Elbicho

Hace ya un tiempo que en los escenarios madrileños sonaba una nueva propuesta bastante interesante nacida en el taller de Guillermo McGuill, se hacían llamar 'Elbicho'.

 


Producido por Tino di Geraldo y Guillermo Quero
[Warner Music – 2003]

Varios meses más tarde, con la llegada del verano del 2003, nos
traen su primera grabación discográfica donde nos muestran
su particular modo de entender el flamenco. Estilísticamente se
nos presentan con la imagen de una bailaora souvenir typical spanish inmersa
en una lavadora donde se centrífuga parte del sentido percusionista
de Mártires del Compás, aromas de un Triana que a pesar
de todo afirman desconocer, el cautivador impacto de El Barrio, formas
de Antonio Orozco y esencias de Navajita Plateá. Con tanta mezcla,
termina saliendo curiosamente un producto nuevo y realmente sin evidentes
parecidos a todo lo citado anteriormente.

La obra comienza con unas percusiones “de colores” que van
derivando en “once farolas” que marcan el territorio medio entre
Antonio Orozco y el grupo liderado por Jesús de la Rosa… con
la presencia en el metal de Jorge Pardo. De allí se pasa a unos
“tanguillos nuevos” en los que la personalísima voz de
Miguel Campello se mezcla con la suave gravedad del cante de Eva Durán,
con una importante base de metales envolviendo su contexto. “De los
malos” se titula unos tangos que enganchan a la primera, que van
a dar a parar a unas suaves bulerías tituladas “Pa ti”,
en las cuales la presencia del maestro Carles Benavent es más que
esencial con sus habituales falsetas y marcajes de compás del bajo.
“Mama Dolores” es, desde mi punto de vista, la principal novedad
experimental de este disco; unos tangos de ida y vuelta respecto a Norteamérica
(aunque todo realmente tenga su misma raíz africana) muy comerciales,
aptos para todo tipo de radiofórmulas puesto que crean adicción.
Después de éste punto de enganche, lo más potente
del disco se llama “Locura”, con una excelente producción;
nuevamente la voz de Eva Durán jugando con Miguel Campello y un
violín bien insertado por Ara Malkirian. “Bulería del
día” con metales y un final bastante curioso… y de ahí
a un cañero “Entiendo”, y una joya llamada “Letras”
que resulta ser una bulería con muchísimo compás
(no es para menos, cuentan con Diego Carrasco y unas pataítas de
Tomasito). “La noche”, al igual que “Albadulake”,
nos muestran el lado más fresco e instrumental del grupo a la vez
que sirven como pan para envolver al sabroso contenido en que se convierte
una versión del mítico tema “La bien pagá”
que en ocasiones roza la bulería. Para acabar, un “cosmonauta”
que parece tener experiencias sexuales imaginarias en la base de Morón.
En definitiva, un disco interesante; no es literariamente grande aunque
tiene interesantes apuntes surrealistas, pero si es cierto que resulta
totalmente original y lleno de personalidad (que no es poco).

Texto
Jacinto González 'Jaci'

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