La Alhambra y Federico García Lorca son los
símbolos más universales de Granada, la hermosa,
histórica ciudad eternamente en busca de su identidad
en el malogrado poeta a través de incontables versiones
de sus obras, biografías, libros, musicales, cuadros,
películas y documentales, obligándonos y ayudándonos
a sentir la presencia de Federico en cada esquina.
Ciudad hermosa,
única, histórica, eternamente
en busca de su identidad en el malogrado poeta
En
esta ocasión la persona se enfrenta a la presencia
física de la Alhambra a cuyos pies está situado
el Palacio de Carlos V, marco perfecto para esta fantasía
lorquiana que combina el baile moderno con insinuaciones flamencas,
la voz de Enrique Morente, canciones folclóricas, recitados,
la música de Miles Davis y el sonido de bombarderos
entre otras incongruencias, algunas más eficaces que
otras, que consiguen plasmar un ambiente surrealista.
La ausencia de la música en directo, porque es todo
grabada, aporta una frialdad que los bailarines vencen a duras
penas…Belén Maya, tan fascinante como siempre, interpreta
un taranto evocativo con bata de cola…una música
contemporánea es interrumpida por los sonidos del pasado
con María la Canastera, gitana granadina de Sacromonte,
la única artista no atribuida en el programa, con el
baile divertido de Curro Albayzín y el cuerpo de baile
en un popurrí del folclore granadino que incluye la
mosca, la cachucha, alboreá…
La lucha entre
la inocencia de la belleza,
y la brutalidad de la guerra.
Café de Chinitas, Anda Jaleo, Zorongo…canciones
folclóricas que Lorca arregló y transformó…la
geométrica Rafaela Carrasco, autora de muchas de las
coreografías, con una malagueña tan larga de
artimañas como corta de inspiración, y siempre
la lucha entre la inocencia de la belleza, y la brutalidad
de la guerra representada por el zumbido amenazador de los
bombarderos (aunque Granada nunca fue víctima de un
bombardeo), imágenes proyectadas del Guernica de Picasso,
e iluminación de un tono de carmín que sólo
puede interpretarse como sangre.
Como teatro, hay algunos momentos destacables, como baile
funciona peor a pesar de unos detalles interesantes, flamenco,
poco, cosa que parecía decepcionar gran parte del público,
mayoritariamente extranjero. Hay que asistir a esta función
con el único objetivo de pasar una noche de verano
al aire libre dentro del recinto de la Alhambra recordando
el personaje de Lorca y contemplando la enormidad de la guerra
que le costó la vida hace siete décadas.
