GALA DE CLAUSURA Bienal de Flamenco “De la punta y la raíz, un paseo por el baile de Sevilla”

Texto: Estela Zatania
Fotos: La Bienal

Domingo, 30 de septiembre, 2012. 2030h. Teatro de la Maestranza

Especial 17 Bienal de Flamenco de Sevilla – Toda la información

Érase una vez… el flamenco en Sevilla

Artistas invitados: Merche Esmeralda, José Galván. Solistas: Rafaela Carrasco, Belén Maya, Pastora Galván, Farruquito, Rafael Campallo. Cuadro flamenco: Manuela Ríos, Hiniesta Cortés, Isabel López, Yolanda Heredia.
Elenco: Adela Campallo, Pilar Ortega, Miriam Conde, Beatriz Santiago, Julia Acosta, Manuel Betanzos, Marcos Vargas, Ángel Atienza, Francisco Mesa “Nano”, José Luis Vidal “Lebri”, Alejandro Rodríguez, Raúl Gómez, Juan Aguirre. Guitarra: Ramón Amador, José Luis Silva “Morito”, José Antonio Suárez “Cano”, Rafael Rodríguez, Jesús Torres. Cante: Miguel Ortega, Moi de Moron, Antonio Campos, Antonio Zúñiga. Dirección: Rafaela Carrasco.


Así empezó, y así acabó la décimo séptima Bienal de Flamenco de Sevilla, con mujeres apellidadas Carrasco, y entre una y otra, no sólo una generación, sino un universo de distancia. A diario nos dicen que el flamenco clásico ha caducado, ya no interesa y hay que buscar otros caminos. Pero para la ocasión de la clausura de la Bienal, las dos perspectivas, diametralmente opuestas, se unieron en “De la punta y la raíz”, como fue titulada la obra, quedando demostrado que el flamenco todavía tiene mucho que decir. Esta vez, ni cantaores colgados desde el techo, ni telas diáfanas, ni decorados fantasiosos. Todo ese ahorro se tradujo en el cante, baile y guitarra tradicional de más de treinta artistas de primera, y un espectáculo inolvidable e irrepetible en homenaje a los bailaores de Sevilla.

La persona encargada de la dirección de tamaño empeño fue la bailarina bailaora Rafaela Carrasco, una intérprete que sigue los caminos más vanguardistas. De hecho, no esperaba gran cosa de la clausura, pero “gran cosa” es lo que fue servida. Un espectáculo directo y claro en su concepto y ejecución, una puesta en escena limpia y honesta y artistas bien preparados.

Siete escenas o viñetas, cada una dedicada a una faceta o maestro relevante para el baile sevillano. Un número colectivo dedicado a la visión vanguardista de Mario Maya, incluía algunos de sus alumnos más aventajados, más notablemente su hija Belén, que recreó las formas geométricas del padre sentada en una silla como hacía él. “A José Galván” fue otra delicia generacional familiar. El padre de Israel y Pastora bailó por soleá al cante de Antonio Campos, Moi de Morón y Miguel Ortega bajo la mirada de Pastora, que luego cogió el testigo virtual para seguir con el baile. Juan Antonio Suárez “Cano” y Jesús Torres pusieron el acompañamiento de guitarra.

Con los mismos cantaores y guitarristas, “A Manolo Marín” destacó a Rafael Campallo, alumno ejemplar de Marín, e imágenes del maestro y discípulo fueron proyectadas durante los tangos que se interpretaron. El segmento “A Matilde Coral” también fue amparado por un audiovisual, en este caso, de Matilde explicando detalles de la llamada “escuela sevillana”, cultivada y promocionada por ella a través de alumnas como la misma Rafaela Carrasco que en esta ocasión se apartó de su vanguardismo para bailar unas alegrías clásicas con bata de cola, aunque no parecía del todo cómoda en el papel.

La escena “A Farruco” no tenía pérdida con Farruquito de solista por soleá, y el nieto de aquél logró moderar su propia energía para recrear formas más propias del abuelo, con el veterano Ramón Amador a la guitarra, y Antonio Zúñiga y Moi de Morón al cante. Pudimos contemplar un fragmento de la película “Flamenco” donde Farruco abuelo simbólicamente cede el paso al joven Farruquito.

Para “A Adelita Domingo”, no pudo faltar Merche Esmeralda, por cierto guapísima, que cantó y bailó el garrotín para honrar a su legendaria maestra fallecida hace menos de dos meses.

La última estampa, “A Sevilla”, ofreció un cuadro con la guitarra de Amador, además de las de Rafael Rodríguez y José Luis Silva “Morito”, en la que nos ha sorprendido la alta calidad de cuatro bailaoras, notablemente Hiniesta Cortés y Yolanda Heredia.

Todavía quedaba la fiesta, la madre de todos los fines de fiesta, y a nadie le pesaron las formas clásicas cuando se sumó a todas las personas ya en el escenario, artistas como Manuela Carrasco, Cristina Hoyos, Javier Barón, Matilde Coral, Carmen Ledesma, Ana María Bueno….muchos, muchísimos, fue emocionante cómo seguían apareciendo del público, y te vas dando cuenta en esta Bienal dedicada al baile, de la enorme aportación de Sevilla.

Por una noche la sed de vanguardismo de la generación actual hizo las paces con la tradición, la directora Rosalía Gómez demostró lo que se puede hacer con limitados recursos y el patrimonio de la humanidad que llamamos “flamenco” se dejó ver en toda su gloria poniendo punto final a esta edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla.


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