XIII Festival de Jerez. Laura González, Marga de Jerez Miguel Ángel Berna, Úrsula López, Rafael Campallo Pastora Galvan

Resumen: XIII Festival de Jerez. Laura González, Marga de Jerez Miguel Ángel Berna, Úrsula López, Rafael Campallo Pastora Galvan

XIII FESTIVAL DE JEREZ 2009
Laura González, Marga de Jerez
Miguel Ángel Berna, Úrsula López, Rafael Campallo
“Flamenco se escribe con jota”
Pastora Galván
Lunes, 9 de marzo, 2009. Jerez de la Frontera


Especial XIII Festival de Jerez 2009 – Reseñas / Previos / Noticias / Fotos

Texto: Estela Zatania / Fotos: Ana Palma

Laura González, Marga de Jerez
Palacio Villavicencio, 1900h

Para aquellos que están siguiendo la serie de recitales de mujeres guitarristas ofrecida por el Festival de Jerez, aclaremos una cosa.  No es lo mismo una cantaora, como las que había antiguamente, que se acompaña a la guitarra con acordes básicos, que una concertista, con elevado nivel técnico y un amplio repertorio que se dedica a tocar “alante”.  En el Palacio de Villavicencio, están programadas cuatro maestras del último tipo, jóvenes que se dedican a la guitarra de manera profesional, y no necesariamente para el acompañamiento. Laura Gónzález, de Córdoba, tierra con tradición de guitarra, anoche ofreció un recital muy digno, demostrando su pulsación dinámica y buena ejecución con material complicado por granaína, zapateado, alegrías y una preciosa guajira.

En la segunda parte, la joven jerezana Marga de Jerez nos sorprendió con su soltura y conocimientos.  Más todavía sorprende leer en su currículum el hecho de que se formó en una de las academias específicas para el propósito, de las cuales normalmente salen señoritas con mucho cante y poca personalidad.  De hecho, Marga es toda personalidad… charlando con el público, con su gente, luciendo una voz que no suena a la de ninguna otra, incluso cuando despacha cante antiguo que a la fuerza ha tenido que aprender de grabaciones.  Fue un error lamentable llevar percusión a la intimidad de la salita del Palacio Villavicencio, además, me parece a mí que Marga tiene recursos ella sola como para parar un AVE.  Debla, toná, farruca actualizada, bulería por soleá sin guitarra, personalizada y muy jerezana, tangos, fandangos, bulerías sabiendo administrar los cuplés, cosa que en Jerez es poco común (se suelen cantar canciones enteras, que no es lo mismo), chorreando sabor… y un fin de fiesta con el cante del guitarrista Manuel Yunque, y el baile del palmero incluidos.  La joven Marga de Jerez canta con los ojos abiertos… literalmente… señal de su auto confianza y el deseo de ser reconocida como se merece.

Miguel Ángel Berna, Úrsula López, Rafael Campallo
“Flamenco se escribe con jota”

Teatro Villamarta, 2100h

Baile: Miguel Ángel Berna, Rafael Campallo, Úrsula López. Cante: Juan José Amador, Miguel Rosendo. Guitarra: Jesús Torres, Javier Patino. Músicos aragoneses: cantadora de jota, Lorena Palacios, guitarra española, Guillermo Gimeno, bandurria, Alberto Artigas, percusión, Josué Barres.

A mí me encanta la jota…¿pasa algo?  Hace años en casi todas las compañías de baile flamenco y español, el repertorio incluía alguna jota, y llegué a apreciar el único baile español folclórico, con la excepción de las sevillanas, que puede competir con el flamenco.  Esa forma de cantar medio inocente medio cruda, el sonido de la bandurria, esos saltos y cabriolés imposibles, las castañuelas, el sutil flirteo entre hombres y mujeres, el humor popular…”¿por allí se va a Zaragoza?”…”nooo…¡por allí se viene!”

Pero igual que ha pasado en el flamenco, el baile folklórico aragonés por antonomasia ahora busca la sofisticación que le permite ser aceptado por el gran público.  El bailarín Miguel Ángel Berna ha hecho mucho para renovar y domesticar la jota, quitándole las ropas típicas de baturro y poniendo el punto elegante de su figura y el poder de su talento.  “Flamenco se escribe con jota” es un espectáculo visual y danzísticamente disfrutable, si algo flojo de pretexto.  Los historiadores nos cuentan que las actuales alegrías del flamenco derivan de la jotilla de Cádiz, a través de la jota, con la importante intervención de Enrique el Mellizo, hasta allí bien.  Pero no tiene sentido insistir en la escala y compás compartidos cuando gran parte de la música folklórica del mundo occidental comparte la medida del tres por cuatro y la escala mayor.  

Asimilado el pretexto rebuscado (se hace mucha gala del solapamiento de la jota y las alegrías), te acomodas en tu butaca para apreciar las hazañas de Berna, el escueto y elocuente baile personal de Rafael Campallo y la belleza de Úrsula López.  Berna realiza auténticas hazañas con las castañuelas que lleva en el dedo medio, logrando una carretilla tan seguida como si las llevara en el pulgar – es como escribir a máquina con dos dedos, superando la velocidad del que escribe con los diez.  No emplea los típicos saltos para provocar el aplauso fácil, sino que los administra con buen gusto.  La dulzura añeja de la voz de Lorena Palacios, cantante de jota, levanta más vello que algunos cantaores de flamenco.

Punto y aparte es Rafael Campallo, uno de los bailaores mejor preparados de su quinta, con un estilo personal y flamenco, movimientos de anciano destilados y adaptados a su edad y condiciones, reflejando la excelente formación recibida de sus maestros Manolo Marín y José Galván.  Úrsula López interpreta un largo tientos tangos, pero su papel más importante es el de unificar a los dos géneros en un espectáculo admirable y entretenido.

Pastora Galván
Sala la Compañía, 2400h

Baile: Pastora Galván. Cante: David Lagos, La Tobala. Guitarra: Ramón Amador. Percusión: José Carrasco.

Pastora Galván, lejos de ser “hermana de…”, es un milagro.  Una gran bailaora de muchos recursos, alternativamente clásica y convencional, vanguardista y surrealista, guapa entre las guapas… no recuerdo ninguna actuación suya que no me haya impresionado.  De alguna manera, es el mismo tipo de genio de Israel, domado y masticado para su consumo por las personas que sospechan de cualquier obra anunciada como “arriesgada”. 

El primer número es una delicia.  Se representa una reunión familiar: Pastora, vestida de ama de casa corriente, se levanta y baila ese baile de las casas de vecinos, con movimientos sugestivos incluidos, buen humor y conocimientos de un pasado medio intuido medio vivido.  Lejos queda el baile flamenco del café cantante y el tablao.  De hecho, ves cierto proceso de destilación que sigue desde aquel baile autóctono andaluz hasta el galvanismo actual. 

David Lagos es espléndido por soleá de Triana.  Sigue la siguiriya, fandangos a nudillos, bulerías… La Tobala por malagueña y abandolao, y Pastora vuelve en bata de cola para las alegrías.  Realiza otro baile completo por tangos, con cantes de la Repompa y de Triana, con mucho sabor, pero la obra nunca retoma el nivel de la primera escena que prometía algo más que buen baile.

Para el inevitable bis, Pastora, sentada y de perfil, canta sin acompañamiento para el baile, nuevamente oliendo a entornos caseros, del palmero Bobote.

La noche todavía ofreció la actuación de Carmen Herrera, Esteban Guerrero “Caracolillo de Cai” y Miguel Salado en la venerable peña Los Cernícalos.

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