'Nikelao', nuevo CD del guitarrista Pedro Sierra.

Que los guitarristas son los intelectuales del flamenco ya lo dijo Juan José Téllez hace algunos años. Pero que son los dueños y señores de los medios de producción y que esas producciones son tan flamencas que las paren en sus propias casas, me van a permitir que lo apuntemos aquí y ahora.

“Los moros la trajeron a España”
–afirmaba el Marqués de Langle en 1784- aunque se refiriese
a un laúd, al que más tarde se le añadiría
la quinta cuerda para transformarlo en vihuela, y posteriormente la sexta
para terminar de darle la forma definitiva. Como en aquel entonces, la
ruta vuelve a ser la misma. De Andalucía, para España y
la humanidad.



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Este será el siglo de la guitarra, no nos cabe ninguna duda. Y
nada mejor para constatarlo que el nuevo trabajo Pedro Sierra. Un disco
con el que vuelve a desnudarse musicalmente para mostrar sus cavilaciones
e inquietudes y de paso dar un nuevo giro de tuerca a la evolución
del género jondo.

Una obra de madurez con la que deja patente que aquellos que apostaron
por su intuición, en Decisión (2002) al otorgarle por unanimidad
el premio de la crítica al guitarrista revelación, no estaban
equivocados. No sólo porque se mantiene fiel a la línea
iniciada, sino porque como cabía esperar la ha mejorado en su posterior
desarrollo, alcanzando unos resultados realmente brillantes.

Como si de un poliedro se tratase, Pedro Sierra es capaz de asumir los
roles más inverosímiles, para mostrarnos todas sus caras
a la hora de acometer proyectos de la envergadura de éste que ahora
tenemos en nuestras manos.
Intérprete, compositor, productor, arreglista y -si se me permite
la licencia- arqueólogo musical. En esta nueva entrega, no sólo
se nos presenta como solista, sino que también asume labores de
acompañamiento que frisan la épica.

Al baile, junto a Israel Galván, radiante Premio Nacional de Danza
2005. Vanguardia e indiscutible punta de lanza del baile flamenco.

Y al cante, nada más y nada menos que junto a cuatro de los maestros
más importantes de la historia: Pepe Marchena, Antonio Mairena,
Juan Valderrama y Enrique Morente. Cuatro personalidades. Cuatro estéticas.
Cuatro retos. Porque para acompañarlos, Pedro ha tenido que poner
mucho más que las manos, el corazón y la cabeza. Ha tenido
que poner la técnica al servicio del Arte para suprimir el acompañamiento
de los guitarristas que grabaron originariamente por el de una guitarra
contemporánea, heredera de la tradición, al tiempo que inquieta
y osada.

Tres partes claramente diferenciadas para conformar un todo completo,
en una suerte de misterio, que poco o nada tiene que ver con el de la
Santa Trinidad, salvo que suena a gloria bendita.

¿Mantendrán esa dinámica las generaciones futuras?
La mejor manera de resolver esta duda nos la dio al principio el Marqués
de Langle. Escuchemos la magia del “instrumento más arrebatador,
el más delicioso de oír durante la noche”. Oigamos
la banda sonora de nuestra tierra a través de las seis cuerdas
de la sonanta. Pedro Sierra ha vuelto a abrir el tarro de las esencias
de su particular Caja de Pandora. El resultado: NIKELAO.

Fernando GONZÁLEZ-CABALLOS

 

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