Jueves Flamencos CAJASOL. Marina Heredia & Pepe Habichuela 'De Graná'

Resumen: Jueves Flamencos CAJASOL. Marina Heredia & Pepe Habichuela 'De Graná'

Jueves Flamencos Cajasol

De Graná
Marina Heredia & Pepe Habichuela

Sala Joaquín Turina – 23 octubre 2008. 21:00 hs

Texto: Juan Diego Martín Cabeza

Las programaciones de los Jueves Flamencos siempre nos deparan sorpresas agradables como ésta. Marina Heredia y Pepe Habichuela nunca habían actuado juntos. Lo hicieron anoche en Sevilla en una intimidad clásica y potente, la de la cantaora y el guitarrista con un mano a mano, solos, en un diálogo muy flamenco.

En la rueda de prensa del día anterior advirtieron a los periodistas que no ensayarían. ¿Para qué? Una sabe lo que canta y el otro sabe lo que es acompañar a la guitarra al cante. Se trata de un entendimiento sobre la marcha, de una conversación musical llena de guiños, de complicidades y conclusiones. Marina Heredia estaba a gusto, se sentía muy arropada por el guitarrista, y lo dijo con palabras y también con su cante.

Salió primero al escenario en solitario y desgranó el caracolero pregón del uvero. Luego, ya con Pepe Habichuela, cantó por soleá. Se templó en Cádiz y comenzó a colorear la excesiva oscuridad del escenario con la musicalidad de Triana. Ahí impuso la melodiosidad de sus tonos medios economizando al máximo las subidas, que tan bien modula en su cante. Cantó después una malagueña escalofriante, medida, clara, que remató con unos fandangos de Granada. Después, alegrías hechas con gusto, acoplándose Pepe Habichuela, haciéndose al cante, creando… de lo mejor de la noche.  Por levante volvió a cambiar de registro y quizás ya no tuvo la misma fuerza trágica que en la malagueña. En las alegrías nos había enseñado la brillantez de su voz en todas sus perspectivas y el cuerpo nos pedía más. Y nos lo volvió a dar con los tangos en un repaso por estilos y músicas que Marina domina como nadie. Finiquitó su recital con unas letras de fandangos cantados con muy buen gusto y unas bulerías que remató, descalza y de pié, con una canción por bulerías.

Pepe Habichuela pertenece a una de las familias de más raigambre flamenca de Granada. Y sin embargo su bandera musical es la libertad absoluta. Y la libertad le lleva a saber escoger, en cada momento, el registro exacto con el que tiene que enfrentarse al acompañamiento. Y es tan libre que anoche escogió el camino de la tradición con mayúsculas. Una tradición pura, que apenas tiene que ver con herencias familiares ni localistas. Pepe Habichuela hizo ayer un homenaje al guitarrista de acompañamiento. Aficionado, cabal, que escucha y acompaña, que sabe administrar los silencios, que da respiro a la cantaora. Es un ejemplo de saber estar, de poner todos sus conocimientos, toda su técnica, que la hay y mucha, al servicio del flamenco.

Así se han inaugurado los jueves flamencos de Cajasol. Con un recital clásico. Un ejercicio de responsabilidad por parte de los artistas que lo han hecho posible… un acto de fe en la capacidad emotiva y expresiva del flamenco que nosotros debemos aplaudir y a quien le toque, fomentar.

 

 

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