Marina Heredia asegura que “hacía
tiempo que no me encontraba tan a gusto con el público”
El
36º Festival de Flamenco Almería 2005, organizado
por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almería,
comenzó ayer, lunes, 26 de agosto, de una manera explosiva.
Cuatro jóvenes con mucho arte en sus venas entusiasmaron
a las más de 1.200 personas que se congregaron en la
Plaza Vieja. Ya lo avisó en la presentación el
especialista Antonio Zapata, “el arte les viene de familia”,
y los cuatro jóvenes demostraron que han sabido aprender
del legado recibido e incluso mejorarlo con cuatro grandes actuaciones.
Un buen ambiente que reflejó nada más acabar su
concierto la cantaora Marina Heredia, “hacía tiempo
que no me encontraba tan a gusto con el público”.
Precisamente abrió el 36º Festival de Flamenco
Almería 2005 la popular cantaora Marina Heredia, que
dio un recital de buen hacer con las alegrías, seguiriyas,
mineras tarantas, tantos del monde de Granada y para acabar
un festival por bulerías, donde se soltó el
pelo y cantó sin micrófono y al final hasta
se marcó un baile.
Se apreció que Marina Heredia estaba feliz sobre
las tablas en la fresquita noche de Almería y, así,
alentada por continuos piropos de “guapa”, la artista
cantó los temas con mucho sentimiento. Se despidió
con continuos aplausos y vítores de un entregado público.
Empezaba bien la noche.
Después llegó la voz de Duquende, menos
expresivo, pero gran profesional, con su característica
voz “acamaronada”. Entre otros palos, se escucharon
fandangos y tangos, en un cante profundo. Inspiración
y técnica se dieron la mano en el recital de este gran
artista.
El público puesto en pie
Los que pensaban que se había llegado al cenit
del festival estaban equivocados. Quedaban Esperanza Fernández,
y, para rematar, el baile de Farruquito. La primera se llevó
al público desde antes de cantar, cuando comentó
que “llevaba tiempo sin cantar en el Festival de Almería
y estoy muy contenta de estar aquí”. Y así,
embarazada de ocho meses, se lanzó durante una prolongada
actuación con cantiñas, soleá y tientos
tangos, entre otros palos. Su voz es un derroche de potencia,
que acompaña de una gran versatilidad.
El público estaba entregado, pero Esperanza Fernández
quería más y así acabó cantando
y bailando sin micrófono, y el público, entusiasmado,
le respondió con aplausos puesto en pie. Esperanza
Fernández animó a todos los asistentes, seguro
que hasta a su niño que nacerá dentro de un
mes, en un derroche de facultades.
La guinda la puso Farruquito, un gran bailaor, a pesar
de tener sólo 20 años. Se trata de un chaval
que tiene las ideas muy claras, como de muestra en sus declaraciones:
“sobre el escenario me caracterizo por el sentimiento,
por la capacidad de llegar al público. Era lo que hacía
mi abuelo, Farruco, y que yo sigo. Un arte profundo e innato
que transmito a los aficionados”. Y bien que fue recibido.
Farruquito ofrece un baile muy elegante, pero a la vez
rápido en la ejecución y taconeo, con unos movimientos
masculinos y que fue respondido con grandes aplausos del público,
que no se movió de sus asientos durante las tres horas
de la primera noche del 36º Festival de Flamenco Almería
2005, organizado por la Concejalía de Cultura de Almería.
Estuvo acompañado por su hermano, otro gran bailaor,
y un cuadro de cante y palmas con mucho arte.
