Especial sobre MARIO PACHECO con motivo de su fallecimiento

Resumen: Especial sobre MARIO PACHECO con motivo de su fallecimiento

ESPECIAL SOBRE
MARIO PACHECO
C
ON MOTIVO DE SU FALLECIMIENTO

Noviembre 2010

Por  Pablo San Nicasio Ramos
Reconocimientos como el más reciente de la Unesco dan más importancia si cabe a labores como la de Mario Pacheco. Uno de esos gigantescos nombres propios que han sembrado y ayudado al flamenco mucho más de lo que luego han recogido.

Fotógrafo y productor, en su curriculum vital se le deberá recordar más bien como el capitán general de la legión de románticos y valientes que invadieron los ochenta, movidos ochenta, con el flamenco más fresco. Música de un género desconocido, ni ellos muchas veces acertaban a ponerle un nombre, que todavía hoy hace funcionar la maltrecha industria. Y si no, ¿quién se imagina la cartelería de los festivales, bienales o simples baretos bohemios sin los nombres que gatearon hace treinta años de su mano? No eran artistas concebidos para los cabales como grandes maestros, no les cabía en la mente. Simplemente por la edad. No parecía lógico dar cancha a gente tan joven y descarada habiéndolo tenido tan crudo los veteranos no mucho antes. Pero no eran tiempos de certezas sobre lo que se había logrado, era el momento de comprobar si realmente había esperanza.

Y Mario Pacheco renovó el concepto de maestría con su paso al frente. Lo que se proponía no era un nuevo flamenco. El verdadero sinónimo era LIBRE.

Género con fundamentos de calidad, “si no no producíamos”, pero con el añadido de la libertad que ya se llevaba en casi todo y que aún el flamenco no se atrevía a considerar herramienta de trabajo.

Nuevos Medios” es la denominación de origen con más autenticidad del género flamenco. Porque el producto de esta casa, eso ni se pregunta, no llevaba conservantes ni colorantes. Es el artista y lo que sale de él en estado puro.
Casi treinta años de trabajo que dieron para que los corchos del despacho de Ruiz de Alarcón no tuvieran sitios libres. Allí había un amigo auténtico para los flamencos y algunas otras especies que, sobre todo gracias a él, hoy no corren peligro de extinción.


Mario Pacheco junto a Pepe Habichuela

Ellos lo dicen claro:

Carles Benavent:

sobre todo siento admiración. No es fácil aguantar con el buen humor que tenía, con ese empuje y ese romanticismo, sabiendo que los artistas que primero das a conocer, se te van yendo a discográficas más grandes.
Él seguía apostando por los jóvenes. Y se volcaba siempre, a pesar de esos sinsabores. Apostó por mí, me hizo renovar mi repertorio, que entonces estaba centrado en los grupos, y plantearme una faceta solista que nunca se había hecho en España. Me produjo un disco de bajo eléctrico. Y siendo de los primeros productos salidos de su discográfica, aún hoy me parece una heroicidad.

En la grabación de aquel disco ni apareció por los estudios. Esa era la libertad que te daba. La última vez que le vi fue hace un año, en Madrid, cuando actué con Dorantes en la Gran Vía. Hace dos semanas hablé con él por teléfono. Nos despedimos…me quedé tocado porque noté algo…”

“Pepe Habichuela”:

Mario apostó por mí como concertista cuando yo no quería ni oír hablar de aquello. Figúrate el miedo que me daba a mí, sabiendo cómo estaban tocando Paco y Manolo, y los discos que estaban haciendo. Pero es que además se volcó conmigo cuando les hablé de los niños (Ketama). Fui con él por Francia, por Europa del Este.  Se involucraba tanto que el resultado se notaba. Hice “A Mandeli” del tirón, en directo, como se hacía antes. Él confiaba en el artista y eso valía, y luego se palpaba cuando escuchabas el disco. Siempre pensaba en cosas para el futuro y me puso en contacto con los Bollywood Strings…y de ahí…”Yerbagüena”. Fueron más de treinta años de relación profesional y personal con él. Era como de la familia. Hasta haciendo fotos y portadas era un artista. Una pérdida tremenda para el flamenco”.

Moraíto Chico:

Se ha ido uno de los grandes. Uno de esos que, si no llega a ser por él, muchos no estábamos donde estamos. Le conocí hace décadas, durante la primera grabación del disco de Ketama, donde yo andaba metido también. Me queda su delicadeza con el artista en sus grabaciones”.

