Flamenco on Fire 2016 – Festival Flamenco de Pamplona – Resumen

Flamenco on Fire

Flamenco on Fire

Silvia Cruz Lapeña

Fotos: Rafael Manjavacas

Ciclo Nocturno, Flamenco en los Balcones, Arcángel & voces búlgaras, Flamenquillos, Mju-zik, Vicente Amigo. Conferencias, talleres, cine flamenco. Del 24 al 28 de agosto 2016.

Especial Flamenco on Fire – Toda la información.

Flamenco On Fire, así funciona lo jondo en el Norte

Cerró el festival Vicente Amigo con la velocidad del rayo puesta en los dedos y sonrisa de satisfacción. Clausurar con una guitarra un festival dedicado a Sabicas y en recuerdo de Juan Habichuela fue un acierto. Qué a gusto estuvo el tocaor de Córdoba, que puso en un brete a sus músicos al hacerlos tocar temas nuevos por primera vez ante el público tras meses de estar separados. Y es de destacar lo bien que le resolvieron la papeleta Añil Fernández (guitarra), Ewen Vernal (bajo), Paquito González (percusión), Rafael de Utrera (cante) y Antonio el Choro (baile).  Hubo desajustes pero la presentación de un disco del que no se dijo el nombre fue tan refrescante como la noche pamplonica.

Este festival ha sido un repertorio de buenas voces y buenos espectáculos, donde algunos no dieron todo lo que saben y pueden y otros, como los bailaores de “Sacromonte”, se dejaron la piel a tiras en Pamplona. Otras iban con presión, la de tener que explicar si lo suyo es o no es flamenco. Le paso a Ariadna Castellanos que se presentó Mju-zik en la Sala Zentral con Ed id Dead, mostró su flamenco electrizado y fue muy aplaudida.

Flamenco On Fire también tiene sus peculiaridades. “Como todos los festivales”, dirán ustedes pero no todos piensan en el sabor que tendrá la fiesta, por eso aquí animaron a los bares a crear un pincho con el nombre de Sabicas. Para unos sabe a queso, para otros a chistorra y tanto ha calado la idea que en Pamplona hay quien piensa que Sabicas es un tipo de pimiento y no el guitarrista navarro que abrió camino a todos los que vinieron detrás, incluido Paco de Lucía. Tampoco todos los eventos ofrecen entradas solidarias, un cupo de tiques que ha dado Flamenco On Fire a la Red contra la pobreza de la capital navarra para que nadie que quisiera se quedara sin catar lo jondo y exhalar un ole. 

El arranque del festival también tuvo su propio sello: lo del aurresku gitano quizás no convenza a todos pero es atrevido y una buena forma de decir, eh, que aquí están los gitanos y hay que escucharlos. Uno de ellos, Ricardo Hernández, ha coordinado las conferencias de las actividades paralelas en las que Carlos Aguilar, por ejemplo, descubrió a muchos una obra una película que ya quisiera haber filmado la Nouvelle Vague: “Los flamencos”, de Jesus Yagüe grabada en 1966. Apunten que el crítico contó que pronto la pasarán por La 2.

Pinchos, solidaridad, gitanería y flamenco. Mucho flamenco, porque lo ha habido hasta para los niños, que han tenido su ración infantil con “La nube viajera” que se presentó en Baluarte y firmaron los Flamenquillos. También hubo jaleo en la calle y en los balcones. Arcángel, acompañado de Dani de Morón, levantó pasiones subido al del Hotel La Perla y el público, allá donde lo encontrara, quería oírlo cantar. Al verlo de espectador en otros shows, pedían que saliera el onubense a las primeras de cambio. Le pasó en el concierto de Alba Molina con Joselito Acedo donde la hija de Lole y Manuel pidió perdón varias veces por no ser su madre. “No te hace falta”, daban ganas de decirle de lo bien que cantó y se prestó. 

Belén Maya puso una nota de sabiduría. No sólo porque demostró que el abanico está para lo que haga falta si se sabe utilizar, por guajiras, alegrías o para seducir al público. Su inteligencia se vio en el recuerdo a su padre, Mario Maya, para el que bailó sentada y con pantalón. Qué enorme es esa mujer tan menuda. Qué largas su mirada y sus expectativas.

El público pamplonica merece capítulo aparte. Las salas se han llenado, han sido exigentes, han protestado. Sabían a lo que iban, no probaban, y ha sido variado en origen y en edad. También han sido generosos y agradecidos, quizás porque lo que han visto en estos cinco días de festival les suena a fresco o a algo que se cata sólo de vez en cuando. Flamenco On Fire cumple tres años y está por ver si las autoridades siguen apoyando este proyecto. Ojalá lo hagan, que el flamenco del Norte, más allá del concierto dedicado a los flamenco navarros, tiene (y debe) muchas cosas por decir. 

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