Málaga en Flamenco. PACO DE LUCÍA

 
“PACO DE LUCÍA”


“Málaga en Flamenco”.

Sábado, 17 de septiembre, 2005.
2200h. Plaza de Toros “La Malagueta”, Málaga.

 

Texto: Estela Zatania

Segunda guitarra: Niño Josele. Cante: Duquende, La Tana,
Montse Cortés. Percusión: Piraña. Bajo eléctrico:
Alaín Pérez. Teclado, armónica: Antonio Serrano.

La primera edición del megafestival “Málaga
en Flamenco” tuvo su día más glorioso a tan
sólo tres de su inauguración. Las palmeras en la pista
y las multitudes haciendo cola anuncian la presencia del príncipe
de la guitarra, Paco de Lucía.

A las veintiuna horas treinta minutos los tres mil asientos de
La Malagueta se están llenando rápidamente –
hace pocos días la Diputación se vio obligada a ampliar
el aforo ante la demanda masiva del público. Impresionante
lo que tiran seis cuerdas de nylon tensadas sobre una caja de madera.
Seis cuerdas más los dedos que las hacen vibrar. Cuerdas,
dedos y una mente prodigiosa capaz de hacer que aquellas vibraciones
lleguen a los oídos de cientos de miles de personas de todos
los países del mundo con un mensaje auditivo que seduce y
fascina en nombre de esa palabra mágica: “flamenco”.

Pregunto por el programa de mano – Paco lleva un amplio atrás
de lujo y hay que citar los nombres correctamente:

_ “No hay programa de mano, señora”.
_ “¿Cómo? Es para saber los nombres de todos
los músicos”.
_ “Cositas Buenas”.

Es que hasta nombres como Duquende, La Tana, Montse Cortés
o el Niño Josele, los tres cantaores y segunda guitarra,
quedan pequeños a la sombra de la figura de Algeciras. No
importa, reconocemos sus caras y sonidos porque cada uno es conocido
por sendos méritos y grabaciones.


Foto: Rafael Manjavacas

Las amplias entradas parecen delatar
las dimensiones del cerebro allí albergado

Miro hacia las gradas. Con las gafas de distancia veo las caras
y tomo nota de algo importante: hay individuos de todas las edades,
clases y procedencias, algunos vestidos como para asistir a la ópera
de París, otros de cresta y tatuaje, un verdadero milagro
hoy en día tratándose del flamenco. Pureza y fusión,
tradición y vanguardismo, sólo el genio de Paco de
Lucía, a sus 58 años uno de los pocos sobrevivientes
artísticos del flamenco de los años sesenta, es capaz
de unirlos a todos en un mismo recinto y hacer que suenen los aplausos
una y otra vez sin reserva.

A las veintidós y diez minutos se apagan las luces, la máquina
de humo eructa, las palmeras se menean de manera especial y desde
el repentino silencio, sin presentación alguna, aparece Paco
con la estampa que ha dado la vuelta al mundo, chaleco negro sobre
camisa blanca, amplias entradas que parecen delatar las dimensiones
del cerebro allí albergado – nuestro Clint Eastwood
flamenco con guitarra en lugar de rifle. Los gritos de “¡Paco!”
y “¡eres el más grande!” cuando apenas
ha tocado las primeras notas de la rondeña con la que suele
abrir y que esta noche suena especialmente bien, se disparan de
todos los rincones de la plaza. Fluyen los sonidos puros y limpios,
un poco de picado provoca ‘oles’ y hasta la luna llena
presta atención. La rondeña libre entra en bulerías
y el público enloquece más, si cabe, con el picado
final.

El programa se desenvuelve como lo hemos visto en La Unión
el mes pasado, como es presentado en todas las actuaciones de esta
gira. Cuando suena la guitarra en ese tono tan flamenco de 7 “por
medio” es el momento de disfrutar de las tres voces por bulerías
lentas. El sonido es contemporáneo sin agredir sensibilidades,
y en cada momento el compás está flotando por la superficie
al alcance de todo oyente. Las voces femeninas se turnan, Duquende
hace Camarón, más bulerías, surgen hilos de
melodía de trabajos anteriores, tanto de Paco como de los
cantaores, y los fans se retuercen de gusto.


Paco de Lucía & grupo (Foto: Rafael Manjavacas)

A estas alturas una de las cosas más destacables del toque
de Paco de Lucía, si es que tenemos que analizar su genio,
no es la técnica ni la velocidad ni los acordes cogidos prestados
del jazz – hoy en día los jóvenes monstruos
hacen lo inimaginable – sino su inspirado fraseo, la voz con
la que declara su música y explora el compás. Alegrías
en postura de La con el Niño Josele secundando provoca una
ovación con el numeroso público en pie y así
acaba la primera parte después de cincuenta minutos emocionantes.

Su inspirado fraseo, la voz con la que
declara su música y explora el compás…

La segunda parte está dedicada principalmente a piezas de
la última grabación de Paco, “Cositas Buenas”,
y la tónica es bulerías y tangos. La Tana se entrega
con muchísima energía, Montse Cortés seduce
con su misterioso eco y Duquende sigue deleitando con el sonido
camaronero que tan perfectamente domina. Paco nos lleva de la mano,
poquito a poco, hacia el terreno del jazz, y parece empeñado
en demostrar que es capaz de convertir todo en flamenco. El público
sigue calentándose y algunos de los más reservados
empiezan a marcharse ante las voces sincronizadas de los aficionados
más jóvenes ¿o son hinchas? con su “Paaaa-co
Paaaa-co” que en algunos rincones de la plaza tapa el sonido
de la guitarra y las voces. Hay gente con sus teléfonos móviles
en el aire para captar algunos sonidos y mandarlos a los amigos.
Ya no estamos presenciando un recital de guitarra flamenca, sino
un fenómeno social, y todo se disuelve en “Yo vivo
enamorao y para mí tus besos…”, y el imprescindible
“Entre dos aguas” que treinta y dos años después
de que convirtiera a Paco de Lucía en superestrella, produce
tal reacción que se siente temblar el suelo de la venerable
plaza malagueña.

Paco de Lucía
'Cositas buenas'

Integral de Paco de Lucía

Paco de Lucía
'Antología' 2 CD + 1 DVD

La Tana
'Tu ven a mí0

Montse Cortés
'La Rosa blanca'

Más información:

Especial
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