La Macanita / Maria Angeles . Jueves Flamencos – Sevilla

 
Macanita / Mª Ángeles
“Dos Voces Gitanas”

Jueves Flamencos de la Fundación
El Monte
Jueves, 15 de febrero, 2007. Sala Joaquín Turina, Sevilla

AIRE FRESCO

Texto: Rubén Gutiérrez
Fotos: Paco Sánchez

1ª Parte. Cante: Ángeles Fernández. Guitarra: José Quevedo “El Bolita”. Palmas y jaleo: Antonio Torres “El Pescao”, Chícharo, Tío Gregorio.

2ª Parte. Cante: Tomasa Guerrero “La Macanita”. Guitarra: Manuel Parrilla. Palmas y jaleo: Manuel el Macano, Chícharo, Tío Gregorio.

Cada vez es más difícil poder asistir a un recital donde únicamente se den cita voces gitanas. Un nuevo acierto de El Monte al programar a estas dos cantaoras que exhiben un amplio abanico de las posibilidades del cante gitano, los sonidos blancos de Ángeles y los sonidos negros de La Macanita, dos mundos distintos donde aprender el cante, Almería versus Jerez.

La almeriense Ángeles Fernández hizo anoche su debut profesional como solista en el difícil coso de la calle Laraña. Los nervios propios de la primera ocasión, sumado a su timidez natural, no impidieron disfrutar de su almibarada voz. Una voz que sale de sus entrañas tenue y delicada, pero que es capaz de llegar a unos registros muy agudos, donde exhibe su poderío como cantaora.

Poco más de veinte años son los que tiene Ángeles, aunque ya ha lidiado en plazas como Madrid o Barcelona, quizás le falten un poco de tablas, pero va sobrada de aprendizaje. Imagínense ustedes el levantarse por la mañana y encontrar en su casa al maestro de la Isla que da los coletazos a una noche de juerga flamenca por derecho, acompañado de tu padre. Camarón y Tomate, Tomate y Camarón, me da lo mismo, lo mismo me da. Uno puede aprender de muchas maneras pero la vivencia en directo del flamenco es una de las principales escuelas.

Una nueva forma de cantar que aúna tradición y vanguardia

Con estos referentes Ángeles desde muy niña ha estado viviendo el cante, pero no ha salido camaronera, todo lo contrario, ha aprendido la técnica que empleaba José, y de este modo, con un trabajo desde los bajos se puede llegar a cota muy altas. Cuando quiere, canta delicado, y una vez metida en faena, sin necesidad de gritar perollegando muy arriba, es capaz de ponernos los pelos de punta.

Sus melismas y quiebros de voz, con ecos de los cantes del “culto” hacen de su quejío algo especial y algo fresco. Me recuerda a los principios de Miguel Poveda o Arcángel, los cuales ya han creado una escuela, y su estilo de cantar está siendo adoptado por muchos jóvenes. Ángeles puede suponer una nueva forma de cantar que aúna tradición y vanguardia, como lo demuestra su mantón de manila rojo, sus camisa de lunares junto con sus botas y su falda desenfadada.

Nos ofreció un repertorio donde primó la originalidad. Se fija en su amiga Estrella Morente para empezar por alegrías, y su voz, a la que se le añade su belleza, llena todos los rincones de la sala. Con los cantes de su tierra demuestra su conocimiento del arte flamenco. Letras como el himno de Andalucía demuestran su intención por no anclarse en las tradiciones, pero respetándolas.

La parte más festera del recital se fue cuajando a base de soleá por bulerías hasta llegar a los tangos y las bulerías. Con el toque de El Bolita se pueden hacer muchos experimentos. Este joven jerezano siempre es solicitado por las voces jóvenes, como ya ocurrió con Marina Heredia o la Argentina. Esta nueva escuela jerezana del toque, influida por las enseñanzas del maestro Balao, esta pariendo unas sonantas exquisitas, Alfredo Lagos, Juan Diego y el propio Bolita ya suenan por todos los rincones del orbe flamenco.

Pese a su timidez Ángeles se atreve a cantar por Camarón, “Como el agua” ni más ni menos, un reto complicado del que sale con solvencia, y por bulerías se acuerda de los maestros de Jerez, en especial del Capullo. Poca gente se atreve en su debut en una de las ciudades más flamencas del mundo a interpretar temas nuevos de grandes maestros, es mas fácil recurrir a las letras populares. Ángeles no se amilana pese a tener ciertos problemas con los micrófonos y no haber un técnico de sonido, y encima nos ofrece un repertorio de letras gitanas que podemos escuchar en el barrio almeriense de la Pescadería, y una pataita de “El pescaito”, otro gitanito del Barrio Negro, también pone de manifiesto su saber del cante p’atrás.

Una Macana muy centrada, sabedora de cual era su papel

Sólo le falta ir madurando un poco más, como los tempranos de Almería, que brotan con el sol inmaculado de su bahía a destiempo, pero que acaban ofreciendo un sabor exquisito.

La segunda parte nos trajo a una Macana muy centrada, sabedora de cual era su papel. Tiene ya muchas tablas pese a su juventud, su carrera discográfica es de las mas extensas de los flamencos actuales, y si has nacido en Jerez, y te haces acompañar por músicos de Santiago, el éxito esta asegurado. No obstante la vimos un poquito faltita de voz. Pese a la oscuridad permanente de la misma, sus sonidos negros resultaron un poco planos. La verdad es que el tiempo está loco últimamente y tanto cambio brusco de temperatura nos está afectando a todos.

Un repertorio puramente jerezano con tientos-tangos, soleá, seguiriyas y bulerias, sumada a la malagueña hizo las delicias del respetable. La Macana demuestra sobre el escenario su aprendizaje en los patios de vecinos, y en las juergas improvisadas de bautizos y bodas.Toda una declaración de intenciones que pone de manifiesto su profesionalidad. Supo ganarse al público a base de entrega, aunque tuvo un poco de espectáculo circense con sus pataitas, y cual Lola Flores cerró el mismo a pulmón.

 



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