El cantaor Miguel el Rubio en la Sala García Lorca

Miguel el Rubio

Miguel el Rubio

El veterano cantaor cierra el presente ciclo de cante acompañado a la guitarra de Carlos de Jacoba.

Después de Semana Santa, la Sala García Lorca retomará su programación de cante flamenco, en el formato habitual, sin micrófonos y amplificaciones, en una sala limitada a 90 espectadores.

SALA GARCIA LORCA- Sábado 5 de abril a las 22.30-H

Fundación CASA PATAS-C/Cañizares,10-2ª-Planta MADRID. Tfno. Reservas: 91- 429 84 71

MIGUEL EL RUBIO

Cantaor

En sus maneras cantaoras continúa la estela familiar y la enriquece con los aires de Antonio El Chaqueta. Miguel tiene unas condiciones cantaoras prodigiosas, especialmente por la velocidad y el timbre canastero de su voz.

Ha acompañado el baile de primeras figuras como Carmen Cortés, Juan Ramírez, La Chana, La Chunga, etc, actuando en tablaos y compañías itinerantes. Hay que destacar su participación en la II Cumbre Flamenca de Madrid y en la última Bienal de Flamenco de Málaga, junto a su familia.

A finales de los 70 grabó un disco junto a su padre y su hermana, La Charo, producido por José Luis de Carlos, cuando toda la familia vivía al rescoldo del Rastro madrileño. En 1994 grabó para Nuevos Medios el disco Una voz del cielo, acompañado a la guitarra por su hermano Camarón de Pitita.

Según el escritor JOAQUÍN ALBAICÍN… “Su siguiriya, espeluzna. Sus fandangos duelen…Cantaor madrileño perteneciente a una familia oriunda de La Línea de la Concepción, Miguel el Rubio es el primogénito de Antonio

El Rubio y sobrino de Joaquín El Canastero, que influyeran de modo decisivo en la decantación estilística del cante del joven Camarón. Criado en una atmósfera cien por cien flamenca y entre grandes artistas, el eco de Miguel, con su innato sabor y sus incopiables acentos, ha inspirado a los mejores bailaores y, en calidad de voz solista, es hoy por hoy un cantaor de culto, venerado por los aficionados al cante puro y adobado de duende, pues el aire de la Casa de los Rubios brota con un acusado e inconfundible sello, inmune a cualquier clase de comparaciones escolásticas.”

 

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