Martirio:

La verdad es que desde que nos conocimos la química fue evidente. Fue en el año ochenta y cinco. Lo recuerdo perfectamente, en el Café Gijón. Yo iba buscando discográficas y no tenía nada claro, hasta que dí con él. Me entendió perfectamente y fíjate, mi primer y último disco, el de los veinticinco años de carrera, me los hizo él. Qué bonito. Ha sido la mejor persona que he conocido dentro del mundo discográfico, no me cabe duda. Un señor, un caballero, una persona íntegra que nunca fue a por el éxito preparado. Y muy culto, sabía mucho de música, y no sólo de flamenco. Mario abarcó muchos estilos y todos acertando. Además sabiendo tratar a artistas de todo tipo, con las rarezas que tenemos. Tenía una mano izquierda en el trato increíble, por eso conseguía lo mejor de cada uno. “Nuevos Medios” era una discográfica cercana, de personas reales que apostaron desde siempre por la libertad del creador.

Hace diez días le escribí un mensajito mandándole ánimos. Me da mucha pena porque hacía falta, lo notaré”.

Ricardo Pachón:

Mario y yo nos conocimos hace muchísimos años. En Barcelona, a mitad de los sesenta. Fueron años, de todos modos, en los que no tuvimos un contacto tan permanente como cuando se instaló en Madrid. Ahí ya colaboramos más intensamente y me viene a la mente el recuerdo de sus fotos. Eran espectaculares. El segundo disco de Lole y Manuel llevaba una foto suya en la portada. Y qué decir de la mítica de “La Leyenda del Tiempo”. Hemos compartidos muchos momentos, de colegueo, mezclando discos, tanto aquí como en Londres, o donde fuera.

Creo que Mario Pacheco no es un productor como tal. Él tenía ideas y dejaba a otros la tarea de producción artística. Él más bien creaba conceptos, ideas y buscaba un lenguaje a través de su discográfica, de la que era cabeza visible. Pero no estaba tanto en el estudio con los artistas.

Todo lo que hizo o pasó por sus manos tuvo marchamo de calidad. Buscaba un público culto, no quería pelotazos ni exclusivas con radios o mercados. Él quería calidad y aguantó muy dignamente, él y su público, hasta la hecatombe reciente de las discográficas.
Hace tres meses le propuse un proyecto sobre Miguel Hernández, para la Macanita, y me preguntaba si todavía tenía ganas de marcha…hace dos meses por amigos comunes me enteré de su estado de salud.
No quise molestarle más.

En mis décadas en esto de la música sólo he conocido a dos caballeros al frente de este negocio: Tomás Muñoz, hoy en Estados Unidos. Y por supuesto, Mario Pacheco. Un señor”.

Juan Manuel Cañizares:

Gracias a su buena voluntad y esfuerzo pude grabar mi primer disco «Noches de Imán y Luna”. Lo recuerdo con mucho cariño y así será siempre porque nunca me olvido de las personas que, como Mario Pacheco, un día creyeron en mí y apoyaron mi proyecto. Descansa Mario, allá donde estés”.

Josemi Carmona:

qué voy a decir de Mario si cuando mi padre estaba grabando su primer disco ya le conocía. Y tendría yo siete u ocho años. Estábamos muy unidos.

Él confió en el proyecto de “Ketama” y mantuve más estrecha relación con él desde mi incorporación al grupo, en el segundo disco. Como productor era perfecto y además valiente. Creyó en una generación de músicos que no estaba bien vista y además entendía que luego nos fuéramos a multinacionales que tenían más capacidades. Pero siempre queríamos hacer algo con él, volver a esos orígenes. De hecho nunca dejamos de hacer cosas juntos. Porque sabíamos que era inquieto y que gracias a él tendríamos siempre a buenos músicos cerca.

Me dijeron que andaba enfermo y traté de llamarlo, hace poquitos días, pero ya no me lo cogió. Estaba bastante débil. Antonio y Juan están afectadísimos”.

Jorge Pardo:

Es difícil decir algo que los músicos no sepan de este hombre. Y lo primero que pienso es qué rabia me da hablar de Mario ahora que no está. Cuando debería ser un ejemplo diario y se lo debimos hacer saber más en vida.

Fue una persona que dio buena parte de su vida a su vocación, que era la música vista desde otra perspectiva. Diferente a la de nosotros los músicos.

Hizo una buena colección de discos que son parte de la Historia de la música de este país sin salir demasiado en los medios, sin buscar dejarse ver o ser mediático como otros. Él se ganó nuestra amistad como fotógrafo, como observador de la música de su tiempo.

Le conocí en una de las grabaciones de los discos de Camarón. Creo que era “Como el Agua”, en los estudios Audiofilms. Y de eso hace mucho, suficiente tiempo como para conocerlo bien y tenerle mucho aprecio.

Me enteré que estaba delicado hace poco, grabando con Josemi…precisamente salió en nuestras conversaciones…

Que tomen nota muchos de él. Sin aspavientos hizo de su trabajo un ejemplo a seguir”.

