XIV Festival flamenco 'La Yerbabuena'. Homenaje a Rocio Jurado

 

XIV Festival
Flamenco
«La Yerbabuena»

Viernes, 22 de julio, 2005. 2230h. Las Cabezas de San
Juan (Sevilla)


El
Festival de La Yerbabuena fue fundado en 1970 en plena oleada de festivales
de cante que puso en marcha una dinámica que cambió
hasta la naturaleza del flamenco. El mundillo a veces sórdido
de las ventas, los señoritos y los “regalitos”
a cambio de interminables horas de cantes, excesos y decepciones,
fue sustituido por sueldos de estrella de cine y un público
cada vez más entendido, exigente y a veces revoltoso. Juan
Peña “Lebrijano” fue uno de los fundadores de la
Yerbabuena, y esta noche, treinta y cinco años después
de la inauguración (entre los años 1976 y 1996 no fue
celebrado), el que fuera príncipe de aquellos festivales, y
protegido del maestro Antonio Mairena, encabezaba un cartel cortito
pero digno.

El programa nos dice que el festival de la
Yerbabuena tiene la tradición de homenajear “a personas
que por su quehacer diario destacan en cualquier rama del arte”,
presentándoles con la yerbabuena de plata. En años
anteriores personajes como Concha Piquer, Camilo José Cela,
Manolo Sanlúcar o Curro Romero entre muchos otros han sido
galardonados, y en esta ocasión la popular cantante Rocío
Jurado, recuperándose de una difícil enfermedad, era
la invitada de honor y homenajeada.

No es necesario ser figura para hacer
las cosas con respeto y dignidad

Hace
más de veinte años que Rocío y el Lebrijano
colaboraron en la grabación «Ven y sígueme»
con el guitarrista Manolo Sanlúcar, y la velada prometía
un interesante surtido de emociones, diferente a lo que estamos
habituados. Pero ha sido una noche de negativos. Los admiradores
de la cantante NO desbordaron el discreto espacio requiriendo la
intervención de las fuerzas de seguridad, el Lebrijano NO
demostró que es uno de los últimos de una especie
en vías de extinción, NO cantó con la confianza,
fuerza y gusto de hace tan sólo siete días en el pueblo
vecino, el suyo, de Lebrija y Aurora Vargas, bendita sea, NO defraudó.

Por partes. Después de unas palabras y un aplauso para el
maestro Chocolate que nos dejó hace pocos días, dos
aficionados locales demostraron que no es necesario ser figura para
hacer las cosas con respeto y dignidad. Juan Fernández “El
Chiva”, ganador del octavo concurso de cante flamenco de la
Peña Cultural Flamenca “Fernando el Herrero”
y descendiente del legendario cantaor Juaniquí de Lebrija,
cantó por soleá con el sonido inconfundible de su
tierra, bulerías dedicadas a Rocío y fandangos, con
el acompañamiento del joven Juanito de Clavijo. Rosi Quiñones,
mucho más cantante que cantaora, supo interpretar sus clásicos
cuplés, incluyendo “Se rompió el amor”
de la Jurado, con suficiente empaque para poner en pie a ésta.

Como la cocacola sabor clásico,
Aurora Vargas es un acierto permanente

A continuación le tocó el turno al Lebrijano con
Pedró María Peña al toque, y aunque esta noche
no lograra conectar con el público ni consigo mismo mediante
el cante, el homenaje que se ofreció después, a su
“amiga de la infancia, mi Rocío”, deleitó
a los representantes de la prensa rosa que habían acudido
en masa.

Aurora Vargas quedó como el plato fuerte de la noche. Como
la cocacola sabor clásico, la sevillana es un acierto permanente
con el acompañamiento siempre airoso del jerezano Diego Amaya.
No escatimó arte con sus tradicionales alegrías de
Cádiz, por soleá y por bulerías dedicadas a
Rocío.

Había ánimo de no alargar demasiado por respeto a
la homenajeada. El festival fue sabrosamente redondeado y despedido
antes de las dos de la madrugada con el grupo jerezano “Puro
Jerez” y el toque de Diego de Morao para un cuadro variado
donde no faltaron letras aludiendo al maestro Curro Romero que se
encontraba en primera fila.

Texto y Fotos: Estela
Zatania

XII Festival
de la Yerbabuena 2003

XIII Festival
de la Yerbabuena 2004

Lebrijano & Faiçal
'Puertas abiertas'

Aurora Vargas
'Orso Romí'

Aurora Vargas
'Acero frío'

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