bien domina, y Adela, vestida de pantalón y gastando bastón, realiza un actualizado zapateado.  Al final, es un espectáculo con altibajos, discreto pero digno.  Adela Campallo es una gran bailaora que todavía tiene mucho que decir.  


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