Tomasito dedicó a Mario unas palabras en un momento especialmente duro para él, pues su padre murió el mismo día:

pfffff, estoy triste…todo se me viene encima. Mario ha sido un catedrático de la música, una institución se mire como se mire. Un tipo para quien los músicos eran su familia. Le conocía desde principios de los noventa. Yo estaba ya con las grandes discográficas pero mi último disco lo hice con él. Es que tenía que ir con él. De hecho quería grabar con él como fuera. Íbamos a hacer una antología, pero lo vimos tan claro y él me dio tanta confianza que compuse ocho o diez temas nuevos porque sí, porque merecía la pena. Sin duda el mejor productor que yo he tenido, y he tenido algunos muy buenos, de compañías que eran punteras. Pero él era único, y como fotógrafo la caña de España.

Era tan bueno que es capaz de hacerle un disco a mi padre en el cielo, ahora que se me han ido los dos a la vez…”

Raimundo Amador:

Lo que ha hecho Mario con su discográfica ya lo quisieran otras muchas. De hecho creo que ninguna iguala en clase y calidad a las producciones de Nuevos Medios. No hay más que discos bonitos y bonitos. El “Blues de la Frontera”, los de Ketama, los de Ray que en Gloria esté también, El Viejín, la Barbería…nos sentíamos muy a gusto con él. Le debemos mucho”.

Diego del Morao:

“Fíjate si fue importante para mí que yo me crié escuchando sus discos. Que, por otra parte, no eran de nuevo flamenco. Eran del flamenco que tocaba hacer, el del momento que se vivía. Trabajé con él en el disco “Fragua Futura” y a partir de ahí el Maestro (Paco de Lucía) me escuchó y se interesó por mí para que estuviese con La Tana…y hasta ahora. Sin Nuevos Medios no se puede hablar del flamenco de estos tiempos.

Como persona era un ser respetuoso al máximo con los deseos del artista. Es decir, un lujo”.

Raúl Rodríguez:

Desde mi experiencia, Mario Pacheco ha sido más que una buena persona. Era un ser necesario para la cultura y para las personas. Siento una pena extraordinaria. Ha sacado a la luz buena parte de la mejor música que se ha hecho en España en los últimos años, siendo un engranaje preciso entre el artista y su público. Mimando a ambos. No era un simple negociante o intermediario. En mi familia ha sido como mi padre o mi tío. Le conozco desde que yo tenía trece años, cuando le hizo a mi madre su primer contrato, diciéndola que SI, como a otros jóvenes de entonces que solo tenían sueños en la cabeza.
Él era el empujón que hace falta a todo artista para que acabe de creer en él mismo.

Para “Son de la Frontera” supuso dos discos hechos con mimo. Confiábamos en él a ciegas. Estoy muy afectado”.

Juan José Suárez “Paquete”:

Mario Pacheco era de esa gente que está en todas y para todos. Yo le conocí muy joven. Él iba detrás de mi padre para hacerle algún disco porque le volvía loco su cante. Y no sólo le ayudó. No era de los productores que se quedan en su despacho. Se informaba, era inquieto. Sin duda el mejor productor que ha tenido el flamenco. Salvo los trabajos de Camarón y Paco, que iban aparte, los productos de Nuevos Medios han sido los mejores del flamenco, sin duda ninguna. Cómo quería a los artistas, no escatimaba en nada: estudios, músicos, si tenía que hacerte un adelanto te lo daba…y luego el resultado se notaba. Era evidente. Yo he trabajado con otras discográficas mucho más potentes y ni punto de comparación. Deberían aprender todos de él.

Y mira que nosotros, en concreto, éramos unos pesados, una ruina humana…pero él estaba ahí, y nos ayudaba en nuestras fatigas. He perdido un gran amigo”.

Diego Amador:

Estoy sin ganas de hacer nada. Tengo unos conciertos estos días que vienen y no tengo ganas de nada. Son muchos años y muchas experiencias. Nada menos que tengo noticias suyas desde que iba por casa de mis padres a ver a mis hermanos. Ahí ya me echó el ojo. Tres discos míos han llevado su sello y… no concibo ahora que no esté. Yo nunca me he considerado un incomprendido, pero este hombre era un verdadero rescatador de músicos no comerciales. Valga la expresión. A él no le importaba nada si lo que hacías era comercial o no. De hecho, cuanto menos comercial fuera, mejor.

Fíjate lo que hizo con mis hermanos y donde llegó. Es decir, algo de lo que ya no hay. A mí siempre me andaba animando. Qué afición… es un ejemplo de valentía hasta el final.”

————————————-

Era de los pocos que sabía que “El flamenco tiene otra noción del tiempo”. Gracias a él y a su concepto sabemos lo que tendremos que hacer cuando nos metamos en problemas. Aún así estaremos un poco más solos.


Salir de la versión móvil