La vida larga del Chato de la Isla

El Chato de la Isla con Ramón de Algeciras (Universal, 2006)

JUAN VERGILLOS

Fue hace diez o doce años, en el Teatro Central de Sevilla.
No era una persona joven pero no sospechaba que esa iba a ser la última
vez que escucharía la voz del Chato de la Isla. Lo conocí
en 1992 en su pueblo, lo escuché cantar en su peña, tras
su vuelta de Madrid, de su periplo de más de cuarenta años
en los principales tablaos de la capital: Las Brujas, Los Canasteros,
Café de Chinitas … para cantarle a María Vargas, Merche
Esmeralda, etc. Pero sobre todo ello lo que más recordaba, lo que
le había dejado una extraña y feliz huella en la memoria,
fue su actuación en la Sala Revolver, a principios de los noventa.
Le sorprendió ver una sala atestada de gente joven que lo conocía
y lo admiraba.

El
Chato de la Isla con Ramón de Algeciras:

Universal

CANTA EL CHATO DE LA ISLA
al toque Ramón de Algeciras y Paco de Lucía

1. Por qué te fuiste de mi vera – seguiriyas
2. ESta noche voy a ver – bulerias
3. Dóndo voy a llegar – malagueña
4. Pregúntale a Dios – soleá
5. Porque me alivie mis penas – fandangos
6. Diez céntimos di a un pobre – tientos
7. El día que yo te vea – tangos del Piyayo
8. Más grande es mi desvarío – bulerías
9. Solo en el mundo – fandangos del Gloria
10. A 'tos' los ojitos negros – alegrías
11. Alto pino tiene piñas – fandangos de Huelva
12. Ese muchacho – tarantos

EL CHATO DE LA ISLA
Al toque Ramón de Algeciras

13. Yo no sé lo que daría – alegrías
14. Quisiera que me dijeras – malagueñas
15. No quiero escuchar tu voz – fandangos
16. Qeu no queire verme entrar – bulerías
17. A mí no me cuentes penas – soleá
18. Por mucho empeño que ponga – tientos
19. Volverte a abrazar – seguiriyas
20. Son tus ojos dos luceros – verdiales
21. Yo vivo mi soleá – bulería por soleá
22. Cruzo yo la serranía – fandangos de Huelva

Mas
detalles – venta on-line

No fue el primer Chato del flamenco (seguramente el de las Ventas fue
su precedente más destacado), pero es probable que sea el último.
En la última década preguntaba de vez en cuando por él,
y obtuve todo tipo de respuestas: si vivía anónimamente
en un pueblo del extrarradio de Barcelona, si estaba discretamente retirado
en su Isla natal, … Y hace unos días, en el ecuador del Festival
de La Unión, la noticia de su muerte. Ochenta años son bastantes,
pero yo lo que recuerdo es un hombre menudo y nervioso, muy vivo. La vida
apretada en un cuerpo menudo.

Es una casualidad, pero la noticia me pilló escuchándolo.
A finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando su militancia
en los tablaos, registró unos cuantos vinilos para Philips, de
los que ahora se reeditan dos en uno en formato de compacto. Inéditos
(en CD) del Chato para celebrar su paso, breve como el de todos nosotros,
por este planeta. Ochenta años no son nada.

foto: Canal Sur
foto: Diario Bahía de Cádiz

 

 

Ferviente caracolero, pequeño señor del cante. Simpático,
carismático, menudo y feliz. Cantaor de compás y de genio,
ingenioso y decidor, sencillo y pulcro, sabio por viejo y por flamenco,
ha sido testigo y protagonista de los vaivenes flamencos de la segunda
mitad del siglo XX. Él mismo explicaba al que quisiera oírlo
que se inició cantando en los tranvías que iban de San Fernando
a Cádiz. Pasó por la Venta de Vargas, como era de rigor,
a la que volvió pasados los años. A su Isla, a San Fernando.
A las salinas y la claridad que iluminaba su cante. Antes de eso registró
estos dos discos, uno de 1969, con Paco de Lucía y su hermano Ramón
de Algeciras. El segundo, de 1971, con el mayor de los hermanos Sánchez.
El repertorio es prácticamente el mismo, el de todos sus compañeros
de generación, el canon del cante gaditano influido por Caracol.
Los cantes del Mellizo, por soleares, alegrías y por malagueñas,
con el preludio de granaínas, a la manera de su maestro Aurelio
Sellés, del que imita hasta la voz nasal. Los fandangos caracoleros
con su famosa salida arabizante (eso es fusión, antes de que a
El Lebrijano llamara a la orquesta andalusí de Tánger).
Por fiestas era ligero como el viento, alado, pero seguro y pertinente.
Es el compás inefable de la tierra de Cádiz. Por tarantos
sigue la estela de Manuel Torre, resultando menos oscuro, menos enigmático
pero quién sabe si más verdadero. Seguiriyas, tientos, tangos
del Piyayo y diversos estilos de fandangos rítmicos, malagueños
y onubenses, completan la selección.

Un timbre aéreo, una voz llena, muy bella. Sentimental de manera
simple, tocando el corazón.

Ha muerto José Llerena Ramos. Larga vida al Chato.

El Chato de la Isla
El Chato de la Isla con Ramón de Algeciras

Manolo Vargas, Chato de la Isla, Chano Lobato …
Cultura Jonda 4. De Cádiz… Aquella Venta de Vargas

   

Salir de la versión móvil