Roque Barato 'El Torres' en Clamores. Flamenco a Chorro

Texto: Isaac Rodriguez
Fotos: Jimmy

BREGAR CON EL CANTE

Roque Barato “El Torres”
ciclo: Flamenco a Chorro
1 de abril 2012 – Sala Clamores

 

El ciclo flamenco, de éxito grande, que se ha celebrado en la sala Clamores, terminó con el cante sincero de Roque Barato, un cantaor manchego que merece figurar en un escalón más alto que el que ahora ocupa en el flamenco. Por su buen hacer, por su afición apasionada y por su bonancible personalidad, se mire por donde se mire.

Para esta ocasión, como para tantas otras, se dejó acompañar por la guitarra cabal de Rafael Trenas, quien le sirvió con mimo y con templanza, luciéndose sin arrogancia en sucesivas falsetas preñadas de arpegios, alzapúas y trémolos de incuestionable desenvoltura. En fin, buena yunta para feliz sementera.

Tras la malagueña de la Trini, con el verdial de Frasquito, se presentó él mismo justificando su presencia: “hay gustos para todas las voces, y yo sólo intento no destrozar el cante”. Alarde humilde que resume su poética jonda y que cuántos debieran imprimir en sus blasones.

Aunque en los tientos-tangos y en las alegrías se echa en falta un compás mucho más marcado, como el que impregnó los tanguillos gaditanos acordándose de Chano, en la soleá (¡qué grande la de Alcalá!), la cartagenera y los fandangos demuestra Roque su sabiduría y sus poderes. Y no digamos en la granaína y media, donde su voz de metales y de admirable afinación, parece la séptima cuerda de la guitarra de Rafael.

Con todo –seguimos alargando el repertorio–, donde más admiramos su quehacer es en esos estilos que rara vez se escuchan y que son tan grandes como los demás: la poderosa serrana y la milonga melodramática y paternal, donde no faltó el recitado y el fandango a lo Pepe Pinto. Lo que se dice bien está bien dicho, digan lo que digan los pregoneros de hoy.

Como Roque es, de natural, amorosamente afable, no es de extrañar que el tema dominante en sus coplas sea el del amor. No hay palo en que no lo injerte. Sirva de ejemplo esta letrilla de la serrana, lasciva y gastronómica: El tomillo a la sierra / le da su aroma, / y tú me das motivos / pa que te coma.

Roque Barato, “El Torres”, es un cantaor serio y completo que tal vez triunfe algún día, porque saber y afición no le faltan, pero que todavía está ninguneado por los promotores del flamenco, a pesar de que allí donde actúa pone al público en pie. Dispuesto a sacarle en bomborombillos.

 

 


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